Prensa. El Paìs
de Urugay.
El
fenómeno mediático “Mujica” o “el presidente más pobre del mundo” se sostuvo
durante cinco años. Ninguno de sus predecesores tuvo tanto éxito. Aún tiene 200
entrevistas pedidas. Concederá un par por semana y hará dos documentales
Semanas
atrás el presidente José Mujica contestó un cuestionario para Al Bayan, el
diario oficial de los Emiratos Árabes. Por enésima vez para un medio
internacional, fue presentado como “el presidente más pobre del mundo”. La
Cadena TV SBS de Australia pidió una entrevista y un año después se le avisó
que había un hueco en la agenda. Su interés permanecía intacto y ocho días más
tarde el periodista estaba en Montevideo para hacer la nota.
El
furor internacional por Mujica, que comenzó apenas asumió, promete trascenderlo
una vez que deje el poder. Hasta marzo concederá dos entrevistas a medios
internacionales por semana pero hay más de doscientas solicitadas, la mayoría
no se concretará. Además de la película que filma el director bosnio Emir
Kusturica, se pidió su participación en varios documentales aunque aceptó dos.
Ya hizo otros con Vice Media, de Estados Unidos, el reconocido fotógrafo
francés Yann Arthus Bertrand, la directora Frances W. Causey (de Arizona) y
Sintagma Films, productora española.
También
llegaron propuestas de libros. Uno de la editorial Riuniti (Italia) está aún
para editar; las otras fueron rechazadas, fundamentalmente, porque eran
biográficas y el presidente, según afirman sus allegados, quiere mirar al
futuro y “dejar su mensaje” contra la sociedad de consumo.
Superstar.
Mujica reúne todos los ingredientes para contar una historia romántica y fácil
de vender: de guerrillero y preso político durante trece años a presidente que
predica austeridad, maneja un viejo Fusca y vive en su chacra con una perra de
tres patas. Algunos medios, incluso, aseveraron que renunció a su “palacio”
presidencial. “Mujica enamora a los periodistas”, se afirmó a El País (Uruguay)
desde su entorno. Al comienzo llegaban buscando a la caricatura, al presidente
exótico que se sube al tractor y posa con su perra Manuela. Pedían la chacra y
dos horas para montar sus estudios. Presidencia les daba quince minutos. Tras
la nota se cumplía con el ritual obligado de la recorrida entre tomates y
zapallos. Así ganó su fama internacional.
Pero
cuando la historia se agotó, la curiosidad periodística se nutrió de
iniciativas provocativas y de interés fuera de fronteras, tales como la
despenalización del aborto, la aprobación del matrimonio entre personas del
mismo sexo y la regulación de la marihuana. Los pedidos continuaron lloviendo
desde remotos lugares.
En
junio de 2012 Mujica se presentó en la cumbre Río+20 y sorprendió al mundo —no
a los uruguayos— con un discurso filosófico de diez minutos contra el
consumismo no sustentable y el despilfarro de recursos naturales. Solo un par
de videos de ese discurso en YouTube suman dos millones de visitas.
Mujica
comenzaba a ser visto como una especie de voz de la conciencia o abuelo sabio
con frases como “¿estamos gobernando la globalización o la globalización nos
gobierna a nosotros?”, “no podemos seguir indefinidamente gobernados por el
mercado, tenemos que gobernar al mercado” o “el desarrollo no puede ser en
contra de la felicidad”.
Esa
imagen lo hizo nominable al Premio Nobel y se potenció en septiembre de 2013
con su discurso de 45 minutos ante la Asamblea General de Naciones Unidas
(500.000 reproducciones en YouTube).
“Parecería
que hemos nacido sólo para consumir y consumir y cuando no podemos cargamos con
la frustración, la pobreza y la autoexclusión”, exclamó. En cada entrevista,
Mujica elude los temas domésticos, casi no responde, evita exhibir logros o la
autocrítica, y lleva a los entrevistadores a hablar de filosofía, del futuro de
la humanidad, de la importancia de la austeridad. “Ahí es donde se siente
cómodo, ese es el mensaje que quiere dejar”, señalan en su entorno.
El
discurso filosófico dio paso a temas de corte político. Se ofreció a mediar en
el proceso de paz de Colombia y tuvo contactos con las FARC, prometió asilo a
los presos de Guantánamo y recibirá a los niños sirios. Mujica se mantuvo así
en el tapete y las solicitudes de entrevista no dan tregua.
Química
con los periodistas
El
periodista y escritor Juan José Millas tuvo una química instantánea con Mujica.
Tras la nota se quedaron dos horas hablando de política. Mujica lo invitó a
Anchorena, donde compartieron todo un día. Luego publicó 17 páginas en El País
de Madrid sobre Mujica y Uruguay. Afinidad similar logró Mujica con Jordi
Évole, otro famoso periodista español que difundió un amable encuentro.
“Siempre
hay un muy buen clima, sobre todo con los más jóvenes”, afirman sobre Mujica en
su entorno. Sin embargo, no les deja de sorprender que medios como O’Globo de
Brasil o El Mercurio de Chile, que no se caracterizan por el elogio fácil,
también hayan destacado la figura del mandatario en sus editoriales.
Mujica
en el mundo
Mujica
fue tapa de los principales diarios del mundo: New York Times, El País de
Madrid, The Guardian, Le Figaró, The Economist, entre muchos otros. También lo
entrevistaron las cadenas de televisión más importantes. Solo en CNN tuvo tres
con sus periodistas más prestigiosos. Pero también apareció en Russia Today,
CCTV China, France 2 y TVE Española.
Simultáneamente,
The Economist eligió a Uruguay como "País del año" en 2013. Los
periodistas que llegan atraídos por Mujica se informan sobre el país y
descubren otros aspectos que luego reseñan en sus notas y prestigian al
Uruguay, afirman en Presidencia. “Financial Times dice del país ‘el muy creíble
a nivel económico y financiero Uruguay’, eso, por sí mismo, vale más que lo que
luego diga Mujica”, afirman.