Columna. Gustavo
Azocar.
Estimado Ramón:
Estas
líneas son para felicitarte por tu valiente actitud al renunciar a tu cargo
dentro de la MUD. Tu aporte será evaluado y juzgado por la historia. En mi
humilde opinión, creo que fueron muchos más los aciertos que los desaciertos.
No obstante, creo que tu renuncia era muy necesaria. Como necesaria es también
la renuncia de todos los actuales integrantes de la MUD.
La
MUD tiene que renovarse, reinventarse, reestructurarse y adaptarse a los
tiempos que están por venir. La MUD tiene que crecer, y ello sólo es posible,
si deja de ser una estructura al servicio de los partidos, para convertirse en
una estructura al servicio de los sagrados intereses del país.
Estimado
Ramón: los partidos que integran la MUD están tratando de resolver tu renuncia
y sus diferencias con una “encerrona”. En lo que a mí respecta, no estoy de
acuerdo con las “encerronas”. Creo que los graves problemas que afectan a la
MUD y que afectan al país no se pueden resolver en una “encerrona”, donde 5 o 7
dirigentes se reúnen para echarse cuchillo entre unos y otros, defendiendo
intereses personales o de los partidos a los cuales representan.
Hay
quienes proponen convocar a un Congreso Ampliado de Unidad Nacional para tratar
de resolver la crisis de la MUD. Esta idea pareciera ser muy original, pero
está condenada al fracaso si no se toman en cuenta algunos aspectos. Lo primero
que hay que preguntarse es: ¿quiénes serán los delegados o participantes en ese
Congreso? ¿Cómo serán elegidos los delegados o participantes en ese Congreso?
¿Quién o quienes elegirá a los representantes o delegados a ese Congreso? Si
los delegados o representantes al Congreso Ampliado de Unidad Nacional serán
designados o escogidos “a dedo” por los mismos partidos que integran la MUD,
entonces ya sabemos cuál será el resultado.
Apreciado
Ramón: aun que ya no estás en la MUD, quiero hacer una propuesta para que sea
debatida en una de las tantas “encerronas”: convoquemos Asambleas Populares en
los 335 municipios del país. Asambleas abiertas, plurales, democráticas, donde
participe y donde hable todo el mundo. Asambleas donde se discuta y se debatan
los problemas del país y sus posibles soluciones. Cada Asamblea dará origen a
un documento, con propuestas concretas, hechas por los ciudadanos de a pie, que
son los que verdaderamente están sufriendo con la crisis económica y social que
afecta a Venezuela.
Los
335 documentos, producto de igual número de Asambleas, se condensarán en un
solo documento nacional, que a partir de ese momento se convertirá en el Plan
Nacional de Rescate de la Democracia y que será de obligatorio cumplimiento
para todos los que formamos parte de las fuerzas democráticas venezolanas. Eso
nos permitirá contar con un Plan de Vuelo, una hoja de ruta, con objetivos a
corto, mediano y largo plazo.
De
esa manera, dejaremos de lado la improvisación, la desorganización, los
inventos, el cómo vaya viniendo vamos viendo,
y todos sabremos lo que nos proponemos y lo que buscamos. Un Plan
Nacional también permitirá que todos los partidos políticos trabajen en función
de un mismo objetivo, y se acabe la competencia para ver quién tiene un mejor
plan o un mejor proyecto.
Uno
de los grandes males que afecta a las fuerzas democráticas venezolanas es que
cada partido y cada dirigente cree tener el plan perfecto para salvar al país.
Hay quienes creen que la solución es la guarimba: otros creen que la solución
es el golpe de estado: hay quienes creen que la solución es esperar las
presidenciales de 2019; otros creen que es mejor montarse en las parlamentarias
de 2015; unos proponen una Asamblea Nacional Constituyente y no faltará algún
loco que crea que lo mejor es pegarse un tiro.
Mientras
las fuerzas democráticas se echan cuchillo entre ellas mismas, el PSUV y
Nicolás Maduro, con la asesoría de los cubanos al mando de Fidel y Raúl siguen
avanzando en su propósito de acabar con Venezuela sin contar con un adversario
vigoroso que los pueda detener. Si queremos sacar a Maduro, primero debemos
dejar a un lado los intereses personales y partidistas.
En
tu carta de renuncia a la secretaria ejecutiva de la MUD, Ramón, escribiste una
frase histórica: “El modelo de la imposición ha fracasado”. Eso es
completamente cierto: no queremos más imposiciones. Ni del lado del Madurismo.
Ni del lado de las fuerzas democráticas. Quiero votar, soberanamente, para
elegir a los nuevos integrantes de la MUD. Quiero votar para elegir al nuevo
Secretario Ejecutivo. No quiero más imposiciones. Sólo una elección puede
hacer, por ejemplo, que dentro de la MUD no haya personajes como Ramón José
Medina, quien tuvo el descaro de decir que no hay plan para sacar a Leopoldo
López de la cárcel.
¿Hacemos
primarias para escoger candidatos a Presidente, Gobernadores y Alcaldes pero no
hacemos primarias para escoger a los miembros de la MUD? No entiendo. ¿Haremos
primarias para escoger a los candidatos a la Asamblea Nacional? ¿O También será
un acuerdo de cogollos? ¿Somos o no somos demócratas? ¿O es que somos
demócratas de la boca para afuera?