Prensa.
AFP
El
papa Francisco regresa la próxima semana a América, donde la diplomacia
vaticana enfrenta verdaderos desafíos como la crisis en Venezuela, la violencia
del narcotráfico en México, la situación de Cuba y la paz en Colombia. La
Iglesia liderada por Francisco ha estado muy involucrada en los conflictos
regionales de América Latina y ha ofrecido mediaciones, ha abierto canales, ha
acercado a las partes y ha propiciado acuerdos en Venezuela, entre Nicaragua y
Costa Rica y entre Haití y República Dominicana, entre Bolivia y Chile.
“Desde
Colombia, donde llegará el miércoles, el papa hablará a toda América Latina”,
asegura a la AFP Gianni La Bella, de la comunidad de San Egidio, el movimiento
católico que facilitó los contactos entre la guerrilla colombiana de las FARC y
la Santa Sede y muy comprometido actualmente en los diálogos con el ELN. “En
Venezuela la situación está trabada. Los esfuerzos de la Santa Sede por el
diálogo naufragaron. Hay que intentar otro camino“, resume La Bella,
historiador y experto en América Latina.
“Es
un viaje que ha pensado mucho y del que tuvo dudas. Creo que sus discursos
estarán dirigidos a todos los latinoamericanos”, agrega. El
primer papa latinoamericano de la historia regresa a su región en un momento
muy delicado para su historia por la grave crisis política y social en
Venezuela, país con el que Colombia comparte más de 2.000 kilómetros de
frontera, por los escándalos de corrupción que sacuden a varios países, desde
Brasil y Colombia hasta México y por los graves índices de desigualdad social y
violencia.
“Francisco
abordará todos esos temas, pero en forma generalizada y no hará referencias
públicas sobre la situación en otros países”, asegura por su parte el chileno
Luis Badilla, fundador de la página especializada en asuntos vaticanos Il
Sismografo.
–
‘Política para la paz’ –
Tras
el mayor logro reciente de la diplomacia vaticana, el restablecimiento en 2015
de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, la Santa Sede mantiene
ahora un discreto “silencio” por las tensiones generadas con las declaraciones
del presidente republicano Donald Trump. “A
la Santa Sede le pasa lo mismo que al gobierno de Cuba: espera que los anuncios
de Trump se conviertan en medidas concretas para pronunciarse. Por ahora no ha
cambiado la naturaleza del acuerdo”, subraya Badilla.
El
jefe de la iglesia católica, que en sus cuatro años de pontificado ha
participado discretamente en negociaciones largas y silenciosas y mantiene
contactos con emisarios y líderes de los países latinoamericanos, cuenta con
una importante red de religiosos, estudiosos y observadores católicos. “Es
la primera vez que la cúpula del Vaticano está formada por personalidades que
conocen tan bien América Latina”, sostiene La Bella, que cita entre ellos al
Secretario de Estado y número dos, el cardenal Pietro Parolin, exnuncio en
Venezuela y a monseñor Giovanni Angelo Becciu, exnuncio en Cuba, secretario
para los Asuntos Generales, ambos italianos.
El
apoyo incondicional de Francisco al acuerdo de paz alcanzado el año pasado
entre el gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC, conflicto también de
más de medio siglo, lo convirtió en el gran pacificador de América. “Con
esta visita el papa dice a todo el continente que se acabó un ciclo, que la
lucha armada se agotó. Que no existe más justificación, que el cristiano opta
por el camino de la no violencia”, afirma La Bella. Una
visión que tanto la diplomacia vaticana como el papa argentino resumieron en el
mensaje que el pontífice leyó con ocasión de la Jornada Mundial de la Paz que
se celebró el primero de enero y que se titula “la no violencia: un estilo de
política para la paz”.
por
Kelly VELASQUEZ/