Prensa.
portuguesaaldia.com.ve. @moralesjayaro
La banca pública y privada ha reducido
significativamente el monto del dinero a pagar por taquilla, así como redujeron
la habilitación de los cajeros automáticos que tienen a disposición de la
ciudadanía y se nota, según las redes sociales;
largas colas en ellos para tener acceso al dinero que se requiere para
cumplir con las obligaciones cotidianas.
Esto preocupa, pero ¿quién sabe a
quién?, dado a que las autoridades bancarias, nada hacen y si lo hacen; no lo
informan.
El Seniat en el estado Portuguesa es
casi nulo en estos temas porque los usuarios se preguntan por ejemplo ¿por qué
la compra de cigarrillos solo es en efectivo?, ¿por qué te cobran el 10% para
usar tu tarjeta de crédito?, ¿por qué no se sanciona a los comerciantes
usureros que cobran por efectivo?; ¿pagan impuestos por esos créditos al
consumo?, ¿van a parar esos registros a las contabilidades? ¿Qué dice el
Colegio de Contadores Públicos del estado Portuguesa con respecto a eso?
Es oportuno preguntarse por qué se ha
venido proliferando el número de negocios que prestan el servicio a razón del
10 % de comisión por transacción.
¡Ojo pela’o! Seniat; ustedes los saben
¿o no?…
El economista Carlos Julio Morillo
Torrealba no invita a sacar una cuenta; un comerciante cualquiera decide
disponer de 1.000.000,00 Bs. para cambiar por efectivo diariamente. Eso le
reporta 100.000,00 Bs. de ganancia por día, sus costos operativos sólo se
contemplan por la comisión que la banca le cobra por el uso del punto de venta
(se desconoce cuánto es ese monto) y los
empleados que usa para ello son las mismas cajeras y cajeros explotados de
siempre. Si ese comerciante trabaja veintidós días cada mes, tendría como
ingresos 2.200.000,00 Bs. con el millón invertido, esto representa una cantidad
que asciende a 1.200.000,00 Bs. ¡Qué mantequilla! ¡Qué golilla!
Ni las y los prestamistas usureros hacen
esto. Ellas y ellos, las y los más perversos, ‘auxilian’ a las necesitadas o
necesitados de dinero en efectivo a tasas que van desde un 10 % mensual hasta
un 40 %, con una garantía sólida para el obligar el retorno del capital
prestado. Es decir, a ese millón de Bolívares le harían 400.000,00 Bs., en el
más especulativo de los casos. Pero con la nueva modalidad podrían hacerle
1.200.000,00 Bs. a esa misma cantidad. En ambos casos, con estas prácticas,
usureras, usureros, comerciantes financieros, evaden las responsabilidades
establecidas en las leyes que pechan con impuestos las actividades lícitas
económicas.
El tráfico y venta ilegal de sustancias
prohibidas tampoco lo hacen y las autoridades les persiguen como delincuentes
según lo establecido en la normativa legal. ¿Cuántas y cuántos interesados
habrá en buscar un equipo para tener un ‘punto de venta’ y meterse en este
negocio ilícito?
Cárcel para los raspa ticket
El bono contemplado en la Ley de
Alimentación para los trabajadores que ganen menos de tres salarios mínimos
debe servir para garantizar una comida balanceada durante la jornada laboral,
la inflación y el desabastecimiento de productos regulados ha conspirado contra
su verdadera razón de ser y obliga a tenedor a “buscar soluciones” que terminan
perjudicándolo; es como aquel que compra una harina de maíz en 300 y la vende a
mil doscientos y con la ganancia compre un arroz en 2 mil.
Cada vez son más los empleados que
utilizan esta forma de pago en cupones o tarjetas electrónicas para canjearlas
por dinero en efectivo, mediante una transacción en la que aun perdiendo,
“ayuda a solventar” una emergencia económica. Y es que algunos negocios cobran
entre 8% y 15% por ‘raspar’ la cesta ticket.
En comercios de asiáticos es la cosa,
aunque en otros también lo hacen, los chinos; se meten “la boloña” con el sudor
de la gente, ¿culpa de ellos? Quizás no, pero ellos llegaron a este país a
vivir con los venezolanos, no a vivir de ellos, aunque se repite, no todos los
comerciantes chinos practican este desafuero.
Ahora con 63 mil 720 en tarjetas
electrónicas que ha ajustado el gobierno, el negocio crece, ojalá el Seniat,
Sudeban y las empresas prestadoras del servicio de alimentación, toman cartas
en este asunto y el gobierno entiende que el mayor billete en circulación, el
de 100 bolívares, tiene un valor de 8 centavos de dólar en el “mercado negro”,
transformando las transacciones más básicas en pesadillas logísticas y cargando
a los bancos con costos de manejo de dinero. Las nuevas monedas y billetes
llegarán hasta 20.000 bolívares, según fuentes cercanas al Banco Central, el
Ministerio de Finanzas y los bancos del país, los cuales no están autorizados
para hablar públicamente.