Columna. Félix
Velásquez.
El III Congreso ideológico del PSUV fue un
fracaso. Todo lo que se discutió en ese escenario fue que Nicolás Maduro fuera
ratificado como presidente del partido Socialista Unido de Venezuela, Diosdado
Cabello como primer Vicepresidente, que son un partido anti imperialista y
lanzar consignas para tratar de revivir a Chávez, pero los temas puntuales de
los venezolanos no se tocaron.
La peor conclusión de este III congreso fue la
discusión que se dio para evaluar el aumento de la gasolina y meterle la mano al pueblo en el bolsillo. Ya que
el gobierno no encuentra como mentirle a sus seguidores y buscan un espacio
para entretenerlos y mantenerlos hipnotizados con un socialismo decadente.
Los
temas de la escasez, la inseguridad, la violación a los Derechos Humanos, la
censura a los medios de comunicación, la corrupción y el vencimiento de la
pobreza no fueron temas prioritarios para el III Congreso del PSUV, es decir
solo fue pura ideología y adoctrinamiento, no la concientización de tener un
mejor país.
Ya
el pueblo sabe quiénes arruinaron al país y se robaron sus riquezas. Son muchos
los incautos que vinieron a Caracas desde los lugares más recónditos del país,
unos usaron chalanas, carros, caballos y carros para salir de sus respectivos
lugares y ponerse a la orden de una moribunda revolución que se inventó un acto
para brindar y comer con sus delegados, pero no para construir la patria que se
merece el Libertador Simón Bolívar.
Ver
a esos dirigentes seguir luchando en medio de un caos, me parece una
inmoralidad del tamaño del cielo. Creer que van a interpelar a Ministros parece
un cuento de niños, el PSUV es una cofradía, un club de amigos, esos no
permiten contraloría alguna, solo buscan enriquecerse en nombre de un pueblo.
Es
el momento preciso para enviarle un mensaje a los chavistas para que
reflexionen y no se dejen seguir engañando por los jerarcas del gobierno, que
tienen guisos con empresas de maletín, respaldan a narcotraficantes, tienen
obras inconclusas y han regalado todas
nuestras riquezas a otros países sin ningún tipo de beneficio.
Podrán
seguir haciendo Congresos pero mientras no cambien esa mentalidad mediocre de
hacerle culto a la pobreza no saldremos de abajo. Hacen falta más compromisos
para generar empleos dignos, incentivar la inversión extranjera, generar
oportunidades para que nuestros jóvenes tengan futuro y no se vayan del país
por falta de oportunidades.
La
conclusión que nosotros podemos sacar de las conclusiones del III Congreso del
PSUV es que perdieron su tiempo y se engañan como el ciego que ayuda a otro
ciego a cruzar una calle. Los próximos congresos deben ser para vencer la
pobreza y cambiarle la mentalidad de derrotado a los venezolanos por la de un
país de triunfadores y ganadores.