Prensa. AP.
Un
potente sismo sacudió el centro de Italia en la madrugada del miércoles,
derribando edificios en varias ciudades mientras los residentes dormían. Al
menos 37 personas fallecieron en tres de las localidades más afectadas, donde
equipos de rescate se apuraban para sacar a los sobrevivientes de entre los
escombros. Se espera que el balance de fallecidos aumente a medida que los
socorristas vayan llegando a las zonas más remotas.
“El
pueblo ya no existe”, dijo Sergio Perozzi, alcalde de una de ellas, Amatrice. El
movimiento telúrico de magnitud 6 se produjo a las 03:36 (0136 GMT) y se sintió
a lo largo de una amplia sección del centro de Italia, incluida la capital
Roma, donde los residentes sintieron el largo sismo y las réplicas que le
siguieron. El temblor se notó más allá de la región de Lazio, en Umbría y Le
Marche, en la costa del mar Adriático.
Las
localidades más afectadas son Amatrice y Accumoli, cerca de Rieti, a unos 100
kilómetros (80 millas) al noreste de Roma, ademá de Pescara del Tronto, más al
este. La agencia de protección civil italiana apuntó que la cifra provisional
de fallecidos es de 37 personas. Varios centenares más resultaron heridas y
miles de residentes necesitan alojamiento temporada, agregó destacando que las
cifras son cambiantes.
El
centro de Amatrice quedó arrasado, con edificios enteros reducidos a escombros,
una nube de polvo en el aire y un intenso olor a gas.
Piedras
y trozos de metal cayeron sobre las calles mientras los aturdidos residentes se
congregaron en plazas mientras unas 39 réplicas remecieron la región a lo largo
de la madrugada, algunas con una magnitud de hasta 5,1.
“El
techo entero se vino abajo pero no me golpeó”, relató la sorprendida residente
Maria Gianni. “Conseguí poner una almohada sobre mi cabeza y por suerte no me
hizo daño, solo tengo una herida leve en la pierna”. Otra
mujer, sentada frente a su destruida vivienda con una manta sobre sus hombros,
dijo que no sabe qué ha sido de sus seres queridos.
“Este
era uno de los pueblos más bonitos de Italia y ahora no queda nada”, manifestó,
demasiado consternada para dar su nombre”. “No sé qué vamos a hacer”. Al
alba, residentes, operarios de protección civil e incluso sacerdotes comenzaron
a retirar escombros con palas, excavadoras y hasta con las manos para intentar
localizar a sobrevivientes. Hubo un suspiro de alivio cuando sacaron a una
mujer viva de debajo de un edificio, seguida por un perro.
“Necesitamos
motosierras, cizallas para cortar barras de hierro y gatos para retirar vigas:
de todo, necesitamos de todo”, dijo Andrea Gentili, trabajadora de protección
civil, a The Associated Press. La
devastación recuerda a la causada en 2009 por un sismo que mató a más de 300
personas en L’Aquila y sus alrededores, a unos 90 kilómetros (55 millas) al sur
del último epicentro. L’Aquila envió equipos de rescate a la zona el miércoles
para ayudar en las tareas.
“No
sé qué decir. Estamos viviendo una inmensa tragedia”, apuntó Savino D’Amelio,
cura en una parroquia de Amatrice. “Solo esperamos que haya el menor número de
víctimas posible y que tengamos el coraje para seguir adelante”. En
Pescara del Tronto, en la región de Le Marche, la carretera principal del
pueblo estaba cubierta de escombros. La agencia de noticias ANSA reportó que el
sismo causó 10 muertos en esa zona, un dato que no fue confirmado oficialmente.
Los
residentes sacaban a sus vecinos de entre los escombros con sus propias manos
por la tardanza de los equipos de rescate. Imágenes áreas tomadas por bomberos
de la región mostraban gran parte del pequeño pueblo derruido. “Hay
botellas de licores rotas por todo el local”, lamentó Gino Petrucci, el
propietario de un bar en la cercana Arquata Del Tronto mientras comenzaba a
limpiar el establecimiento.
El
Servicio Geológico italiano indicó que la magnitud del terremoto fue de 6
grados. El Servicio Geológico de Estados Unidos elevó la magnitud a 6,2 y situó
el epicentro del temblor en Norcia, a unos 170 kilómetros (105 millas) al
noreste de Roma, con una profundidad relativamente escasa de 10 kilómetros (6
millas).
“Terremotos
de esta magnitud y a esta profundidad pueden provocar en nuestro territorio el
derrumbe de edificios, lo que puede resultar en muertes”, manifestó el jefe del
servicio de protección civil del país, Fabrizio Curcio. La región es popular
entre los turistas que huyen del calor de Roma, y en esta época del año tiene
más residentes que en otras, por lo que el colapso de solo un edificio puede
aumentar la cifra de víctimas mortales significativamente, agregó.
El
alcalde de Accumoli, Stefano Petrucci, dijo que seis personas perdieron la vida
en la localidad, incluyendo una familia de cuatro miembros. Se emocionó al
destacar que la pequeña localidad pasa de 700 a 2.000 habitantes en los meses de
verano y temió por su futuro.
“Espero
que no nos olviden”, declaró a la televisora Sky TG24. En Amatrice, el padre
Fabio Gammarota, cura en una parroquia cercana, informó que por el momento
bendijo a siete cuerpos extraídos de entre los escombros. “Uno era mi amigo”,
apuntó.
El
alcalde de la localidad, Sergio Perozzi, estimó que docenas de residentes
estaban atrapados bajo los edificios derribados y que hará falta maquinaria
pesada para retirar los escombros que cubren las calles. La oficina del primer
ministro, Matteo Renzi, dijo en un mensaje en Twitter de madrugada que la
maquinaria pesada está en camino.
En
1997, un sismo mató a una docena de personas en esta zona y dañó gravemente una
de las joyas arquitectónicas de Umbría, la Basílica de San Francisco de Asís,
cubierta con frescos Giotto. Los
frailes franciscanos que custodian la basílica no reportaron daños de inmediato
tras el temblor del miércoles. El papa Francisco se saltó su lección de
catecismo durante la audiencia general de los miércoles y guió a los peregrinos
en el rezo del rosario por las víctimas del terremoto en Italia.