Gustavo Márquez
señala que definir un nuevo tipo cambiario tendrá un impacto nacional, no solo
fronterizo, y enfatiza que no debe hacerse con un enfoque regionalista
Prensa.
elmundo.com.ve. Ariadna García.-
Establecer
la tasa cambiaria que circula en la frontera debe ser un tema que definan los
gobiernos de Colombia y de Venezuela, así lo cree conveniente, Gustavo Márquez
exembajador de Venezuela en Colombia.
En
entrevista a El Mundo Economía y Negocios, Márquez explicó que este tema no
debe manejarse de forma aislada y que la macroeconomía es un sistema donde
cualquier decisión que se tome tendrá un impacto general, en mayor o menor
medida, asegura que el enfoque no puede ser pensando solo en la frontera.
“El
contrabando es un fenómeno nacional, no es fronterizo, dejó de serlo hace mucho
tiempo, para convertirse en un proceso que se desarrolla a nivel nacional, los
productos que se van a través del contrabando lo hacen a partir de las redes
que se han conformado en el país a consecuencia de la inestabilidad económica y
particularmente cambiaria” sostiene el exembajador.
Expresa
que “el dólar Cúcuta” como lo llama, porque considera que es allí donde se
origina tiene su cuota de responsabilidad que no debe ser excluida y señala que
Dólar Today, es simplemente una página web, “donde se origina el paralelismo de
la moneda es en Colombia no y no en Miami”.
Recuerda
que fragmentar la cotización del bolívar respecto al peso, viene en gran parte
por una resolución que adoptó en el año 2000 el Banco Central de Venezuela,
para manejar precisamente a nivel de la frontera un tipo de cambio diferente al
asumido en el país.
Márquez
refiere que esta política condujo a crear inestabilidades que se sumaron a los
desequilibrios macroeconómicos existentes en Venezuela, productos de la
prolongación de una política cambiaria que no provocó una sobrevaluación
excesiva de la moneda.
Relata
que esos dos fenómenos al sumarse generaron un proceso en el cual se dio lugar
al desarrollo de un mercado paralelo ilícito que tiene como uno de sus
mecanismos más importantes el contrabando.
A
su juicio el definir un nuevo tipo cambiario tendrá un impacto nacional, no
solo fronterizo, y enfatiza que no debe hacerse con un enfoque regionalista.
“Tiene que ser la política del Estado venezolano, si es ir hacia una
unificación cambiaria, una vez que se diga y se plantee que sea orientada y de
manera progresiva”.
Mantiene
que en ese camino, no se puede lograr la eficacia si no es a partir de un
acuerdo bilateral con Colombia, “porque aún cuando Venezuela unifique el tipo
de cambio y lo ponga a flotar y Colombia mantiene este paralelismo siempre va a
existir intereses que se mueven alrededor de la economía ilícita”.
Algunos
de los delitos que menciona son: el lavado de dinero, el narcotráfico y el
contrabando que está asociado de una u otra manera en golpear la economía
venezolana y en sacar provecho de los desequilibrios cambiarios.
Márquez
rechaza que sean las casas de cambio de Cúcuta y los corredores quienes fijen
el tipo de cambio, resalta que la autoridad monetaria en Venezuela es el Banco
Central, y que no es siquiera el Banco Central de Colombia quien atienda el
problema.
Sugiere
que la política debe orientarse hacia la unificación cambiaria y apuntar hacia
una política de progresividad. “El Dicom fue un paso, sin embargo, el anclaje
cambiario que hoy se mantiene en un segmento importante (Dipro) que tiene que
ver con las importaciones sigue siendo un gran estimulo para el contrabando”.
Para
Márquez el subsidio de productos básicos en Venezuela desencadena el desarrollo
de ese mercado paralelo, el contrabando de esos artículos, de combustible y
reitera que debe ser coordinado con Colombia, para que este desmonte esa
política cambiaria respecto de Venezuela.
“Significa
que el Banco Central colombiano debe retomar sus funciones, no puede ser que
pretenda crear en la frontera un esquema cambiario que además conspira contra
las relaciones comerciales y económicas entre los dos países, las relaciones
económicas formales que son las que tienen que prevalecer” concluye.