Prensa.
BBC Mundo.
Kenyerber Castillo, un venezolano de 2
años que fue diagnosticado con leucemia a los 5 meses de nacido, necesita
acetaminofén para enfrentar la fiebre que lo tiene hospitalizado hace cinco
días. Su madre, Marycarmen Pérez, le cuenta a BBC Mundo que "gracias a
Dios" una amiga que trabaja en una farmacia le consiguió varios frascos
del analgésico, y así no tiene que depender de los paños de agua fría para
bajar la fiebre.
Pero Kenyerber no solo necesita
acetaminofén: también precisa cardioxane, una solución que le protege el
corazón durante la quimioterapia. Y Marycarmen no lo consigue. Asimismo,
Kenyerber requiere un catéter para el drenaje de líquidos, porque el que
consiguieron sus padres, regalado por otra amiga en una farmacia, es demasiado
ancho para él.
El de su tamaño costaba una fortuna en
la farmacia que lo vieron, pero luego de que consiguieron el dinero a través de
familiares, amigos y vecinos, se agotó. El drama de Kenyerber y sus padres es
solo un ejemplo de lo que miles de venezolanos viven –hasta que en algunos
casos mueren– por la escasez de medicamentos en el país.
Crisis humanitaria
El martes, la Asamblea Nacional de
Venezuela, ahora de mayoría opositora, declaró una crisis humanitaria de salud
"en vista de la grave escasez de medicamentos, insumos médicos y deterioro
de la infraestructura humanitaria", según se lee en el acuerdo aprobado. La declaración le exige al gobierno
poner como prioridad la atención de la crisis.
Asamblea declara "crisis
humanitaria de salud" por escasez de medicamentos. Debido a la debacle
económica que sufre el país, en ocho de cada diez farmacias no se encuentran
los medicamentos básicos, según la Federación de Farmacias de Venezuela
(Fefarven).
Fefarven reveló el número la semana
pasada, pero desde hace dos años viene reportando una escasez de al menos un
60% de los medicamentos básicos. El gobierno de Nicolás Maduro debe más de
US$3.000 millones a diferentes farmacéuticas y laboratorios, que han debido
limitar sus importaciones al país.
Pero el oficialismo defiende su política
de salud en los últimos 17 años, destacando la instalación de cientos de
centros ambulatorios en barrios populares del país operados por médicos
cubanos. El gobierno dice que la escasez de medicamentos tiene que su origen en
la guerra económica que sectores pudientes supuestamente gestan contra la
revolución bolivariana.
El diputado opositor y doctor José
Manuel Olivares, quien presentó la propuesta de decreto, dijo que el 68% de los
ambulatorios están cerrados, que la tasa de muertes por cáncer es el triple y
el doble que la de Ecuador y Bolivia, respectivamente, y que tratar una
enfermedad cardiovascular –la mayor causa de muertes en Venezuela y el mundo–
es prácticamente imposible ahora en la país.
Sesión parlamentaria entre lágrimas
Durante la sesión parlamentaria en la
que se declaró la crisis participaron dos personas cuyos familiares murieron
por la falta de medicamentos. La bancada oficialista lamentó que la oposición "convirtiera
en un show mediático el dolor humano" y se abstuvo de votar la crisis
humanitaria.
Richard Medina –el padre de un niño de 3
años con cáncer de pulmón que falleció porque no conseguía cardioxane– fue uno
de los que participó en la sesión. Con la
voz quebrada y lágrimas en los ojos, Medina pidió a los diputados unión
nacional para enfrentar la crisis.
Y recalcó: "Hay personas que están
ahorita luchando por sobrevivir porque no consiguen medicamentos".
Por cielo y tierra
Algunas farmacias y laboratorios han
abierto líneas de atención para que la gente llame a ver si tienen, y dónde,
determinada medicina. Ciertas droguerías
parecen locales en construcción por lo vacías, mientras que otras llenan los
anaqueles con lo único que hay: enjuague bucal, por ejemplo.
Qué hay y qué falta en las farmacias de
Venezuela
Hay unos medicamentos escasos, como los
antialérgicos, que generan comentarios sarcásticos del boticario tipo "¿y
tú dónde crees que vives, chico?", como si preguntar por él fuera una
torpeza de quien acaba de llegar al país.
Durante los últimos dos años se ha
vuelto cada vez más frecuente ver mensajes en las redes sociales como
"URGENTE: niño de 4 años solicita prednisona o meticorten de 20 mg.
