Prensa. ShareAmerica.
Este
es el segundo de dos artículos sobre el papel de las actividades de las
escuelas secundarias en las comunidades de Estados Unidos. El primer artículo
trataba sobre bandas de música escolares.
Es
viernes por la noche en Estados Unidos, y en todo el país se está desarrollando
un ritual de otoño. Las animadoras preparan sus pompones. Los miembros de la
banda de música calientan sus instrumentos musicales. Los muchachos
adolescentes se reúnen en los vestuarios de los campos de juego para ponerse
sus equipos de protección, colocarse sus botines y prepararse para entrar a la
carga en estadios llenos iluminados por luces enormes. Es la temporada de
fútbol de la escuela secundaria, y para muchos estadounidenses esta es la
mejor temporada de todas. (En Estados Unidos, el otoño cae durante los meses de
septiembre, octubre y noviembre).
En
el fútbol americano, que no debe confundirse con el juego de fútbol de 90
minutos que solo los estadounidenses llaman “soccer”, el juego en sí es solo
una parte de todo lo que inspira. Para los jugadores, se trata de trabajar
arduamente como equipo para lograr algo que ninguna persona podría hacer. Los
entrenadores usan el deporte como metáfora de la vida, con lecciones para
superar obstáculos. A los aficionados les encanta el sentido comunitario que el
deporte crea, con animadoras, equipos de baile y miembros de bandas de música,
todos allí para mantener altos los niveles de emoción.
Escuela
secundaria Decatur, Texas
“Todos queremos ganar y a todos nos encanta el
juego”, dice Mike Fuller, entrenador jefe del equipo de secundaria de Decatur
(Texas), con una población de 6.600 personas. “Pero la verdadera razón por la
que soy entrenador es para tratar de ayudar a los jóvenes a ser lo mejor que
puedan ser, no sólo en el campo de juego, sino a lo largo de la vida como
esposos, padres, jefes, empleados, donde quiera que la vida los lleve”.
Fuller
ha estado entrenando durante 25 años, cuatro de ellos en Decatur, y trabaja más
de 90 horas a la semana para asegurarse de que está dándoles a los atletas lo
mejor de sí mismo. Es una vida exigente, con días que comienzan cuando la
alarma de su reloj suena a las 4 de la mañana. A veces no llega a casa hasta la
1:30 de la mañana. En medio de todo estudiará videos de los equipos con los que
su equipo se enfrentará para formular una estrategia ganadora, repasará las
listas de equipos con los otros 16 entrenadores bajo su mando y se asegurará de
que sus jugadores estén haciendo también sus tareas escolares.
“La
escuela es lo primero”, dice Fuller, “pero la mayoría de los jugadores obtienen
mejores calificaciones durante la temporada de fútbol porque tienen que estar
absolutamente concentrados en todo”. Además de dirigir a los jugadores en
entrenamientos y ejercicios, Fuller también trata de enseñar a sus jugadores a
ser buenos compañeros de equipo. “Es mucho más que ganar y perder, es conseguir
que las personas trabajen juntos”, dice.
Escuela
secundaria Pewaukee, Wisconsin
El
fútbol gobierna la mayor parte de la vida de Seth Bickett. El estudiante de
último curso de secundaria de 1,8 metros de altura, y 107 kilogramos de peso
comenzó a jugar al fútbol americano en la escuela primaria y ahora juega como
defensa en el equipo de la escuela secundaria Pewaukee. Su posición consiste en
intentar romper a través de la línea del equipo contrario para hacer un placaje
al jugador contrario que tiene el balón, que puede que sea el principal
jugador, el “mariscal de campo”.
Tan
pronto como una temporada termina, Seth está en el gimnasio levantando pesas
para fortalecerse para la siguiente. Durante el año escolar, se levanta a las 5
de la mañana para un entrenamiento matutino. Cuando la escuela termina a las 3
de la tarde, vuelve a practicar con el equipo hasta las 6:30 de la tarde. Todo
el tiempo documenta lo que come para asegurarse de que está en la mejor forma
física posible. Se espera que Seth mantenga buenas calificaciones y no pierda
ninguna asignación. “Realmente tienes que aprender a gestionar tu tiempo”,
dice.
Escuela
secundaria Malcolm, Nebraska
El
fútbol americano, con movimientos de acción de alta intensidad seguidos de
pausas más largas mientras los equipos se preparan para la próxima jugada,
puede sentirse como un juego lento en comparación con el fútbol “soccer”. No
hay duda de que una multitud ruidosa puede mantener la energía durante el juego
y así animar a los jugadores.
Esta
es la función de las animadoras. “Me encanta”, dice Samantha Fortik, que ha
estado en el pelotón de animadoras de la escuela secundaria Malcolm durante
cuatro años. Malcolm es una pequeña ciudad en Nebraska con sólo unas 400
personas, y los partidos de fútbol son una manera divertida de pasar un viernes
por la noche, dice ella.
El
equipo de animadoras hace unas 40 aclamaciones, la mayoría de las cuales han
sido transmitidas de generación en generación. Como capitana, Samantha dirige
las aclamaciones para que todas sepan qué tienen que hacer. Algunas
aclamaciones son breves y duran solo unos segundos como “Hey, Big Blue
¡Contamos contigo!”; mientras que otras pueden continuar durante 30 segundos.
“Ser
animadora me ha hecho una persona con más confianza”, dice Samantha. “Mi madre
dice que parezco más alta, aunque no he crecido”.
Escuela
secundaria Massillon Washington, Ohio
Una
comunidad que se toma el fútbol americano en serio es la de la escuela
secundaria Massillon en Ohio, una ciudad de 32.000 personas, 10.000 de las
cuales llegan a acudir a un partido. El hospital local da balones de fútbol a
los bebés niños cuando nacen.
“El
fútbol reúne a nuestra ciudad”, dice Kathy Catazaro-Perry, alcalde de la
antigua ciudad siderúrgica que ahora fabrica papas fritas, comidas congeladas y
tocineta para los restaurantes de comida rápida de Wendy’s. “Se trata de
tradición.”
Catazaro-Perry
nunca se pierde un partido. Hace apuestas con el alcalde de una ciudad rival.
“Si ganamos, el alcalde [de la otra ciudad] tiene que llevar una camiseta de
Massillon a una reunión de su concejo municipal, y si ganan ellos, yo tengo que
llevar la camiseta de su equipo a una de nuestras reuniones”, dijo. “Nos
divertimos mucho”.