Hace rato que
tenía ganas de hacer esta lista. No es exclusiva y seguro se me quedará alguno
por fuera, pero antes -y con antes quiero decir hace cinco años, cuando yo
comencé a escribir un blog sobre viajes- solo conocía a otra venezolana más que
hacía lo mismo.
Hoy
son muchos los venezolanos que van por ahí contando sus historias en un blog,
haciendo viajes maravillosos y para mí siempre es un descubrimiento feliz
tropezarme con sus letras, las ideas y los anhelos; sobre todo con el afán de
contar todo lo que se pueda de nuestro país. Los que menciono aquí los leo
siempre, a algunos ya los he conocido en el camino. Ojalá la lista crezca.
La
pequeña comeflor. Es el blog de Arianna Arteaga Quintero, mi amiga bellísima y
a quien conocí hace ya varios años porque nos quisimos al sabernos patas
caliente de profesión. Hace rato que no lo actualiza, pero ahí ha vaciado
muchas de sus emociones. Tiene también este canal en You Tube.
Los
cuentos de mi tierra. Aunque Érika Paz tiene un programa de televisión que
lleva ese mismo nombre, de tanto en tanto va dejando en su blog otra parte de
sus cuentos. La quiero tanto que no me cabe contarlo aquí. Leerla es una
delicia, un cúmulo de historias interminables.
Xixerone.
No me perdono que, de buenas a primeras, se me haya olvidado incluir en esta
lista a Luis Cicerone. Es venezolanísimo, aunque ya no tiene ni el acento y
vive en Alemania. Es curioso, escribe siempre, sabe cómo bromear y dice que le
suena rara la palabra “guachafita”. Una vez lo fui a buscar al aeropuerto
cuando llegó a Venezuela y hablamos sin parar.
Uno
no vive, uno arde. Lo primero que leí aquí fue un viaje a Morrocoy y luego me
perdí en todos los caraqueñismos que Dilmer Duno tenía para escribir. Nos
conocimos en un parque de diversiones, una tarde cualquiera. Le va a dar pena
verse aquí y reconocer que tiene rato que no escribe en el blog.
Comiéndome
el mundo. Silvia Dubuc escribe su blog en español e inglés y eso me encanta.
Entrar allí es siempre encontrarse con un nuevo rinconcito que ella ha ido a
ver con curiosidad. Supongo que escribe a la misma velocidad con la que habla
cuando nos tomamos un café.
Venezuela
con mochila. Gustavo Celis ha roto con los muros mentales que muchos se colocan
para viajar por el país. Se pone su mochila, no planea mucho y se va a recorrer
lo que le provoque: pide cola, acampa, cree. Luego, todo lo cuenta en su blog.
Él sabe cuánto lo quiero, porque siempre se lo digo.
La
vida es 1 viaje. Es el blog de Santiago Garrido y lo escribe desde Budapest,
Hungría. Somos amigos y sé que tiene muchas historias por contar, más de las
que ha escrito. Además, es fotógrafo.
Andamos
de viaje. Jorbe y Luis David agarraron sus mochilas y se fueron lejísimos a
vivir sin prisa y buscar historias. Son el ejemplo real de cómo viajar por
mucho tiempo y sobrevivir al control de cambio. Escriben bonito, alucino con
sus fotos y están ahora en Panamá.
The
world we travel. Mariana y Víctor son unos enamorados de Venezuela y los
viajes; por eso se dejaron de tonterías y le dieron forma a este blog que está
lleno de historias y fotos bonitas. Escriben desde Nueva York y siento que
colocan sus sonrisas en cada palabra.
Crónicas
cambiantes. Si alguien sabe vaciar sus emociones mientras escribe es Eduardo
Monzón, que no omite detalle en lo que cuenta, que se emociona y lo transmite.
Es un viajero de naturaleza. Lo quiero por eso y porque se le ocurrió la idea
de que podíamos viajar juntos.
Yoendry.
Así, a secas, como su nombre. Siempre va por ahí con su cámara a cuestas, es
famosísimo en Instagram por sus fotos, cuentos y su afro; pero hizo caso y al
fin abrió un blog en el que escribe con cercanía y al que le está poniendo
cariño. Es mi maracucho querido.
Algo
Distinto PDE. El camino lo comenzaron tres, junto a Lupe -la pincher miniatura-,
pero hoy siguen en la ruta Gabo y Carmen. Hace varios meses comenzaron un viaje
en kombi desde Caracas y están recorriendo Latinoamérica; buscando historias
migratorias. Esas y las propias las van contando en el blog junto a un montón
de fotos hermosas.
Quién
dijo lejos. A Johan Ramírez siempre se le ha dado bien eso de escribir y
viajar. No para y sé que le inquieta mucho siempre conseguir las palabras
adecuadas. Una vez nos fuimos juntos a Río de Janeiro. Tiene demasiadas
historias por contar.