Lo que iba a
decir el papa Francisco en el Capitolio de Washington este jueves generaba
atención por partida doble: por ser la primera vez que un jefe de la iglesia
Católica se dirigía ante el pleno del Congreso y por lo que muchos temían que
pudiera decir.
Prensa. BBC
Mundo.
El
pontífice acudió a una sesión especial de ambas cámaras encabezada por el
vicepresidente de EE.UU., Joe Biden, en su condición de presidente del Senado,
y el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, ambos,
casualmente, devotos católicos.
El
discurso de Francisco había generado muchas expectativas por la conocida
resistencia de gran parte de los miembros de la mayoría republicana del
Congreso ante muchas de las ideas del Papa en temas polémicos como medio
ambiente, derechos de los homosexuales y la filosofía misma del sistema
capitalista.
Sin
embargo, Francisco no sonó demasiado cuestionador e hizo un discurso en el que
estuvieron presentes los temas previstos en su agenda pero los cuales fueron
abordados con muchos mensajes entrelíneas y ninguna estridencia.
El
Papa abogó por eliminar la pena de muerte y habló de temas como la inmigración,
la lucha contra la pobreza, la defensa de la familia y la conveniencia del
diálogo entre países que han estado enfrentados, en una aparente referencia al
diálogo entre Cuba y EE.UU.
El
pontífice hiló su discurso a partir de figuras estadounidenses reconocidas por
su lucha a favor de ciertos valores como el expresidente Abraham Lincoln, el
pastor protestante Martin Luther King Jr. Hizo su discurso en inglés, uno de
los dos que pronunciará en ese idioma durante su visita a Estados Unidos.
Proteger
la vida
En
su defensa de la abolición global de la pena de muerte, el Papa salió en
respaldo de una petición reciente de los obispos estadounidenses. "Estoy
convencido de que es lo mejor, dado que cada vida es sagrada", apuntó.
"No sólo les apoyo, sino que respaldo a quienes están convencidos de que
un castigo justo y necesario nunca debe excluir la dimensión de la esperanza y
el objetivo de la rehabilitación". Francisco también mencionó la
responsabilidad de proteger y defender la vida humana en cada etapa de su
desarrollo.
Inmigración
El
Papa se refirió a Estados Unidos como un país que sigue siendo para muchos una
tierra en la que pueden hacer realidad sus sueños y aspiraciones. "Las
personas de este continente no le tememos a los extranjeros porque muchos de
nosotros fuimos extranjeros. Lo digo como hijo de inmigrantes, consciente de
que muchos de ustedes también descienden de inmigrantes", apuntó.
Lea
también: La madre argentina que espera que el Papa salve a su hijo de la pena
de muerte en EE.UU. Se refirió a la crisis de refugiados que se vive en el
mundo y recordó que en el continente americano miles de personas viajan al
norte en busca de una vida mejor. Pidió ver a los inmigrantes como personas y
responder a sus circunstancias de manera humana, justa y fraterna.
"Recordemos
la regla de oro: tratar a los otros como quisiéramos ser tratados
nosotros", agregó. "Hay que enseñar a las nuevas generaciones a no
darle la espalda a nuestros 'vecinos' y a lo que nos rodea", dijo.
Proteger
el ambiente
Apoyado
en citas de su encíclica Laudato Si, el pontífice hizo un llamado a evitar los
efectos más negativos del deterioro ambiental causado por la actividad humana.
"Estoy convencido de que podemos hacer una diferencia y no tengo dudas de
que Estados Unidos y este Congreso tienen un importante papel", señaló.
"Es
la hora de acciones y estrategias osadas para implementar una ‘cultura del
cuidado’ y una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la
dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza".
Crear
y distribuir riqueza
La
encíclica también le sirvió al Papa para invitar a luchar contra la pobreza en
múltiples frentes, especialmente en sus causas e incluyendo temas como la
creación y distribución de la riqueza.
"La
actividad empresarial es una noble vocación orientada a producir riqueza y a
mejorar el mundo. Puede ser una manera muy fecunda de promover la región donde
se instala, especialmente si asume la creación de puestos de trabajo como una
parte esencial de su servicio al bien común", señaló.
Francisco
hizo numerosas menciones sobre la importancia de proteger a los más
necesitados. "Una sociedad perdura cuando busca, como vocación, satisfacer
las necesidades comunes al estimular el desarrollo de todos sus miembros,
especialmente de aquellos en situación de mayor vulnerabilidad", dijo.
Deshielo
Cuba-Estados Unidos
En
una aparente defensa del acercamiento entre Estados Unidos y Cuba, los dos
países que ha visitado durante esta gira, Francisco alabó los esfuerzos hechos
hasta ahora, en los cuales ha tomado parte como facilitador.
"Cuando
países que han estado enfrentados retoman la senda del diálogo -el cual puede
haberse visto interrumpido por las razones más legítimas- nuevas oportunidades
se abren para todos. Esto ha requerido y requiere coraje y osadía, que no es lo
mismo que irresponsabilidad", dijo.
Las
amenazas contra la familia
El
papa Francisco concluyó su discurso recordando que su visita a Estados Unidos
culmina en Filadelfia, dónde asistirá al Encuentro Mundial de las Familias, y
expresó su deseo de que la familia sea un tema recurrente durante su viaje.
Fieles
católicos se congregan a las afueras del Capitolio.
No
puedo ocultar mi preocupación por la familia que está amenazada, quizá como
nunca antes, desde el interior y desde el exterior. Las relaciones
fundamentales son puestas en duda, como el mismo fundamento del matrimonio y de
la familia. No puedo más que confirmar no sólo la importancia, sino por sobre
todo, la riqueza y la belleza de vivir en familia", dijo.
No
hubo bomba discursiva
Si
la clave de un buen discurso es conocer al público ante el que se va a hablar,
entonces el papa Francisco cumplió con la norma. Sus palabras fueron suaves,
pero con elegantes referencias a puntos álgidos y polémicos de la agenda
política estadounidense: desde el rechazo a la pena de muerte, la necesidad de
una reforma migratoria.
Los
largos y frecuentes aplausos de los parlamentarios, que en su inmensa mayoría
se definen como cristianos practicantes, muestran que el invitado estaba
diciendo las cosas correctas.
Era
lógico esperar que el Papa no soltara la bomba discursiva que muchos
conservadores temían, y aseguraban que presentaría entre los congresistas.
Pero, claro, el máximo representante del Vaticano y su proverbial diplomacia no
iba a presentar una nota discordante ante semejante auditorio.
Carlos
Chirinos, editor BBC Mundo.