Tabletas. En Caracas. Favor llamar al 0424****981. Gracias". Varias cuentas de Twitter y Facebook
–como Servicio Público Venezuela o Donando Tratamiento– se han vuelto populares
porque hacen el puente entre quienes buscan los medicamentos y los posibles
donantes.
Badan, una empresa de venta y
distribución de medicamentos especializados, advierte que la reventa implica
vender solo a quienes están presentes en la farmacia. La Fundación Somos Vida, que originalmente
apoya a niños con cáncer, es una de ellas.
Diana Zambrano, la directora, le cuenta a BBC Mundo que justo hace unos
días tuvieron el caso de un niño que necesitaba cardioxane, el medicamento que
necesitaba el hijo de Medina y ahora requiere Kenyerber.
El remedio cuesta US$600 en el exterior,
una fortuna para un venezolano en este momento debido a la devaluación del
bolívar. "Después de mucho insistir
por las redes sociales, logramos que un amigo de la Fundación, un economista
reconocido en el país, hiciera la donación en dólares y otro amigo lo
trajera", dice Zambrano. "Así es siempre: o alguien tiene el
medicamento o alguien hace una donación para que otra persona lo traiga del
exterior", explica. Y añade que la Fundación "no tiene la capacidad
de responder a todos los casos que nos llegan, y por eso estamos tratando de
buscar aliados como la Cruz Roja para que nos ayuden".
Cuando no hay, no hay
La falta de medicamentos tiene una
importante diferencia con la escasez de alimentos, que también es común en
Venezuela: no hay sustituto. "Cuando
tú tienes un paciente enfermo tienes que darle el medicamento indicado y
ya", dice Zambrano. "Una enfermedad, y sobre todo el cáncer, te ataca
y tú tienes que defenderte y punto (…) Un médico puede cambiar el esquema de
tratamiento debido a la escasez, pero eso perjudica al paciente y aumenta la
posibilidad de muerte", concluye.
Determinada medicina no se puede
sustituir como quien remplaza la falta de carne con pollo. Lo que sí tienen en
común ambos fenómenos es la causa, que si bien el gobierno atribuye a la guerra
económica, economistas dicen que es el control de precios. Como algunos
alimentos, ciertos remedios en Venezuela se venden por debajo del precio del
mercado, y eso no solo reduce los incentivos de inversión, sino que genera
corrupción. Muchos medicamentos, por ejemplo el
acetaminofén, dejaron de conseguirse al precio oficial y regulado, pero uno los
puede comprar fácilmente 10 o 15 veces más caros en el mercado negro.
No todos los pacientes son iguales
Como en el mercado negro de los
alimentos, para conseguir medicamentos los venezolanos usan todas las palancas
habidas y por haber con tal de tenerlo. Y,
en ese sentido, no todos tienen las mismas oportunidades. El sábado, el
reconocido cantautor venezolano Gualberto Ibarreto, de 68 años de edad,
solicitó por redes sociales una dosis de stalevo, un medicamento que contiene
dopamina y reduce los síntomas del párkinson. Su esposa, Berta, le dice a BBC
Mundo que llevaban desde noviembre tratando de conseguirlo, pues le habían
subido la dosis y "sabía cuál es la situación del país". "Por
eso mis hijos pensaron en la solución de las redes sociales".
El tuit que produjo una llamada del
presidente Maduro.
El domingo, el presidente Nicolás Maduro
llamó a Ibarreto, y le dijo que la dosis del medicamento que necesitaba ya iba
en camino a Maturín, la ciudad en el oriente venezolano donde vive el
cantautor. El lunes lo llamaron del ministerio de Salud y por la tarde ya
tenían el remedio en sus manos.
Bertha reconoce que gracias a la fama de
Ibarreto la solución llegó rápido. Pero advierte: "Todavía quedamos
venezolanos que queremos ayudar a otros".
"Lo mismo pasa con la harina, que si no hay alguien te la cambia
por arroz y si no por yuca". Bertha se oye ofuscada: "Me tiene loca todo
el mundo llamando a ver qué pasó con Gualberto".
Antes de colgar, la mujer de Ibarreto
cuenta que está por salir a hacer una ronda por varias farmacias en busca del
atamel para su hijo, que está infectado del virus zika. "Ese es nuestro día a día: encuentras
una cosa y luego tienes que buscar la otra".