Columna.
Por: Gustavo Azócar Alcalá
La ilegal medida del cierre de la
frontera, adoptada por Nicolás Maduro y su lugarteniente José Gregorio Vielma
Mora, hace exactamente 11 meses, quedó completamente desnuda ayer domingo10 de
julio de 2016. Los medios de comunicación de Venezuela, Colombia y del mundo
entero, mostraron las imágenes de miles y miles de venezolanos cruzando los
puentes internacionales en Ureña y San Antonio del Táchira para ir a los
supermercados y abastos de Cúcuta a comprar alimentos y medicinas.
La movilización de ayer domingo no fue
organizada por la MUD, ni por partido político alguno. Esto es bueno decirlo
para rebatir el absurdo argumento esgrimido por Vielma Mora y los jalamecates
del PSUV, que aseguran que la movilización que se efectuó ayer domingo tuvo
carácter político. Pues se equivocan. La marea de gente que tomó los puentes
fronterizos ayer no lo hizo por política, lo hizo por hambre. Fue la misma
gente, cansada de hacer colas y aburrida de los CLAP, la que se organizó,
mediante mensajes de texto y las redes sociales, para presentarse frente a los
puentes internacionales Francisco de Paula Santander y Simón Bolívar, que unen
a Ureña y San Antonio del Táchira con el departamento Norte de Santander de
Colombia.
La primera movilización se hizo hace
poco menos de una semana, el martes 5 de julio. Un grupo de aguerridas y
valientes mujeres de Ureña, se organizó mediante el uso de las redes sociales
para reunirse frente al puente internacional Francisco de Paula Santander. La
movilización, que inicialmente esperaba contar con unas 200 personas, rebasó
las expectativas por cuanto logró congregar casi un millar de mujeres. Los
efectivos de la GNB intentaron contener esa primera avanzada, pero no lo
consiguieron y no tuvieron otra opción que dejar pasar a las personas que sólo
querían ir a hacer compras en Cúcuta. El resultado de esa primera gran
movilización, cuyos videos le dieron la vuelta al mundo, fue la convocatoria a
una segunda movilización para el domingo 10 de julio.
Vielma Mora informó a Nicolás Maduro que
la movilización que se esperaba para este domingo 10 de julio iba a ser mucho
más concurrida, y entre ambos acordaron abrir la frontera por 12 horas para
evitar una confrontación de grandes magnitudes. Vielma Mora nunca imaginó lo
que iba a ocurrir ayer. El mandatario, quien ha demostrado en poco más de 3
años no conocer absolutamente en nada el gentilicio de los tachirenses, acusó
hace varios días a las mujeres que cruzaron la frontera en busca de alimentos
de ser unas “bachaqueras”.
“Tenemos identificadas a las damas que estaban
en la actividad planificada en la frontera el 5 de julio. La mayoría son
bachaqueras (…) Actores de la oposición financiaron está acción que fue
inducida (…) los partidos Voluntad Popular, Primero Justicia, Acción
Democrática y Copei planificaron el paso de las mujeres en la frontera para
generar caos”.
Vielma Mora fue la primera foca que
aplaudió el cierre de los puentes fronterizos decretado por Nicolás Maduro el
19 de agosto de 2015. El mandatario apoyó la intempestiva medida ordenada por
el ex chofer del Metro de Caracas, convencido de que esa decisión iba a
producir buenos resultados políticos y electorales con miras a las elecciones
legislativas del 6 de diciembre. Fue Vielma Mora quien solicitó a Maduro
desalojar a centenares de familias colombianas residenciadas en barriadas
populares de San Antonio del Táchira. Fue Vielma Mora, quien convenció a las
autoridades militares de que la línea fronteriza estaba abarrotada de presuntos
paramilitares y que la única forma de acabar con ellos era desalojando a
cientos de madres y padres de familia que habitaban en los cordones de miseria
que se formaron en las adyacencias del lado venezolano del río Táchira.
Durante 11 largos meses, el cierre de
los puentes fronterizos, que se hizo con el falso argumento de acabar el
contrabando de gasolina y la extracción de productos regulados, sólo sirvió
para una cosa: para que las mafias de civiles y militares se enriqueciera
cobrando jugosas comisiones a los contrabandistas que utilizan las trochas para
pasar camiones repletos de combustible y alimentos en horas de la noche. Todo
el que vive en la frontera sabe, que para pasar a pie por algún puente sin ser
requisado o molestado, hay que bajarse de la mula con 25 mil bolívares fuertes
que se pagan a los “cobradores autorizados” apostados cien metros antes de cada
puente. Los que quieran pasar su camioncito lleno de gasolina o alimentos,
deben hacer una modesta contribución de 1 millón de bolívares.
