Prensa. BBC
Mundo. Gerardo Lissardy
La
presidenta brasileña, Dilma Rousseff, apenas dijo "buen día" este
jueves en el acto para investir a su antecesor Luiz Inácio Lula da Silva como
ministro de la Casa Civil, cuando estalló la confusión en el mismo salón donde
transcurría la ceremonia oficial. Un diputado federal crítico de la designación
de Lula gritó "vergüenza" y fue expulsado del palacio presidencial de
Planalto, mientras partidarios del gobierno coreaban: "¡No va a haber
golpe!".
La
escena fue un reflejo de la crispación que el nombramiento de Lula genera en
Brasil, donde este jueves hubo manifestaciones a favor y en contra suya en
varias ciudades, con algunos incidentes violentos en la capital. 4
preguntas para entender el polémico nombramiento de Lula como ministro. En
paralelo, un juez federal suspendió la nominación del expresidente como jefe de
gabinete, argumentando que hay indicios de crimen de responsabilidad en la
misma, ya que Lula es investigado por corrupción.
El
gobierno anunció que recurrirá la medida del juez Itagiba Catta Preta Neto,
quien ha sido visto participando en protestas contra el gobierno del
izquierdista Partido de los Trabajadores (PT). El
juez que suspendió el nombramiento de Lula como ministro y participó en las
protestas contra Dilma Rousseff
Rousseff
presentó la investidura de Lula como un refuerzo clave para su administración,
en medio de la grave crisis político-económica brasileña que amenaza su propio
mandato. "Cuento
con la experiencia del expresidente Lula, cuento con la identidad que tiene con
el pueblo", sostuvo la mandataria durante la ceremonia. "Su presencia
aquí prueba que tiene la grandeza del estadista".
Pero
otros creen que Rousseff tan solo intenta evitar el arresto de Lula, que como
ministro tendría un fuero judicial especial, y las sospechas crecieron al
conocerse un diálogo grabado entre ambos donde la presidenta le anuncia que le
enviaría el acta de su designación para usar "en caso de necesidad".
Juez
suspende de forma cautelar el nombramiento de Lula como ministro
Esto
intensificó las críticas contra Rousseff, así como las advertencias de que
tener a su antecesor en el gabinete podría resultar demasiado costoso para ella
misma. El día en que la Cámara de Diputados de Brasil inició el trámite para un
eventual juicio con miras a la destitución de Rousseff, en el aire flota una
pregunta: ¿es la nominación ministerial de Lula el peor error político de la
mandataria?
El
fin"
Algunos
analistas sostienen que la presidenta sí cometió una equivocación mayúscula al
incorporar a su gobierno a su "amigo y compañero de luchas", como
ella misma llamó a Lula este jueves.
Un
hombre que apoya a Lula llora durante el nombramiento del expresidente como
ministro de la Casa Civil. "Todo muestra que fue un error político",
dijo David Fleischer, profesor emérito de ciencia política en la Universidad de
Brasilia, en diálogo con BBC Mundo.
Y
agregó que, además de las dudas sobre el fuero judicial privilegiado de Lula,
han surgido acusaciones de que Rousseff cometió "obstrucción de la justicia"
al designar al expresidente cuando era investigado. Algunos de los principales periódicos
brasileños también publicaron editoriales este jueves criticando a la
mandataria.
Cómo
Lula da Silva pasó de ser "el político más popular del planeta" a ser
investigado por corrupción. "Ya se decía que, con la nominación de Lula,
el gobierno (de) Dilma Rousseff llegaba al fin. Tal vez la frase deba ser
encarada, a partir de los próximos días, de una forma más literal de lo que se
pensaba", indicó un editorial del diario Folha de Sao Paulo. "Al
nombrar al expresidente una especie de primer ministro con amplios poderes, la
presidente colocó (la causa judicial por sobornos denominada) Lava-Jato dentro
del Palacio, a su lado", sostuvo un texto de opinión del diario O Globo.
Los
críticos recuerdan, además, que la designación de Lula fue anunciada apenas
horas después de las manifestaciones antigubernamentales del domingo, que
batieron récords de asistencia en la historia del país. Y señalan que en los
próximos días pueden surgir más datos comprometedores para Lula y Rousseff,
como la delación que hizo ante la justicia el exlíder del gobierno en el
Senado, Delcídio Amaral, acusando a ambos de obstruir investigaciones de
corrupción. Lula y Rousseff niegan esto, pero muchos creen ahora que el
expresidente podría hundir por inercia a su sucesora en caso de caer en un
proceso judicial.
Con
amplia popularidad
En
cambio, otros analistas dudan de que haber acudido a Lula pueda considerarse un
error estratégico de Rousseff, cuyos índices de aprobación se desplomaron con
los escándalos y la fuerte recesión económica. El expresidente mantiene una
parte de la amplia popularidad con que dejó el cargo a fin de 2010, tras un
mandato de ocho años durante el cual la economía de Brasil creció y decenas de
millones salieron de la pobreza.
Además,
Lula tiene influencia en partidarios y aliados. La grabación de una
conversación entre Dilma Rousseff y Lula da Silva que agrava la crisis política
en Brasil. Algunos observadores creen
que Rousseff apostó a él para reconstruir su deteriorada base de apoyo en el
Congreso y parar el proceso de juicio político que puede acabar con su mandato.
"Los
golpes comienzan así”, continuó.
Cristiano
Noronha, vicepresidente y analista político de la consultora Arko Advice en
Brasilia, descartó que la designación de Lula sea el mayor error de Rousseff,
aunque hoy tampoco luzca como un acierto.
"Inicialmente
la ida del ex presidente (al ministerio de) Casa Civil tenía potencial de
conseguir revertir algunos votos contrarios a la presidenta y a favor del
impeachment", dijo Noronha a BBC Mundo. "El problema", añadió,
"es que toda esta confusión puede anular ese beneficio".