El equipo dueño de casa no brilló, pero
se impuso por 2-0 sobre Ecuador, con anotaciones de Arturo Vidal y Eduardo
Vargas.
Prensa.
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La
Copa América N°44 de la historia dio el vamos con una luminosa ceremonia
inaugural este jueves en Chile. El Estadio Nacional de Santiago fue el
escenario de un espectáculo que duró un poco más de lo previsto, y que tuvo
guiños para las tradiciones locales y las selecciones participantes en el
certamen continental.
El
espectáculo comenzó con una danza tradicional de la Isla de Pascua 'Haka', que
inspira la victoria. Luego vino la presentación de los 12 países que formarán
parte del certamen, quienes bajaron a la cancha arriba de globos aerostáticos,
descubriendo en el centro una réplica del trofeo que se llevará el campeón.
Luego
vino la interpretación del himno oficial de la Copa América "Al fin del
mundo", en la voz del cantante Canela, y la aparición de la mascota
Zincha, basado en un zorro rojo. Los fuegos artificiales y un aplauso cerrado
de los más de 20.000 asistentes en ese momento en las tribunas fueron el final
redondo, y el inicio de la otra fiesta. La de verdad.
Chile
saca la tarea en un complicado debut contra Ecuador.
La
promesa estaba hecha desde hace un año. Fue en Belo Horizonte, Brasil, después
de la trágica caída de Chile en octavos de final de la Copa del Mundo contra
los dueños de casa. Fue el día que fallaron tres penales en la definición y que
en el último suspiro del tiempo suplementario Pinilla se convirtió el leyenda
con su tiro al larguero. "En la Copa América tendremos nuestro
desquite", dijeron todos.
El
camino a la redención comenzaba el jueves por la noche en el Estadio Nacional,
en el debut en la competencia continental de selecciones. El dueño de casa,
favorito de muchos, debía luchar contra esa condición. Y la sorteó con éxito,
al vencer por 2-0, con anotaciones de Arturo Vidal y Eduardo Vargas.
Los
cálculos del técnico Jorge Sampaoli consideraban a los del medio del mundo como
el rival más duro del Grupo A. Era imperioso ganar, por dos motivos: para dar
un paso grande en el intento por asegurar el primer lugar de la serie y
comenzar a sacarse de encima esa presión de favoritos que tanto le pesa a la
Roja.
Por
lo tanto, la orden era definir el asunto lo antes posible. El vértigo, palabra
que le encanta al técnico de la Roja, quedó en evidencia con dos llegadas
claras de Alexis Sánchez en los tres primeros minutos. A los 77 segundos,
Alexis desvió cuando se la quiso colocar contra el palo al portero Domínguez. Y
en la jugada siguiente se la quiso picar por sobre el cuerpo al gigante
guardapalos, quien anticipó la jugada y se quedó con el balón.
El
inicio entusiasmó a la mayoría de los 45 mil asistentes al Estadio Nacional,
pero Ecuador supo enfriar el asunto y bajar las revoluciones de la Roja.
Incluso, el equipo de Gustavo Quinteros silenció a todos con un tiro de Bolaños
que Claudio Bravo desvió con magistral estirada.
Chile
recobró la brújula pasada la media hora, principalmente con los desbordes de
Mauricio Isla. El lateral del Queen's Park Rangers dispuso de la ocasión más
clara, cuando desvió después de una milimétrica pared con Alexis.
En
el segundo tiempo, Sampaoli envió al campo a un acompañante para Alexis.
Escogió a Eduardo Vargas, el jugador que más goles ha anotado por Chile con el
calvo entrenador en el banquillo, en lugar de un Jean Beausejour que no
respondió a la profundidad esperada. La idea era sumar fichas por el ansiado
desnivel.
Alexis
parecía querer ganarlo él solo y, mientras más gambetas ensayaba en el área
rival, más marcadores sumaba sobre su cuerpo. En pleno ímpetu de los locales,
Ecuador casi lo definió con una clara ocasión que desvió Valencia, cuando el
meta Bravo no tenía nada que hacer.
Vargas
casi desnivela cuando enfrentó solo a Domínguez, tras cesión milimétrica de
Alexis, pero su tiro fue recto a las manos del portero. En la jugada posterior,
Arturo Vidal fue tocado por Bolaños dentro del área ecuatoriana y Pittana cobró
penal. El propio jugador de la Juventus ejecutó con precisión y terminó con el
martirio de los fanáticos locales.
Ecuador
adelantó las líneas y a nueve minutos del final, un cabezazo de Valencia se
estrelló en el travesaño. Bravo sólo miraba la pelota. Y en la jugada
posterior, Sánchez se la cedió a Vargas, quien una vez más no le falló a
Sampaoli y anotó su gol número 19 con la camiseta roja.
Chile
no lució como un favorito. De seguro que a sus jugadores eso no les importa
mucho. El deber era ganar a como diera lugar. Lo hicieron y siguen transitando,
con el tanque lleno de combustible, por el complicado camino de la redención.