Prensa.
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Un trabajo especial realizado por el
Diario La Opinión, publicado este sábado en su portal web, infiere que el
Ejército de Liberación Nacional –ELN- se encuentra en territorio tachirense
moviéndose libremente y además extorsionando a los habitantes de los municipios
fronterizos.
“Según habitantes de la frontera en los
municipios Bolívar, Ureña, Junín y Rafael Urdaneta, la presencia del ELN se ha
intensificado en los últimos meses. Así lo confirmó Arnoldo (nombre cambiado),
de 32 años, que vive en Junín y asegura que las autoridades militares “se hacen
de la vista gorda; uno puede pensar que si no actúan, es porque están
trabajando de la mano con esos sinvergüenzas”, refiere en su primera parte la
nota de prensa.
Según el testigo, “llama la atención que
el Gobierno habla de paramilitares, pero nunca de la guerrilla”. Por su parte,
los vecinos sostienen que los patrullajes del Ejército fueron suspendidos hace
meses y afirmaron sentirse indefensos.
“Ellos penetraron las comunidades,
asumieron a la fuerza el liderazgo de los campesinos e incluso reciben
privilegios del Gobierno, porque son los que organizan las listas para los
Comités Locales de Abastecimiento y Distribución (CLAP)”, dijo Arnoldo.
“Los censos de la Misión Vivienda, las
entregas de fertilizantes y otros insumos los usan como si fueran de ellos”. Por
su parte, Ramiro (nombre cambiado) señaló que en elecciones, van a las casas y
llevan a la gente hasta el centro de votación.
Se identifican como integrantes del ELN
y realizan actividades como dar regalos a los niños, con panfletos, mientras
promueven su organización por tres emisoras clandestinas de radio. “La
guerrilla extorsiona desde hace tiempo, pero la gente no denuncia, por temor al
secuestro y a que los asesinen”, agregó Arnoldo. “Aquí hay gente que uno deja
de ver, y la familia dice que se fue del país, pero la verdad es que lo
desaparecieron, y no se habla de eso”. Ramiro declaró que no hay monto fijo
para las “vacunas” o extorsiones, pues depende de las posibilidades económicas
de cada quién.
A raíz de estos hechos, muchos
agricultores abandonaron sus tierras, que luego fueron compradas por los mismos
grupos subversivos. “Esto les da accesos a insumos a muy bajo costo, que luego
revenden en Colombia, y sumado a la extorsión y el tráfico de gasolina, son sus
principales fuentes de ingreso”, finaliza el parte de prensa, que está
complementado por un video de los testimonios de Arnoldo y Ramiro, cuyas reales
identidades protegieron.
(MB)