Columna. Orlando
Nieves.
El
1 de Abril de 1973 nace en Los Pocitos, Municipio Arismendi del Edo. Barinas
quien fuera conocido en todo el territorio nacional e Internacional como “El
Mandinga de la Copla”. Doña María Cristina Soto y Néstor José Romero, mejor
conocido como “El Conoto de Barinas”, lo
llamaron José Gregorio. De su crianza se hace cargo Doña Marta Florencia (Su
Madrastra).
En
San Félix, a la edad de cinco años cantó su primera canción en público
acompañado por el conjunto Armonía Criolla.
Su padre quedó sorprendido por su actuación y la noticia salió publicada
en la Revista El Tucán. A los Diez años se mudan a Camaguán, Edo Guarico,
aprendiendo las labores del llano, siendo un llanero trabajador de sombrero y
alpargata, sin mezquindad y humilde de corazón. Ya en su juventud empieza a
festivalear y a demostrar sus dotes de contrapunteador ganando muchísimos
festivales y es allí donde el Cardenal Sabanero lo bautiza con el nombre de “El
Mandinga de la Copla”.
Con
su fina y ocurrente improvisación contrapuntea con Reinaldo Armas “El Cardenal
Sabanero, Antonio Aguilar “El Carraito de Barinas”, Julio Bruces, El Papelón
del Chaparro, Goyo Linares, Goitia,
Francisco Montoya, Henry Fuenmayor, Jorge Guerrero, Nelson Contreras, El
Ñemerito, entre otros grandes de la canta criolla. Su talento fue reconocido
por propios y extraños, aunque su educación formal fue muy corta el mandinga
era un hombre que leía mucho para afinar los versos con los que atacaba a los
hombres que lo retaban y a las mujeres hermosas que lo miraban.
José
Gregorio Romero gano más de doscientos festivales entre primeros y segundos
lugares como contrapunteador. Quienes tuvimos el honor de conocerlo y de
compartir con él sus ocurrencias, sabemos que donde llegaba el mandinga nadie
estaba serio y amargado, siempre había un cuento, una historia o una anécdota
que contar, como aquella que nos contaba que en una parranda en un pueblo, el
copiloto ya de madrugada se le paso de tragos y no podía mantenerse en pie y
tenían que regresar Achaguas en moto, el mandinga lo agarro se lo amarro con la correa por la cintura y
así regresaron, siempre riéndose porque el copiloto parecía uno de los muñecos
que colocan al frente de las tiendas y que se mueven para todos lados.
Así
era el, a todo le sacaba un cuento o una copla.
A los 33 años en Enero del 2007 muere José G. Romero “El Mandinga de la
Copla”, dejando un hondo vacío en la música llanera. Para mí, el mejor
contrapunteador de Venezuela por su versatilidad y su fina improvisación. José
Gregorio Romero por siempre… El mandinga de la Copla.