La derrota del
oficialismo venezolano en los comicios legislativos lo pone ante un escenario
complejo: por primera vez en 17 años deberá lidiar con una compleja crisis
económica sin el control de la Asamblea Nacional.
Prensa.
Associated Press
El
Consejo Nacional Electoral anunció en la madrugada del lunes en su primer
boletín que luego del escrutinio del 96,03% de las actas de votación, la
coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática obtuvo 99 escaños de los 167
de la Asamblea. El oficialismo sumó 46 legisladores y resta adjudicar 22 escaños,
entre ellos los de los tres representantes de las etnias indígenas.
“Nosotros
tenemos seguro, de acuerdo a lo escrutado, ya 108 diputados. Esa cifra podría
escalar”, afirmó el lunes Jesús Torrealba, secretario ejecutivo de la alianza
opositora. La oposición podría llegar a alcanzar cerca de 115 diputados,
indicaron a The Associated Press fuentes de la Mesa de la Unidad Democrática.
De
alcanzar esa cifra la oposición lograría una mayoría calificada esencial para
aprobar leyes habilitantes y leyes orgánicas que organizan el resto de los
poderes y sirven de marco a otras leyes; designar o remover a los magistrados
del Tribunal Supremo de Justicia, a los rectores del Consejo Nacional
Electoral, la fiscal general, el contralor general y el defensor del pueblo;
convocar a una Asamblea Constituyente y aprobar una reforma constitucional,
entre otros temas.
Torrealba
consideró “históricos” los resultados y afirmó que el oficialismo sufrió una
“estruendosa derrota”. El dirigente dijo a la prensa que estos resultados deben
llevar a todos los actores políticos y en particular a la alianza opositora a
“reinventarse” porque “una cosa es unirse para resistir y otra cosa es unirse
para gobernar”.
Asimismo,
planteó que el oficialismo debe “digerir una derrota y generar un nuevo tejido
dirigente que tenga legitimidad efectiva en su propia base y aprender a
relacionarse con el país no desde la agresión y la amenaza sino desde la
propuesta y el trabajo”.
En
una alocución tras conocerse los resultados, el presidente Nicolás Maduro
reconoció la derrota y elogió el sistema electoral venezolano. “Hemos venido
con nuestra moral, con nuestra ética a reconocer estos resultados adversos,
aceptarlos y decirle a nuestra Venezuela ha triunfado la constitución y la
democracia”, dijo el mandatario.
Así
los adversarios de Maduro diluyeron el dominio oficialista de más de tres
lustros en el Congreso que le permitió aprobar sin obstáculos leyes
fundamentales, nombrar miembros en poderes públicos y avanzar en el propósito
de convertir a Venezuela en un estado socialista.
El
directivo de la encuestadora local Datanálisis, Luis Vicente León, dijo a AP
que estos resultados deben llevar al oficialismo a una revisión de su proyecto
político y su manera de gobernar porque la población “mayoritariamente lo
rechazó” en las urnas.
León
indicó que para Maduro la situación es “muy compleja” porque deberá lidiar con
una crisis económica, un debilitamiento político y una posible crisis en lo
interno del oficialismo.
Entre
octubre y noviembre el respaldo popular de Maduro subió unos once puntos
porcentuales y se ubicó en 32%, según cifras de Datanálisis. Esta recuperación
en la popularidad fue atribuida a la campaña electoral que emprendió el
oficialismo y que implicó el reparto de computadoras, lavadoras y bolsas de
comida entre los sectores populares, donde se concentra el mayor respaldo al
gobierno.
El
analista descartó que estos resultados puedan representar el fin del modelo que
impulsó el fallecido Hugo Chávez hace más de una década pero planteó que sin
duda desencadenarán un “proceso de renovación” en la dirigencia chavista.
Falta
aún por totalizar los votos en nueve de las 87 circunscripciones distribuidas
en los 23 estados del país y el Distrito Capital, donde la tendencia aún no es
irreversible, dijo la presidenta del Consejo nacional Electoral Tibisay Lucena.
Por otra parte, aún no se han contabilizado los resultados oficiales de otras
dos circunscripciones localizadas en zonas selváticas remotas de los estados
Apure y Amazonas.
El
gobierno sostuvo que la derrota fue consecuencia de una “guerra económica”
promovida por empresarios y sectores opositores. En los últimos nueve años
Venezuela ha registrado la mayor tasa de inflación de la región.
“Es
heroico que estemos hoy recogiendo el 42% de los votantes de esta fiesta
electoral, luego de lo que se nos ha hecho y de lo que se ha hecho padecer a
nuestro pueblo” en materia económica, expresó Maduro. “Hoy más que nunca falta
la unión de los revolucionarios, de los chavistas… de una nueva etapa que se
abre”.
Los
analistas asocian la inflación y el desabastecimiento al agotamiento de un
modelo económico caracterizado por el control de precios y de cambio vigente
desde 2003 y a un crecimiento del gasto público que ha llevado aumentar el
dinero circulante en la economía a niveles nunca antes vistos.
Pese
a que las autoridades llevan casi un año sin publicar el índice inflacionario,
algunos analistas estiman que el alza de precios alcanzó los tres dígitos. “Las
familias venezolanas se cansaron de vivir las consecuencias del fracaso”, dijo
Torrealba al leer un comunicado conjunto de la coalición.
Maduro
había prometido en varias ocasiones en las últimas semanas que si perdía se
lanzaría a la calle para defender los logros del proyecto socialista de Chávez,
su mentor político, pero poco antes de la votación cambió de tono.
“En
Venezuela lo que va a reinar es la democracia, la paz… Yo he dicho que vamos a
las calles pero quizás y me equivoqué no podemos ir donde nosotros siempre
estamos. Nosotros siempre estamos en las calles con la gente”, dijo.
El
mandatario también exhortó a sus adversarios a que “administren muy bien ese
triunfo que han obtenido” y expresó que “ojalá puedan ponerse en sintonía con
la necesidad de millones de que cese la guerra económica”.
Centenares
de personas con banderas venezolanas, celebraron la victoria en una de las
avenidas del próspero municipio de Chacao, en el este de la capital, uno de los
bastiones de la oposición. “Vienen cosas positivas. Muchas personas han
despertado políticamente. Me siento muy feliz”, dijo Deivis Guillén, un
cantante y publicista de origen humilde de 32 años, mientras corría en medio de
la vía festejando el triunfo.
Juan
Carlos Gutiérrez, un estudiante de ingeniería de clase media de 28 años, celebraba
tomando un vaso de whisky en la calle. “Sabía que esto venía. Esta victoria es
histórica y representa un respiro en medio de esta crisis”, expresó. Gutiérrez
admitió que esta situación no resuelve los problemas generados por la crisis
pero sostuvo que representa “un alivio”.
Por
JORGE RUEDA y FABIOLA SÁNCHEZ,