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Muchos
creen que el pan de jamón se ha comido toda la vida en Venezuela y no es así. Es
más, aunque les duela a algunos Bolívar no comió pan de jamón. No pudo hacerlo
porque en su época simplemente no existía.
Sobre
el origen del pan de jamón existen muchas historias (la mayoría equivocadas
debido a su carencia de rigor histórico e investigativo): desde su origen
colonial y mestizo, hasta la de que fue el invento de un panadero italiano por
allá en 1940 quien, en medio de una borrachera decembrina, le dio por
confeccionar un cachito gigante.
Lo
realmente cierto del origen del pan de jamón, es que no nació en la época
colonial ni en el patio trasero de las casas de la época pues no existe
registro histórico que lo avale. No es entonces, una receta que se ha legado de
generación en generación y que haya sufrido los cambios propios de su paso por
el tiempo.
Es
una creación de comienzos del Siglo XX, que poco a poco se fue transformando en
una costumbre navideña hasta hacerse imprescindible cada diciembre. Por si no
lo saben, el pan de jamón es exclusivo de nuestro país, se inventó aquí, se
come sólo aquí y lleva el sello de nuestra identidad.
Me
pasé dos años investigando sobre su origen y al fin todo quedó plasmado en “El Libro
del Pan de Jamón”, actualmente agotado, publicado hace casi 30 años y del que
todavía estoy esperando los derechos de autor que nunca me pagaron.
El
pan con jamón, así lo llamaban al principio, se inventó en 1905 en la Panadería
“Ramella”, que quedaba en la esquina de Gradillas y originalmente llevaba sólo
jamón.
Se
hacía con masa de pan sobado que se rellenaba con los restos del jamón de
coleto que se planchaba luego de dejarlo remojando en una preparación que
incluía vinos, clavos, piñas, canela, papelón, etc. Luego, las panaderías de la
competencia, que eran muchas, imitaron esta creación y le fueron agregando
pasas y aceitunas.
“Fue
Ramella la que comenzó con el pan de jamón y luego siguieron las otras
panaderías -me dijo don Luis Morales en 1982, cuando todavía era secretario de
la Asociación de Industriales de Panadería, que él había fundado en 1955-. Este
pan se hacía con jamón “Ferry”, que venía forrado en una capa que llamábamos
“chapapote”. Después de los años 40 el pan de jamón comenzó a hacerse con jamón
en lonja. Pero ya no era el mismo, ni la masa ni el relleno. Ahora todo es más
industrial, tiene menos sabor, antes se hacía con verdadero arte”.
Otra
panadería famosa era la “Solís” de F. Banchs & C.A., y algunos creen que
fue allí donde se elaboró por primera vez y quien lo hizo fue el viejo
Francisco Banchs, de origen catalán, llegado a Venezuela en 1890. Pero no es
así. “Mi abuelo llegó de España en 1890 – me confesó su nieto, el Dr. Francisco
Banchs- y era de profesión panadero, pero él no inventó el pan de jamón. Es
más, en España no se conocía en esa época”.
Panadería
Solís
En
la panadería de “Solís” comenzó a fabricarse a principios de siglo, pero no
fuimos nosotros quienes lo inventamos, ya otra panadería lo había hecho antes,
debe haber sido “Ramella”, como usted dice. Se hacía con jamón “Ferrys” y se
picaba en cuadritos de un centímetro.
“Recuerdo
muy bien porque yo era el encargado de cortarlo y pesarlo, yo era el pesador.
Al pan de Bs. 1 se le ponían 30 gramos de jamón y 5 gramos de pasas, al de Bs.
2, 60 gramos de jamón y 10 gramos de pasas, y al de Bs.4, 120 gramos de jamón y
20 gramos de pasas. Eran panes por encargo”.
“Recuerdo
que todos los 24 de diciembre, entre las 4 y las 7 de la noche, la panadería se
llenaba de gente buscando el pan de jamón. Hubo un año que cayó un tremendo
palo de agua y muchos panes se nos quedaron fríos”.
Normalmente
las grandes recetas han nacido en las cocinas hogareñas y de allí han pasado a
la cocina pública, a los restaurantes. Con el pan de jamón ocurre lo contrario.
Desde sus orígenes fue un producto industrial que se transformó en tradición
navideña.
La
mayoría de la población se alimentaba con poco y solo en diciembre se daban el
gusto de comer algo sabroso o de preparar las trabajosas hallacas. El pan de
jamón ha sufrido últimamente algunas alteraciones que van más allá de la receta
original. Ciertas panaderías en vez de jamón de cerdo utilizan pavo, lo que es
muy respetable en caso de aquellos que por cuestiones religiosas o prescripciones
médicas, no pueden comer cochino.
Otros
preparan versiones con masa de hojaldre, rica en mantequilla y más quebradiza.
También
algunos lo hacen vegetariano. He comido también panes rellenos con salmón
ahumado, pero eso es ya otra cosa. Para darle brillo, se pinta con huevo. Por
mi parte, le pongo un melado de papelón cuando está dorándose en el horno. Le
da ese toque dulzón que tanto nos gusta.
La
primera prueba de que en Caracas existía el pan de jamón, la encontramos en el
Nº 1826 del periódico “El Constitucional”, del 21 de diciembre de 1906, en un
aviso a 3 columnas que dice: “Pan con jamón. Especialidades de la casa para los
días de Pascuas, a 2, 4, 6, 8 reales, etc. Panadería de Sociedad Montaubán
& C.A.”
No
es sino a partir de los años ochenta, con la publicación de las primeras
recetas en revistas y periódicos, que el pan de jamón comienza a hacerse en
casa. En verdad no tenemos costumbre de preparar el pan en el hogar, salvo
algunas familias andinas. Es más fácil adquirirlo en la panadería de la
esquina.
Pero
poco a poco esto ha ido cambiando y cada día son más los que se atreven a
enharinarse las manos, entrarle de lleno a la cocina y hornearlo en casa justo
el mismo día de la fiesta, para comerlo bien calentito, que sabe a gloria.
Para
Juan Carlos Bruzual:
“…el
pan de jamón es el único pan venezolano que recorre la fibra social de nuestro
país, es decir desde las clases más pudientes hasta las más desposeídas o menos
favorecidas comen pan de jamón en navidad, unos más costosos otros más económicos,
pero todos los venezolanos comemos este pan en navidad, y así como recorre de
arriba hacia abajo y se devuelve de abajo hacia arriba la fibra social, también
atraviesa geográficamente de norte a sur y de este a oeste nuestro hermoso
país, ese hecho en si mismo convierte al pan de jamón en un identificador de
nosotros los venezolanos como pueblo, culturalmente el pan de jamón nos une en
torno a una patria, a una nación con la que nos identificamos y de la cual nos
sentimos orgullosos…”.