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La
palabra cementerio viene del término griego koimetérion, que significa
dormitorio porque, según la creencia cristiana, en el cementerio, los cuerpos
dormían hasta el día de la resurrección. A los cementerios católicos se les
llama también camposantos, dado que en Pisa, cuando ateniéndose a medidas de
higiene la autoridad ordenó cerrar el cementerio, que había sido construido en
el siglo XIII dentro de la ciudad, el terreno fue cubierto con una gran capa de
tierra, que las galeras pisanas habían traído de los lugares santos de
Jerusalén.
Así
define Wikipedia el concepto de cementerio, sin embargo para quienes tienen a
sus familiares enterrados en uno, ese espacio se convierte en algo más
personal. Es el espacio en el que se tiene la oportunidad de estar quizás más
en contacto con quien una vez fue cuerpo y que ahora es espíritu.
En
el caso de la Villa de Todos los Santos de Calabozo, la conexión con ese
espacio se ha visto interrumpida en la última década producto de la
delincuencia que se ha ido apoderando de los cementerios. Primero fue Tránsito
San José, ahora el vandalismo empezó a hacer de las suyas en el cementerio
Jardines de Calabozo, conocido como cementerio nuevo.
Fueron
muchas las familias que incluso en su momento decidieron exhumar los cuerpos de
sus fieles difuntos del cementerio viejo para enterrarlos en el nuevo,
asegurando que la administración del lugar era de primer nivel.
En
la actualidad la realidad es otra. El abandono se siente desde que se entra por
la carretera nacional, el monte a los lados es la introducción del desastre con
que se encontrarán quienes pisen el camposanto.
No
conforme con la maleza, una capilla abandonada y falta de agua, el vandalismo
se suma a lista de funciones de unas cuantas administraciones municipales que
no han dado la talla. Tumbas desvalijadas empiezan a verse en el cementerio
nuevo bajo la mirada indolente de las autoridades. Familiares se sorprenden al
llegar al lugar y ver las tumbas sin las lapidas, floreros y bancos, los cuales
son hurtados por amigos de lo ajeno quizás para revenderlo a otro incauto que
paga miles de bolívares por un trabajo que nadie se encarga de resguardar.
Es
importante recordar que según la Ley Orgánica del Poder Público Municipal en su
artículo 56 establece que Son competencias propias del municipio: los servicios
de agua potable, electricidad y gas doméstico; alumbrado público,
alcantarillado, canalización y disposición de aguas servidas; de mataderos,
cementerios, servicios funerarios, de abastecimiento y mercados.
Las
leyes son claras, las autoridades las conocen pero pareciera que el ciudadano
no exige sus derechos. Mientras, el tiempo pasa y la sociedad venezolana y en
este caso en particular la calaboceña, pareciera ir en un atraso voraz, sin
punto de retorno.