Prensa. bancaynegocios.com
La
producción agrícola es insuficiente para llenar los platos de los venezolanos y
satisfacer la demanda de alimentos durante el primer trimestre del año, aseguró
Aquiles Hopkins, vicepresidente de Fedeagro. Advirtió que solo se podrá cubrir
30%, promedio, de lo que se consume en el país y si no hay cambios
estructurales en las políticas agrarias del gobierno los consumidores seguirán
afectados con la escasez de comida durante todo 2017.
Indicó
que la demanda de rubros esenciales está insatisfecha por el desplome de la
productividad del campo, debido a que el Ejecutivo no ha solucionado la falta
de semillas, agroquímicos y repuestos para las maquinarias, que casi están
obsoletas, y tampoco contrarresta la inseguridad que afectan al sector.
Hopkins
suma a la situación el control de precios que los deja sin rentabilidad e
induce al abandono del campo. “En el papel los planes del gobierno son muy
bonitos, pero hay que ejecutarlos. El sector está colapsado”, aseveró.
La
agroindustria también reporta la contracción de su producción, debido
principalmente a la falta de materia prima. El indicador de producción de la
Cámara Venezolana de Alimentos cerró en diciembre con una caída de 20% con
respecto al período del año anterior, el peor declive de 2016, señaló una
fuente vinculada al sector citada por el diario de Los Andes.
Sin
embargo, por la escasez y altos precios de los alimentos los venezolanos han
reducido considerablemente el consumo. Según cifras de Cavidea, desde 2011 la
ingesta por habitante pasó de 32,3 kilos mensuales a 13 kilos en 2016, lo que
equivale a un descenso de 60%. Cada venezolano come solo 40% de lo que ingería
hace 5 años.
En
2015 el consumo había disminuido a 20 kilos per cápita, pero la reducción de 7
kilos entre 2015 y 2016 es el mayor declive encontrado en el lustro estudiado
por el gremio.
Cavidea
refiere que el promedio de consumo diario de alimentos por persona se ubica en
433 gramos, cantidad alejada del indicador mundial que establece que debería
ser de 1,8 a 2 kilos de alimentos al día per cápita.
Susana
Raffalli, especialista en nutrición, señaló que esta dieta deficitaria en
nutrientes esenciales y baja en las calorías para el óptimo funcionamiento del
organismo, ocasiona severos daños a la salud que se manifiestan en pérdida de
peso, desgaste, cansancio severo y anemia. Precisó que la situación es más
preocupante en los niños. Recientemente en un estudio realizado por Caritás
entre niños de 5 años de edad, aunque estaban en su peso normal, 40%
presentaban anemia por no ingerir proteínas de calidad y alimentos fuentes de
vitamina A, C y calcio.
Por
rubro. El vicepresidente de Fedeagro apuntó que la producción agrícola nacional
en 2016 registró un desplome severo. En el país se consumen 16 millones de
toneladas de azúcar y la producción fue de 3 millones; es decir, se cubrió 20%
de la demanda.
En
café se consumen 1,6 millones de quintales y se produjeron 400.000 quintales,
lo que equivale a 25% del requerimiento. Con el maíz blanco ocurrió algo
similar: de 1,6 millones de toneladas necesarias se produjeron 400.000
toneladas, para abastecer solo 5%. La ingesta de maíz amarillo es de 2,5
toneladas y se produjo un millón de toneladas, 40% de lo que se requiere. En
arroz el consumo fue 1,2 millones de toneladas y la producción de 450.000
toneladas, lo que representa 35%.
Con
respecto a las hortalizas y raíces, Fedeagro señaló que se sembró solo 25%. La
superficie de siembra de cebolla, tomate y pimentón bajó 90% por la falta de semilla y la
delincuencia, que afectó a los productores de la región de El Sombrero.
“El
gobierno les informó que no había dólares preferenciales para comprar semillas
de papas y nos entregó los permisos de importación para que las compráramos a
dólar libre”, informó Aldemaro Ortega, director de la Federación Nacional de
Productores de Papa y Hortalizas de Venezuela. Por esa razón, el saco de 25
kilos de semillas importadas de Canadá pasó de
1.700 bolívares en 2016 a 30.000 bolívares este año.
Ortega
explicó que sembrar una hectárea de papa les cuesta 5,5 millones de bolívares y
como no disponen de un gran capital, de sembrar 540 hectáreas de papas de
consumo fresco en el estado Carabobo, se redujo a 50 hectáreas. Calcula que en
2016 el consumo per cápita del alimento era de 20 kilogramos, pero en un año
cayó 70%.
Cifras
de Fedenaga indican que los ganaderos están abasteciendo apenas 25% del
consumo, que pasó de 23 kilos por persona en 2012 a 7 el año pasado. En lo que
se refiere a la leche señaló que se recomienda un consumo de 120 litros per
cápita y en 2016 se llegó a 50 litros, 70 litros por debajo. De este rubro se
cubre 40% de la demanda.
En
peligro la arepa
El
vicepresidente de Fedeagro, Aquiles Hopkins, indicó que con la providencia
número 095 de la Superintendencia de Precios Justos, publicada el 20 de
diciembre de 2016, el precio del kilo de maíz blanco y amarillo subió de 96 a
200 bolívares. Sin embargo, en ese momento ya se había cosechado 90% del maíz y
ahora la industria quiere pagarles la producción a precio viejo, lo que es
insuficiente dada la inflación.
Otra
traba que afrontan es que en el artículo 6 de la normativa se indica que el
maíz se podrá vender a “precios inferiores” al establecido, lo que abre la
posibilidad de que les paguen menos por la próxima cosecha.
Solicitan
al Ejecutivo que corrija la providencia porque de no ocurrir “se decreta la
quiebra de los productores de maíz blanco, su desaparición y la de la arepa”,
afirmó.