Menos de uno de
cada diez casos de periodistas asesinados desde 2006 terminó en condena hasta finales
de 2014, según un informe sobre tendencias en libertad de expresión presentado
hoy en la Unesco en París. Mientras que solo en Amércia Latina fueron
asesinados entre 2013 y 2014.
Prensa. EFE
En
el texto se destaca la alarmante cifra de 87 periodistas asesinados el pasado
año y, de acuerdo con el estudio, en 2014 solo 13 de los 59 países en los
cuales se perpetraron asesinatos de periodistas respondieron a las peticiones
formales de información sobre las medidas tomadas al respecto.
El
número de informadoras asesinadas también ha aumentado y, además, éstas han
continuado siendo objeto de acoso y ataques, según la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que
celebró hoy el Día Internacional contra la Impunidad de los Crímenes contra
Periodistas.
La
secretaria general de la Unesco, Irina Bokova, consideró la impunidad de estos
crímenes algo “venenoso para la sociedad”, durante un debate moderado en París
por la veterana periodista de la CNN Christiane Amanpour. Bokova citó varios
casos de periodistas asesinados en los últimos meses como James Foley,
ejecutado por el yihadista Estado Islámico (EI) en Siria en 2014, o los
atentados contra el semanario satírico “Charlie Hebdo” en la capital francesa
en enero.
“Debemos
acabar con esa propaganda de odio que va en contra de los derechos de los
periodistas”, afirmó. En el coloquio se encontraba la madre de la periodista
Ghislaine Dupont, de Radio France International, asesinada a tiros en Mali en
2013 -junto con el cámara Claude Verlon- por cuatro hombres armados que les
habían secuestrado horas antes.
“Siempre
tuve miedo de una bomba, de un obús, pero lo que pasó no fue normal (…) Cuatro
hombres armados abatieron a mi hija y aún no sabemos ni las causas ni quiénes
son sus asesinos realmente”, declaró la madre de Dupont, Marie-Solange Poinsot.
Lamentó que todavía no hayan obtenido respuesta, ante la petición de documentos
clasificados al Ministerio de Defensa francés y a las autoridades malienses.
“Nos
recibió muy cordialmente el presidente François Hollande, (…) pero lo cierto es
que aún nos falta la información solicitada para saber la verdad”, agregó. En
el debate también estaba presente la ministra sueca de Cultura y Democracia,
Alice Bah Kunhke, quien subrayó que su país, que colaboró en la financiación de
este informe, está muy implicado en adoptar medidas para defender la libertad
de expresión, la cual, a su juicio, debe ser “intocable”. El estudio revela que
64 periodistas que trabajaban en televisión entre 2013 y 2014 fueron
asesinados, al igual que 61 profesionales de prensa escrita, 50 de radio y 3 de
medios digitales.
Conforme
a criterios geográficos, en ese periodo de tiempo 64 informadores fueron
ejecutados en el mundo árabe, 51 en América Latina, 30 en Asia y el Pacífico,
23 en África y 10 en Europa Central y del Este. Una
de las soluciones que se destacaron para defender la libertad de expresión,
salvaguardar la seguridad de los periodistas y frenar la impunidad de los
crímenes es que los gobiernos también tomen medidas y colaboren conjuntamente
con las organizaciones y asociaciones, y que fomenten esto en la educación.
“Es
muy fácil echar la culpa a las instituciones internacionales sobre muchos de
los casos que desgraciadamente ocurren, hay que pedir la colaboración de los
gobiernos de cada país que tienen mucha responsabilidad”, destacó la editora
del semanario “Newsweek” para Oriente Medio, Janine Di Giovanni, también
invitada al acto. A
pesar de los preocupantes datos recogidos, el informe concluye que “hay un
creciente impulso mundial hacia el establecimiento de una cultura en la que se
garantiza la seguridad de los periodistas y el fin de la impunidad”, lo que
permite fomentar sociedades de conocimiento pacíficas.
A
juicio de la Unesco, esto es esencial para alcanzar el Objetivo de Desarrollo
en el que se exhorta a todos a garantizar el acceso público a la información y
a proteger las libertades fundamentales, de conformidad con las leyes
nacionales y los acuerdos internacionales.