La
región enfrenta una baja cobertura de los sistemas de pensiones, tanto en la
cantidad de trabajadores que contribuyen a los fondos como de personas de la
tercera edad que reciben algún tipo de pensión.
Prensa.
AFP.
Las pensiones en América Latina y el
Caribe corren el riesgo de volverse muy costosas para los países a medida que
la población envejece, según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo
(BID) publicado este lunes. La región enfrenta una baja cobertura de
los sistemas de pensiones, tanto en la cantidad de trabajadores que contribuyen
a los fondos como de personas de la tercera edad que reciben algún tipo de
pensión, resaltó AFP.
En respuesta, muchos países se han
volcado a las pensiones sociales -transferencia directa de dinero-, según el
informe, patrocinado también por el Banco Mundial y la OCDE. "Sin embargo, estas políticas
podrían plantear desafíos fiscales significativos en las próximas décadas
debido a que la población envejece", concluyeron los autores.
La tasa de fertilidad en América Latina,
en caída en las últimas décadas, registró un promedio de 2,57 niños por mujer
entre 2005 y 2010. Para 2025-2030 se espera que la tasa caiga hasta 2,10, y
1,91 veinte años después. En promedio en la región solo 45 de cada
100 trabajadores cotizan o están afiliados a un plan de pensiones, "un
porcentaje que no ha cambiado mucho en la última década" y que responde a
factores educativos, de género y nivel de ingresos.
Los trabajadores más educados, los
hombres (83% de los hombres trabajan frente a 56% de las mujeres) y quienes
tienen ingresos elevados hacen contribuciones relativamente mayores. "Sólo del 20 al 40% de los trabajadores
de ingresos medios contribuyen a una pensión, lo cual les hace particularmente
vulnerables a los riesgos de pobreza en la vejez", según el estudio
realizado en 26 países.
También contribuyen más a los sistemas
de pensiones los asalariados y los trabajadores de empresas grandes. Esas diferencias harán que gran parte de
la población latinoamericana recurra a otras formas de ingreso para garantizar
su jubilación, como un nuevo trabajo, activos inmobiliarios, el apoyo familiar
y las pensiones sociales.
Las pensiones sociales se están
expandiendo en América Latina, y son de gran importancia para los sistemas de
pensiones de Guyana y Bolivia, seguidos de Venezuela y Brasil. Por eso los organismos de desarrollo
recomiendan a los gobiernos evaluar esa alternativa, siempre que se considere
su sostenibilidad financiera, en momentos en que la región atraviesa una
desaceleración económica y un presupuesto fiscal constreñido. Pero también llaman a los países a
diseñar políticas que incrementen la participación en el mercado laboral
formal, especialmente de las mujeres, para que puedan construir por su cuenta y
a su medida sus pensiones.