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efectococuyo.com.
“Un solitario minero que se encontraba
embombao según dice la leyenda le dio su nombre a El Callao”, cantaba Pedro
Valdez Jackler, conocido como “El Negro Jackler”, uno de los intérpretes más
populares del calipso de la población ubicada en el estado Bolívar y que este
primero de diciembre festeja que el carnaval que se celebra allí sea declarado
Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. La decisión fue tomada
este jueves en la undécima Asamblea de la Unesco, que inició el pasado 28 de
noviembre y finaliza el viernes 2 de diciembre en Adis Adeba, capital de
Etiopía.
“Estamos festejando este logro con todos
los pueblos de América Latina y el Caribe”, aseguró Benito Irady, miembro de la
delegación venezolana que viajó hasta Etiopía para debatir y argumentar sobre
la candidatura de los Carnavales de El Callao para ser Patrimonio Inmaterial de
la Humanidad.
La práctica de los Carnavales de El
Callao tiene más de cien años de tradición y se estima que alrededor de 5.000
turistas se movilizan año a año a la población del sur de Venezuela, para
celebrar una fiesta que se hizo popular gracias a la llegada de trinitarios,
franceses y antillanos a una de las zonas con mayor explotación minera del
país.
La música que acompaña a los Carnavales
de El Callao es el calipso, ritmo tradicional del caribe que llegó a Venezuela
gracias a los isleños y que se mezcló con estilos como la soca y el reggae para
alegrar las fiestas que se llevan a cabo entre febrero y marzo de cada año en
Venezuela. Las letras del calipso suelen hablar sobre el trabajo diario en las
minas y sobre el carnaval, así como la vida en los pueblos mineros del sur de
Bolívar.
Otro de los elementos identificativos de
la fiesta son las madamas, mujeres del pueblo que se visten con trajes y
prendas coloridas durante los días de carnaval. La tradición de la vestimenta
fue popularizada por Isidora Agnes, mejor conocida como “la negra Isidora”,
quien fue la primera gran madama de los Carnavales de El Callao.
Quisqueya también es una fiesta
Otra expresión cultural que fue exaltada
como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad es el merengue de República
Dominicana, ese mismo que abarca desde Wilfrido Vargas y su orquesta, hasta
Juan Luis Guerra.
Para la Unesco, “el merengue desempeña
un papel activo en numerosos ámbitos de la vida diaria de la población: la
educación, las reuniones sociales y amistosas, los acontecimientos festivos e
incluso las campañas políticas”.
Justamente Juan Luis Guerra, uno de los
intérpretes más populares del ritmo dominicano, fue uno de los primeros en
celebrar la noticia a través de su cuenta de Twitter. “Como la güira espera
tambora. Merengue dominicano es declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad”,
escribió el músico.