Prensa. venezuelaawareness.com
Juan era periodista cuando partió de
Cuba en 1996 y se reasentó en México, donde se quedó a vivir por dos décadas.
Pero ahora, que los secuestros y asesinatos de periodistas han aumentado en
México, Juan huyó de ese país con su familia y pidió asilo después de cruzar la
frontera con Texas hace cuatro meses.
Si Juan no hubiera tenido un abogado
cuando surgió su caso en la Corte de Inmigración es muy posible que las
autoridades lo hubiesen regresado a México, donde era residente, dijo el
viernes en Miami su abogado Wilfredo Allen.
“Tener un abogado durante el proceso
migratorio es la clave para tener éxito”, indicó Allen en una entrevista donde
contó el caso de Juan, quien no quiso ser entrevistado y cuyo nombre completo
no desea que se publique. “El factor principal es la organización de documentos
y evidencia que prevalezcan en la Corte”.
El caso confirma el axioma entre
abogados de inmigración. Los extranjeros que cuentan con los servicios de un
abogado en la Corte de Inmigración tienen una mejor oportunidad de ganar su
caso, que los que no lo tienen. El primer estudio formal sobre la
representación legal de extranjeros en los procedimientos de inmigración
verifica la tesis que siempre fue aceptada como verdadera.
“Al analizar 1.2 millones de casos en
proceso de deportación en Estados Unidos durante un período de seis años, un
informe muestra que un 63 por ciento (%) de todos los inmigrantes -cuyos casos
fueron examinados- se presentaron en Corte sin abogado”, según un estudio
emitido el pasado mes por el Consejo Americano de Inmigración (AIC), radicado
en Washington DC. “Los inmigrantes en detención fueronlos que menos tuvieron un
abogado; un 86% fue a sus audiencias en la Corte sin el respaldo de un
profesional en el tema , principalmente en centros de detención ubicados en
zonas alejadas de las grandes ciudades. Solo un 10% de inmigrantes detenidos en
comunidades pequeñas lograron estar representados”.
“La gestión de un abogado usualmente
otorga a los inmigrantes resultados positivos”, según el estudio de AIC. “Los
inmigrantes representados por letrados eran más propensos a ganar sus casos, y
evitar la deportacion u obtener un beneficio migratorio, que los no
representados”.
Otra conclusión clave del estudio es que
los inmigrantes detenidos y representados por un abogado tuvieron más de 10
veces probabilidades de éxito que quienes no contaron con este servicio.
Eso fue lo que sucedió en el caso de
Juan, el periodista cubano que estaba detenido y en proceso de deportación a
México.
“Cuando me reuní con él inicialmente”,
indicó Allen, “él solo tenía documentos en español. Estos tenían que traducirse
para que el juez de inmigración los pudiera entender. También necesitábamos
argumentos que sustentaran el reclamo de que su vida corría peligro en México”.
El documento clave que Allen y su socia
legal Camila Correal presentaron en la corte migratoria fue un informe que
detallaba la persecución de periodistas independientes en Cuba, y que también
decía que los periodistas que son secuestrados en México por lo general son
asesinados.
“El juez leyó en la Corte uno de los
párrafos que Correal había subrayado y dijo que debido a ese pasaje en el
documento que decía que los periodistas secuestrados eran asesinados, había
decidido otorgarle asilo y no regresarlo a México”, comentó Allen.
or otra parte, señala el estudio de AIC,
“los inmigrantes que han sido liberados y son asistidos por un profesional
tienen cinco veces más probabilidades de éxito que los que no tienen abogados;
mientras que inmigrantes que nunca han estado detenidos y están bajo
representación legal , tienen casi cuatro veces más probabilidades de éxito que
quienes no la tienen”.
La investigación también desglosó las
comunidades donde la representación legal de inmigrantes es más común, y qué
nacionalidades son las que más gozan de representación.
Por ejemplo, el estudio afirma que en
Nueva York, la tasa de representación legal para casos de inmigrantes no
detenidos llegaba a 87% – una de las más altas- y por lo menos 40% más alta que
la de Atlanta, donde la tasa de representación en la misma categoría es de un
47%.
La nacionalidad del inmigrante también
juega un papel en cuanto a representación legal y detención.
“Los inmigrantes mexicanos tienen la
tasa de detención más alta (78%) y la tasa de representación legal más baja
(21%) de todas las nacionalidades analizadas”, según el estudio. “Al otro
extremo, los inmigrantes chinos tienen el nivel más bajo de detención (4%) y la
tasa más alta de representación (92%)”.
De acuerdo con el reporte, los haitianos
y los inmigrantes de la India también tienen una tasa alta de representación de
un abogado con el 71% por nacionalidad. Varios factores explican por qué
inmigrantes de diferentes nacionalidades tienen más interés o menos en
contratar a un abogado para el proceso en la Corte de Inmigración, según el
estudio.
“El estatus económico juega un papel
fundamentaldebido a la escasez de abogados de inmigración dispuestos a
representar a inmigrantes que no pueden pagar”, revela el estudio. “Otro factor
es la habilidad del inmigrante en poder ubicar a un abogado de inmigración
debido a la disponibilidad de asistencia de parte de grupos que defienden los
derechos de los inmigrantes en las diferentes comunidades”.
Entre los inmigrantes latinoamericanos,
los colombianos son los más representados, con una tasa del 64% después de los
de China, India y Haití. Los latinoamericanos con menor representación legal en
cortes migratorias, después de los mexicanos son los centroamericanos en este
orden: hondureños (23%); guatemaltecos (30%); nicaragüenses (35%); y
salvadoreños (40%).
Son los dominicanos y los cubanos los
que quedan cerca de la mitad del promedio en cuanto a latinoamericanos
representados por abogados en Cortes migratorias, según el estudio. Los cubanos tienen una tasa de
representación del 44 por ciento, mientas que la de los dominicanos es del 47%,
de acuerdo con el análisis.
Entre los latinoamericanos, además de
los colombianos, que exceden el 50% en la tasa de representación, están los
brasileños (51%); y los ecuatorianos (53%). Los abogados de inmigración manifiestan
que tener un abogado también favorece a inmigrantes, cuyos casos no han llegado
a la Corte.
Por ejemplo, una menor hondureña de 16
años que huyó de su país hace unos 24 meses, porque un familiar la había
violado y abusaba de ella, logró obtener asilo en Miami cuando Correal tomó su
caso. El asilo fue otorgado por un funcionario
del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) que bien
podría haberlo negado y enviado a la Corte de Inmigración.
El funcionario de USCIS resultó
convencido de la necesidad de otorgar el asilo cuando la menor, identificada por
Correal como Diana, atestiguó con detalles específicos lo que le había pasado
en Honduras y cómo también fue violada poco antes de cruzar la frontera de
México a Texas.