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El
sector comercio comenzó sus operaciones en 2017 con una reducción de
inventarios aproximada de 40%, durante la temporada de fin año en comparación
con el mismo período de 2016, de acuerdo con datos de un reporte de
Consecomercio.
El
gremio de los comerciantes y prestadores de servicios señala que, en promedio,
hubo una reducción constante de las existencias durante 2016, porque hubo
muchas dificultades en los procesos de reposición, especialmente de los
productos importados, ya que no hubo divisas para realizar compras externas.
De
hecho, el reporte de Consecomercio estima que las importaciones totales del
país cerraron 2016 en una cifra
aproximada de 17.000 millones de dólares, de las cuales 70% correspondió a
adquisiciones directas del Sector Público, por lo que quedó para el sector
privado un margen muy escaso.
Algunas
empresas del sector Comercio realizaron exportación directas en montos muy
limitados y al tipo de cambio paralelo para cubrir la demanda de la temporada
festiva de fin de año; sin embargo, enfrentaron una reducción de las ventas que
se estima en 40%, en comparación con los niveles de 2015.
El
grave problema es que la recuperación de inventarios fue muy difícil, por lo
que, a pesar de la disminución de las ventas, el saldo de las existencias
igualmente fue negativo.
El
informe de Consecomercio evidencia que la disminución de inventarios afecta de
manera más dramática a los pequeños comercios que atienden a sectores populares
y a las redes de distribución en provincia, especialmente en los estados de los
llanos occidentales, el oriente y el sur del país, donde la situación luce
especialmente precaria.
En
las cadenas privadas de distribución del interior del país el indicador de
escasez ya promedia 90%, según el gremio del Comercio, mientras que en el pequeño
comercio se ubica en una media calculada de 70%.
El
informe apunta que la situación, al comienzo de año, plantea problemas de
viabilidad financiera para el pequeño comercio minorista, donde se registra una
mayor contracción de demanda ante una sensibilidad superior ante los aumentos
de precios, al tiempo que existe una mayor competencia del sector público, que
controla la distribución de los productos regulados.
No
obstante, hay que señalar que la situación de abastecimiento de las redes
públicas no es mucho mejor, pues de acuerdo con las más recientes cifras de la
empresa de estudios de mercado, Datanálisis, el indicador de escasez en los
comercios estatales supera 80%.