Educación.
Dra. Yaloha Alvarado.
CONCIENCIA
Y DESICIÓN SOCIAL
Una de las condiciones fundamentales de
analizar el comportamiento de las personas inmersas en un grupo determinado
parte del hecho en que una sociedad se comprende a sí misma. En otras palabras,
quiero reflejar aspectos esenciales de la conciencia social y que a mi parecer
es de gran baluarte reflexivo en el grado de conocimiento que posea dicha
sociedad acerca de sus propias condiciones, conocimiento que se manifestará en
distintos tipos de criterios, valoraciones o elementos de análisis ciudadano.
De esta forma ser conscientes de las necesidades de nuestro país o en efecto
nuestra región, debe posibilitar un cambio desde cada miembro de nuestra
sociedad; colocando cada cosa en su lugar, cada profesional donde corresponde,
cada conocimiento donde se genere avance y transformación o bien sea a cada
emprendedor independiente que se impulse según la necesidad de la sociedad
mejoras en la calidad de vida.
No obstante, lo que en meras palabras
escritas suele ser el anhelo de muchas personas sin obviar que existe un grupo que realiza faenas hacia ese
horizonte pero que aún necesitan la participación de imponentes ideas y
conjunto de acciones acompañadas de eficiencia de quienes están actualmente
inertes. De esta forma, desde el campo que me concierne para educar y lograr que se genere conciencia
social hay que considerar factores de empatía ya que en primer lugar la gente
necesita sentirse escuchada, valorada, respetada y reconocida; por lo que
desarrollar una sensibilidad a las necesidades de los demás a tal punto de
convertirse en altruista permita minimizar a los mal llamados grupos radicales
sociales, y digo mal llamados porque es una connotación que se les da
equivocadamente en esta sociedad aquellas personas intolerantes, irrespetuosas,
egoístas y faltos de prudencia con la que en la cotidianidad en calles, centros
de trabajos o ambientes educativos nos encontramos. Quien bien conoce el
termino de radical sabe que proviene de una
"raíz", etimológicamente del latín radix -"raíz"-; o
de "base", que afecta a la esencia o a los fundamentos, a lo más
profundo. A instancias de la política, por ejemplo, radical es aquella postura
o posición que buscará siempre ir al fondo de las cosas; por tanto es bueno
asegurarnos de llamar a las acciones por su nombre.
Recurrentes maneras de comportamientos
hacen que las decisiones de los miembros de la sociedad recaigan en una
dependencia hacia los demás, pues así es más fácil culpar a otros cuando las
cosas no van bien. Pero… ¿Qué pasaría si la base de cada decisión tomada fuese
bajo una conciencia de bienestar social?; algo muy sencillo, no habría espacio
para la división, la corrupción, la injusticia o la mediocridad. Puesto que en
lugar de no accionar ante lo que está mal entre una sociedad siega, se optara
mejor por decidir bajo principios de evolución personal. Esto lo planteo desde
una reflexión de actitudes que hacen que nos parezcamos a lo que tanto
criticamos, bien sea hacia aquellos que piensan distinto o hacia aquellos que
opinan a partir de sus interpretaciones.
Si la conciencia y la decisión social se
abren simultáneamente a la verdad, ya que en el centro de los estados críticos
se halla siempre una determinada conducta humana, o tal vez un conjunto de
ellas como crisis económicas, sociales, políticas, religiosas, psicológicas,
entre tantas más, todo esto son producto de actos, decisiones u omisiones que
se cometen, a veces con la intención de obtener un éxito, otras con la de
provocar un fracaso, y no pocas con la de ser protagonista de algún
acontecimiento en marcha. Como en todos los acontecimientos, individuales o
sociales, subyace una finalidad, un propósito humano consciente o inconsciente,
pero desde estas líneas descritas emergen sentimientos de llamado a la sensatez
de querer vivir en mejores condiciones. No es nada razonable que a estas
alturas permitamos que erradiquen nuestra ciudadanía naciente de un concepto
que habla de la exigencia de los habitantes de una comunidad por ser tratados
con el máximo respeto y consideración conforme a las leyes. Este es un derecho
con el cual deberían contar todos los seres humanos y desde la comodidad de nuestros actos no vamos a lograr
transformar una realidad inconsciente y
de decisiones débiles a complacencias de un grupo social que te utiliza para lograr
el bienestar del más hábil egoísmo y el detrimento del más pasivo inconforme.
Quien no hace algo productivo en tiempos
difíciles desde cualquier dimensión de su vida, debe comenzar por tomar buenas
decisiones ya que para crear una buena sociedad necesitamos entendimiento,
esfuerzo y sobre todo el deseo de hacerla funcionar. Una buena sociedad, es
aquella en que las personas con conciencia persiguen sus planes vitales desde
el mutuo respeto, compartiendo mínimos de justicia en cuya defensa se
comprometen, necesita de personas responsables en el ejercicio de sus tareas, conscientes
de que su trabajo es importante para el éxito común y dispuestas a llevarlo
adelante con seriedad y sentido de utilidad. Si los innumerables problemas que
pesan críticamente sobre nuestra vida colectiva no son sino fragmentariamente
remediables y ya que su solución aislada no nos acerca necesariamente a la
mejoría de nuestra situación, se hace urgente que nos interesemos y abordemos
cuanto antes nuestras prioridades hacia la unidad de los esfuerzos desde la
selección correcta de quienes representan un grupo u otro hasta la búsqueda de
la excelencia según el perfil u rol que corresponde dentro de nuestra
sociedad.