El cierre de la frontera fue un fracaso.
Así quedo evidenciado ayer domingo 10 de julio, cuando más de 30 mil
venezolanos cruzaron los puentes internacionales entre las 6 de la mañana y las
6 de la tarde para ir a realizar compras en Cúcuta. El gobernador de Norte de
Santander, William Villamizar Laguado, al entregar el balance del corredor
humanitario que fue habilitado este domingo, informó que 35.000 venezolanos
lograron pasar tranquilamente y sin sobresaltos la línea fronteriza para llegar
a esa ciudad colombiana a adquirir
productos de la canasta básica familiar que escasean en Venezuela.
El mandatario neogranadino informó a los
periodistas colombianos que “El balance es positivo y el corredor humanitario
habilitado fue una ampliación del establecido hace varios meses para el paso de
3.000 estudiantes venezolanos que cursan sus estudios en colegios de Cúcuta”.
Lo ocurrido este domingo 10 de julio de
2016 en la frontera del Táchira, sirvió para demostrar varias cosas:
1) En Venezuela hay hambre. La gente
cruzó los puentes internacionales no para comprar ropa, ni perfumes, ni
bisutería. Tampoco lo hizo para hacer turismo. Lo hizo para buscar comida:
arroz, aceite, leche, azúcar, café y otros productos que escasean en el país,
como por ejemplo, papel sanitario, crema dental, jabón para lavar, y hasta
cervezas.
2) La gente está dispuesta a pagar lo
que los productos cuestan realmente. La mayoría de la gente que cruzó la
frontera pagó en Cúcuta el precio real de los alimentos que necesitaba. En
Colombia no hay productos regulados. Eso demuestra, entre otras cosas, que la
gente está consciente de que hay productos que no pueden costar 2 lochas. La
gente está dispuesta a pagar por los productos que necesita siempre y cuando
esos productos sean de calidad y se consigan en los anaqueles. La mayoría de
los productos de la canasta básica son mucho más caros en Colombia, pero lo
importante es que se consiguen en todas partes.
3) La gente no quiere saber nada de los
CLAP. Las amas de casa que cruzaron los puentes internacionales no quieren
sentarse a esperar en las puertas de sus casas para que una vez al mes los
visiten los CLAP con una bolsita de comida. La gente quiere salir a comprar lo
que necesita como lo hacía antes. El venezolano de a pie está acostumbrado a ir
al menos una vez por semana al abasto o al supermercado a comprar lo que hace
falta en casa. La gente no apoya los CLAP inventados por Maduro.
4) La gente no apoyó y nunca apoyará el
cierre de la frontera con Colombia. Los habitantes del Táchira han vivido
acostumbrados a tener una frontera viva, activa, dinámica, donde el comercio
fluye de lado y lado. Vielma Mora habló hace diez meses de una supuesta
encuesta, según la cual el 90% de los tachirenses apoyaba el cierre de los
puentes fronterizos. Ayer quedó demostrado que esa encuesta era chimba. Vielma
Mora mintió. El supuesto “gerente” que venía a convertir el Táchira en una potencia,
lo único que hizo en poco más de 3 años de gestión fue acabar con la economía
fronteriza y con la economía tachirense.
5) El cierre de la frontera nunca estuvo
justificado. Fue una medida política y electoral. Maduro creyó que cerrando la
frontera iba a ganar puntos en las encuestas y en la aceptación popular y
terminó ocurriendo todo lo contrario. El 90% de los tachirenses rechaza la
gestión de Maduro y desaprueba la gestión de Vielma Mora.
6) Los puentes internacionales deben ser
abiertos ya. La frontera con Colombia debe ser abierta permanentemente hoy
mismo sin mayor dilación. Mantener los puentes fronterizos bloqueados fue un
error garrafal y ya no tiene ningún sentido. Maduro y Vielma Mora: el Táchira
nunca les perdonará lo que hicieron. Ustedes dos serán juzgados por la
historia. A Maduro lo sacaremos con un revocatorio este mismo año. A Vielma
Mora lo pondremos de patitas en la calle y su desastrosa gestión al frente de
la gobernación será llevada a la fiscalía (donde ya no estará Luisa Ortega
Díaz) y a los tribunales (donde ya no estará Gladys Gutiérrez) para que vaya
directo a prisión.