Opinión.
Ronald L. Reyes Baroni
A los chamos de moda siempre les han
puesto etiquetas. En los años 50’s estuvieron los BEATNIK’S. Los años 60’s
alumbraron a los HIPPIE’S. Para los 70’s fueron los YIPPIE’S. En los 80’s los
HIPHOPPER’S. Y en la actualidad se habla de los HIPSTERS. El término se originó
en los años 40 en Estados Unidos y se usaba para señalar a los fanáticos del
JAZZ; la palabra saltó del ámbito de la música pero algo de ese espíritu
persiste: hoy ser “HIP” o “HIPSTER” es sinónimo de ser “cool“, de estar en la
onda, de estar un paso más allá del gusto común. De hecho, no hay nada menos HIPSTER
que explicar a estas alturas qué son los HIPSTER.
Los hipster suelen ser personas
sofisticadas de temas inteligentes en las tertulias
Usted de seguro los ha visto: suelen
tener lentes grueso de pasta o plástico, sienten predilección por los modelos
originales de zapatos puma o vans, usan afro o llevan el cabello al estilo Mick
Jagger en 1968 y llevan al cuello una variante de la bufanda palestina. Los
HIPSTERS escuchan bandas de sellos alternativos y favorecen un estilo de vida
ajeno a lo convencional: prefieren la ropa “vintage“, la comida orgánica o
vegetariana, el cine oscuro o de autor.
El estilo hipster se encuentra en un
actual boom mundial
En fin, los HIPSTERS son una subcultura
que raya en los estereotipos y que ya ha sido absorbida por la sociedad de
mercado. La novedad reside en cómo en los meses recientes se ha desatado una
furia en contra de los HIPSTERS. Hace poco fue lanzado el libro “WHAT WAS THE
HIPSTERS?“, que aborda, desde el punto de vista de tres académicos “el ascenso
y la caída del hipster contemporaneo“. Pero más demoledores son las obras STUFF
HIPSTER HATE, de Brenna Ehrlich y Andrea Bartz; y LOOK AT THIS FUCKING HIPSTER,
de Joe Mande, que cuenta con una versión web en la que el autor se dedica a
publicar fotografías y vídeos que revelan los aspectos de esta subcultura.
HIPSTER2
El hipster se rodea de una atmósfera
vintage contemporáneo
Yo no sabia de esta tribu alternativa
hasta que lo leí en la columna de Gonzalo Jiménez en la revista DOMINICAL y me
di cuenta de lo apartado que esta sosa sociedad se encuentra de todo. ¿y porque
les hablo de esto? No lo se, creo que es por mi necesidad de ver una transición
a la metropolización psicocultural.
¡¡¡PAZ HERMAN@S!!!
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