Extrañan
Mercal. Las familias en extrema pobreza “pasan hambre, necesidades”. Recuerdan
que el Mercado de Alimentos, subsidiado por el Gobierno, era el punto de
concentración del ama de casa, que con cinco mil bolívares compraba suficientes
alimentos en los módulos tipo I del oeste de Maracaibo,
Prensa.
La Verdad.
Ahora, con la transformación desde hace
un año a los Comités Local de Abastecimiento y Producción, en el que se asegura
hay un censo social para responder a las condiciones de los hogares
“vulnerables” y producir alimentos para la población, la distribución es
“limitada”.
“No llegan”, asegura Cecilia Morillo,
vecina de Brisas de Morichal, en la parroquia Francisco Eugenio Bustamante. “Y
el que no tiene plata para comprar el CLAP se queda por fuera, como las
guayaberas”, lamenta Jonny Cambar, desde el barrio San Juan, en Ildefonso
Vázquez.
La única venta de la bolsa en Brisas del
Morichal se reportó “en diciembre”, luego de entregar datos socioeconómicos al
consejo comunal y promesas vacilantes de que “esta semana viene, si no la
otra”, agrega Doraly González, madre de seis niños que se apura a buscar los 10
mil 500 bolívares ante la alarma probable de que “esta semana sí hay CLAP”.
Dos meses sin venta también tienen los
habitantes de San Juan, critica Jonny Cambar. En La parroquia Venancio Pulgar
“hay familias que no tienen la manera para comprar una caja CLAP”. La ayuda
social con donaciones de alimentos desapareció, así como las jornadas de
productos a precios bajos. Y es que “desde hace dos años atrás el Mercal ya no
está”.
José Andrade, habitante de Etnia
Guajira, comunidad vecina de San Juan, asegura sentirse olvidado. “Desde
noviembre aquí no llega”, susurra rechazando que en barrios de la parroquia “si
no tienes la plata no te la dan. Aquí no hay beneficio de nada”. Parece una
venta cerrada porque “cuando llegó (la bolsa) muchos querían, (pero) tenían
tres mil bolívares y eso no les daba”, precisa Jonny Cambar.
“Inestable”
La restricción es parte de la
improvisación de un programa del que “no se saben los objetivos y es
esporádico. No sabe cuándo llegará”, además se descartan familias residentes en
edificios bajo “condición de necesidad”, analiza Raima Rujano, especialista en Trabajo
Social.
Los CLAP tienen un fin determinado:
Alimentos a familias pobres a través de dinero en efectivo, sin opción de otra
modalidad, aun. El desenvolvimiento de la colocación depende de los ingresos
familiares. Variable, “inestable y sin planificación” en estos años de crisis
económica, recalca Rujano acentuando que “la caja no dura para un mes o para el
tiempo de espera de la próxima”, lo que desvirtúa la atención inmediata.
El contenido de la caja tampoco cubre la
alimentación de un hogar numeroso. Los casi 12 kilos en pasta, arroz, leche en
polvo, aceite, atún, caraotas, salsas, harina de maíz, llegan quincenales,
mensuales y hasta bimensuales “y eso se lo puede comer en un día una sola
familia”. Hay núcleos que lo integran hasta 12 personas, advierte Rujano.
Contraloría
Este 12 de marzo es el Día Nacional de
los CLAP, es el primer aniversario del plan del Gobierno de llevar una
colocación de productos a las familias. La meta nacional son seis millones. En
Zulia se prevé “más del millón de los cuatro mil 100 habitantes”, estima la
Secretaría de Gobierno de la Gobernación del Zulia, con un registro de mil 650
comités y mil 400 codificados bajo un “esfuerzo para poder llegar a la mayor
cantidad posible de población con el tema de alimentos”, precisa Giovanny
Villalobos, secretario.
Si cada comité tiene en promedio entre
200 a 400 hogares, a vender los productos, quién asume los inventarios de las
familias que no pueden acceder a la caja por falta de ingresos. En Brisas de
Morichal hay una pista. “Llegan 74 cajas y se benefician 44, el resto
desaparece. Algo pasa ahí”, sospecha Joselyn Ibarra, vecina.
Ibarra cuestiona a dónde van a dar las
cajas asignadas al barrio que no pueden adquirir sus vecinos por falta de pago.
“¿Se benefician otros, las revenden? Cuando viene la comida se quedan con las
bolsas”, reprocha cargando la responsabilidad al consejo comunal que “sabe las
necesidades”. Como las de una indígena apodada la “Tenta”. Con cuatro hijos
desprotegidos “comen de la basura y piden en La Curva de Molina”.
Plan nutricional
Yeritza González, presidenta del Colegio
de Nutricionistas y Dietistas del estado Zulia, alerta que los productos “no
cumplen con la alimentación balanceada porque tienen más carbohidratos,
proteína de origen vegetal (grano y aceite) y la única de proteína animal es un
enlatado de atún” poco recomendable para niños y adultos mayores por contener
conservantes: nitritos y nitratos.
Las consecuencias de comer desbalanceado
afectan la salud. “Pueden haber familias malnutridas, con bajo peso, pérdida de
masa muscular que conlleva al tiempo a enfermedades sistémicas, como la vista y
órganos deteriorados”.
Escenario
El Gobierno asegura que los CLAP surgen
para frenar el “bachaqueo” y corrupción. Son la fórmula contra la “guerra económica”.
La Coordinación nacional de los CLAP adelanta mecanismos de pago mediante
transacciones electrónicas. La FANB es responsable del resguardo de los
inventarios de alimentos a almacenar en centros de abastecimiento.