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Un
editorial del diario colombiano El Espectador (uno de los más influyentes de
Colombia) critica duramente los últimos acontecimientos en la frontera con
Venezuela a raíz de la decisión del presidente venezolano Nicolás Maduro de
cerrar el paso binacional y de deportar a centenares de familias establecidas
desde hace tiempo en el estado Táchira. A continuación el texto íntegro del
editorial “Enfrentar la Intransigencia”
publicado recientemente en la edición impresa y electrónica de El
Espectador:
“Ya
lo dijimos en este espacio la semana pasada, cuando aún no había pasado lo
peor: se trata de un indignante espectáculo de un régimen que ya no tiene cómo
ocultar sus miedos.
Es
ridículo que el gobierno de Maduro adopte una política migratoria que parece
inspirada por Donald Trump, pero lo más grave es que se está llevando por
delante los derechos de colombianos y venezolanos por igual, y el problema no
parece tener salida pronta. ¿Qué pretende el presidente Maduro con su intransigente
estado de emergencia? ¿A quién está amedrentando políticamente? El fantasma de
las elecciones parlamentarias, que crece cada día más, lo tiene claramente
nervioso. Ojalá no esté considerando suspenderlas sustentado en la “temible”
amenaza colombiana. ¿Alguien, de verdad, le da credibilidad?
Es
un alivio, entonces, que el gobierno de Juan Manuel Santos haya adoptado una
posición diplomática. Es cierto lo que dijo el presidente en un comunicado: “El
camino del diálogo y la diplomacia es el más responsable para aliviar la
situación de nuestros compatriotas”. Celebramos el rápido actuar de las
autoridades con las personas deportadas: la asistencia del Estado es esencial
para asegurar que esta tragedia no sea peor. Es fundamental, también, que el
Gobierno exija con firmeza detalles sobre los tratos que recibieron en
territorio venezolano. Su presencia ilegal no justifica los abusos que han
denunciado varias personas.
El
problema no es sencillo. El gobierno colombiano sabe que se enfrenta a una
crisis ficticia, que responde más a los intereses internos de Venezuela que a
Colombia. ¿Cómo lidiar con la intransigencia, con el discurso deshonesto? Con
cautela y firmeza, porque hay mucho en juego.
Son
irresponsables las voces belicistas que buscan aprovechar esta coyuntura para
criticar al Gobierno. Además, también tienen memoria corta: parece que no
recuerdan que hace años, durante el gobierno de Hugo Chávez, hubo una crisis
similar a la que se respondió con confrontación y que causó el rompimiento de
las relaciones comerciales con el país vecino. Pese a los paños de agua tibia
del gobierno colombiano en aquel entonces, nunca se desarrolló un plan de
viabilidad económica para la zona de frontera, y desde entonces ha estado
sumida en una crisis económica sin precedentes. Aceptar el duelo con Maduro,
además de ayudarle a seguir abusando de la democracia venezolana, es seguir
perjudicando a una zona ya muy deprimida.
Eso
sí, nos repetimos, es hora de que pensemos con seriedad cómo vamos a sacar a la
frontera de la pobreza, con o sin Venezuela como socio. No puede pasar esta
coyuntura sin que el Gobierno se dé cuenta de que Cúcuta y sus alrededores son
caldo de cultivo de actividades ilegales por culpa de la falta de oportunidades
laborales. La frontera viene pidiendo ayuda a gritos desde hace tiempo. Ya es
hora de escucharla.
Que
al menos eso podamos sacar de la intransigencia del presidente vecino”.