Columna
Aprendiendo a Vivir.
Psicólogo
Clínico y Teólogo
Valores para
Vivir
Dr. Héctor Márquez
Los disociados
originaron el caos que hoy se vive en Venezuela.
Desde
el punto de vista de la psicología clínica, disociarse es distanciarse de la
verdad, de la realidad circundante. No se trata de perder la noción de lo real
pues esto sería enajenación o locura.
La
disociación, en cambio, consiste en desconectarse de los elementos que se relacionan
entre sí. Esto ocurre cuando la persona deja de integrar sus pensamientos
racionales con sus capacidades perceptivas. Le daré un ejemplo de lo que acabo
de decir: el actor de Hollywood Tom Cruise está invirtiendo millones de dólares
en la construcción de un gigantesco búnker (refugio subterráneo fortificado)
pues su religión, la Cienciología, lo ha convencido de que en su país habrá un
holocausto nuclear y la fabricación de un búnker es la solución para salir con
vida de esa catástrofe que aguarda al mundo entero. Este señor no está loco,
sino persuadido de la realización de esa fantasía. Y digo fantasía porque el
raciocinio nos dice que esto es improbable debido a la altísima tecnología
militar y espacial de frecuente vigilancia, detección y destrucción de misiles
nucleares que tiene los Estados Unidos de costa a costa.
Pero
la disociación hace añicos al sentido común. No es exagerado decir que millones
de personas en nuestro país han mostrado elevados niveles de disociación. Y
esta actitud ilógica y carente de sindéresis se explica por uno de los factores
que origina la disociación, el acoso emocional.
Cuando
digo acoso emocional me refiero a las consecuentes griterías, mentiras,
amenazas, improperios, enfrentamientos, explotación y situaciones críticas y
denigrantes que hemos vivido los venezolanos por parte de opinadores y
políticos derechistas e izquierdistas, que desde sus extremistas trincheras
mediáticas nos han disparado durante estos años de "Quinta
República". No estoy afirmando que nuestras dificultades comenzaron hace
15 años, lo que manifiesto es que este ha sido el período más evidentemente
disociado de nuestra historia.
Hay
disociados disociadores por intereses de poder (líderes y propagadores de la
fantasía y la mentira) y hay disociados por recepción, que como dijo Taylor
Buckner son aquellos "con baja capacidad y habilidad crítica para examinar
lo que otros dicen, y separar lo verdadero de lo falso, demostrando con
esto la existente falta de personalidad
y de criterio propio".
¡Cuántas
cosas absurdas nos han dicho los disociadores, y cuántos disociados han
procreado!
Si
desde el inicio de ésta era política y social los venezolanos hubiésemos
contado con medios de comunicación que mediaran y estuvieran en el centro, con
líderes políticos fortalecidos de argumentos intelectualmente honestos, con la
capacidad para el debate racional y persuasivo, y con ciudadanos con capacidad
propia para el análisis, nada de lo que hasta hoy hemos vivido hubiese ocurrido,
porque muy difícilmente hubieran logrado disociar a los hoy disociados.
"Considerando
la sabiduría, la locura y la insensatez... Concluí que es más provechosa la
sabiduría que la insensatez, así como es más provechosa la luz que las
tinieblas" (Ecle. 2:12-13).
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