Prensa. Diario El Nacional,
El mandatario emplazó a crear una “nueva ética” que
constituya “una contraloría social sin freno”. Maduro ataca las actividades
comerciales y pide construir una nueva sociedad Diputados responden por Twitter
al discurso de Maduro en la Asamblea
HERNÁN LUGO-GALICIA / ALEX VÁSQUEZ /YAMIS URBANO
A la 6:13 pm comenzó la cadena
de Nicolás Maduro desde la Asamblea Nacional, donde el Presidente entregó un
proyecto de ley habilitante para luchar contra la corrupción y la “guerra
económica”. “¡Listo para el debate, presidente Diosdado Cabello!”, expresó
Maduro antes de leer un discurso que citó a Bolívar, a Hugo Chávez, a
Aristóteles y al Maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, entre otros.
La propuesta de poderes
especiales apunta, dijo, a lanzar “una ofensiva nacional” de sumar voluntades
para la “nueva ética socialista”. “No es un capricho venir al Parlamento a
solicitar poderes especiales; es para profundizar, acelerar y dar la batalla a
fondo por una nueva ética política, una nueva vida republicana y por una buena
sociedad. Es sólo establecer la base legal para preservar la vida de la
República”, dijo el Presidente en la sesión especial, en la cual no hubo
debate; no se permitió la palabra a los diputados de oposición, pero Cabello
aclaró que el proyecto sería discutido en otra plenaria, sin precisar la fecha.
“Nos sentimos contentos de
darle cumplimiento a la Constitución; de darle espacio para combatir este
flagelo que ataca desde hace tiempo. Tanto, que hay partidos políticos creados
a raíz de la corrupción que opera en la Asamblea. Es una enfermedad de creer
que sus robos son sanos y todos los demás son malos. Todos los robos son malos.
Quien esté en contra de atacar la corrupción, quien no sea capaz de entenderlo
como un mal endémico, o es cómplice o es autor de hechos de corrupción o es un
aprovechador de los bienes de la corrupción”, afirmó el presidente del
Parlamento, quien retó a Henrique Capriles Radonski a cumplir la promesa de
desconocer la habilitante si es aprobada. “¡Vaya a la calle!”, enfatizó.
“¡Naci en Caracas!”. Nicolás
Maduro, por primera vez, hizo referencia a su condición de venezolano en forma
irónica: “Escuché al maestro Pietro cuando nací, aquí, en Caracas”, en
respuesta a la oposición que le exige la partida de nacimiento y que aclare si
posee doble nacionalidad, la venezolana y colombiana, lo que le impediría ser
presidente.
Luego, se refirió a las
irregularidades internas en el Gobierno y a la necesidad de acabar con “el
gangrena política” a través de un acuerdo nacional: “Llamo al pueblo a no
permitir la corrupción (…); a no tolerar la corrupción ni de cuello amarillo ni
de rojo rojito, es el mismo hamponato; la corrupción apatrida, antipopular”.
Instó a poner fin a la
corrupción, que se sustenta en el modelo capitalista, alimentado por el ingreso
petrolero y las relaciones con la “burguesía parasitaria”. De manera concreta,
ordenó aplicar tres “R” en Cadivi (revisión, rectificación y reimpulso). En
especial, pidió eliminar “el cadivismo”, que describió como ostentación de
ganancia por grupos económicos y financieros, y una de las “expresiones más
vulgares de la existencia de la burguesía parasitaria en la historia de la
Venezuela de los últimos 100 años. "Aplicaremos las leyes; que nadie tenga
duda de ello”, expresó.
El objetivo sería establecer
quiénes se aprovechan de los flujos de dinero y cuáles son los grupos de poder,
sus relaciones con la banca, los seguros y el mercado de valores. Cuestionó “el
raspar” las tarjetas de crédito con cupos preferenciales de dólares (Cadivi)
para vender divisas en el mercado negro.
“No habrá socialismo si la
burguesía sigue disfrutando de privilegios flagrantemente incompatibles con una
dinámica socializar, de importar a gran escala sin que se le ponga coto.
Sinceremos las cosas con el mayor rigor autocrítico. Es inmoral que la ganancia
de ciertas marcas de automóviles sea un grosero y abusivo 300%. Obviamente,
ello demuestra que la actuación de Cadivi deja mucho que desear, es por ello
que a Cadivi hay que aplicarle las tres R, con la prontitud y la profundidad de
vida”.
En ese contexto, comparó el
“Decreto de Guerra Muerte” de Bolívar con la “cruzada anticorrupción”, que en
la época colonial estableció la pena capital, la multa de 10 pesos contra los
funcionarios, así como la sanción a jueces y el derecho de los ciudadanos de
denunciar los delitos, como malversación y apropiación de fondos. “La
contraloría social sin freno, activada con el pueblo en esta nueva ética
socialista. La contraloría social no debe tener obstáculos de ningún
tipo".