Prensa. Reuters
Venezuela
posee 5.000 misiles rusos MANPADS tierra-aire, de acuerdo con documentos
militares revisados por Reuters, lo que constituye el mayor almacenamiento en
América Latina y una fuente de preocupación para las autoridades
estadounidenses en medio de la creciente inestabilidad en el país sudamericano.
El
gobierno socialista de Venezuela ha usado durante largo tiempo la amenaza de
una invasión “imperialista” por parte de Estados Unidos para justificar la
acumulación de armas. La mayor parte de ese arsenal fue obtenido de Rusia por
el fallecido líder Hugo Chávez, quien gobernó entre 1999 y su muerte en 2013.
Los
misiles, que son de montar en el hombro y pueden ser operados por una persona,
significan una seria amenaza a la aviación comercial y militar. Expertos en
armas dicen que han temido durante largo tiempo que las armas puedan ser
robadas, vendidas o canalizadas de alguna forma a manos equivocadas,
preocupaciones exacerbadas por la actual inestabilidad civil en Venezuela y la
crisis económica que afecta a la nación productora de petróleo.
De
acuerdo con una presentación militar vista por Reuters, el país sudamericano
tiene 5.000 misiles Man-Portable Air-Defense System (MANPADS), también
conocidos como Igla-S. El
documento visto por Reuters provee el más completo recuento hasta ahora del
tamaño del arsenal. Registros públicos de armas confirma el número visto en la
presentación militar venezolana.
Funcionarios
gubernamentales y militares venezolanos no respondieron al pedido de
comentarios sobre el informe.
El
director de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, CIA, Mike
Pompeo, expresó preocupación sobre los misiles en Venezuela en una audiencia
del Senado anteriormente este mes, aunque dejó claro que no tenía evidencia de
que hubiera tenido lugar una transferencia de armas.
Políticos
conservadores estadounidenses como el senador republicano por Florida Marco
Rubio han acusado durante largo tiempo a Venezuela de colaborar con varios
militantes a nivel mundial, incluyendo el grupo chiita libanés Hezbollah y los
rebeldes de las FARC en Colombia, que depondrán las armas este año.