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El
embargo de armas y el veto a la venta de equipos que puedan utilizarse para “la
represión interna” que impone la Unión Europea (UE) a Venezuela para sancionar
al Gobierno del presidente Nicolás Maduro son actos que reflejan la decisión
unánime de los 28 países europeos de “cerrarle la puerta a la autocracia
competitiva de Venezuela”, en opinión del internacionalista, Carlos Luna.
“Ésta
es una primera gran muestra de la vocación de la Unión Europea en cuanto a
declarar que Venezuela se ha convertido en amenaza desde el punto de vista
humanitario”, agregó el analista, quien también advirtió que las medidas de
prohibición a cualquier de los 28 países de la UE de vender armas a Venezuela,
“empujará al Gobierno venezolano a negociar más con China y Rusia”.
El
internacionalista Daniel Merchán consideró que las recientes decisiones de la
comunidad europea apuntan a presionar a que se produzca una “democratización de
Venezuela”. “Hoy la Asamblea Nacional anunciaba un posible diálogo para este
mes producto de un acuerdo que hubo con países de la comunidad americana, de
modo que no es de extrañar que la UE tome estas decisiones para que los actores
tomen en serio la negociación”, explicó.
Las
medidas de la UE coinciden con la imposición de nuevas sanciones a 10 altos
funcionarios venezolanos más por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
Una coincidencia que está lejos de ser accidental, apuntó Merchán: “Pareciera
que la cúspide de las preocupaciones de la comunidad internacional está
enfocada en generar condiciones para la libre participación del ciudadano en
las elecciones en Venezuela”.
¿Cuáles
son las implicaciones de las sanciones?
Holanda,
Austria y España son los países europeos que proveían de armamento a Venezuela,
de acuerdo con el Instituto de Investigación para la Paz Internacional de
Estocolmo (SIPRI). Pero en los últimos tres años la crisis económica y la
suspensión de licencias para la exportación de material antidisturbios, tras la
represión de los cuerpos de seguridad en las protestas antigubernamentales en
2014, mermó la compra de equipos de este tipo a España.
“La
relación con España era importante mientras estuvo en el Gobierno (Hugo)
Chávez, y (José Luis) Rodríguez Zapatero en España. Se firmaron muchos acuerdos
desde el punto de vista de cooperación militar vinculado a la Armada”, recordó
Luna.
Sin
embargo, el afianzamiento de la dependencia económica entre Venezuela y Rusia
ha desplazado al mercado europeo, añadió el experto. Los datos de SIPRI
confirman que en los últimos cinco años Rusia y China han suministrado más del
90% del material militar que ha adquirido Caracas, pese a las “grandes caídas
en el gasto militar en muchos países exportadores de petróleo”, revela el
instituto.
El
informe de SIPRI señala que la caída de los ingresos del petróleo y los
problemas económicos asociados a la crisis del precio del petróleo han obligado
a muchos países exportadores de crudo a reducir el gasto militar.
Los
mayores recortes en el gasto militar en 2016 relacionados con la caída de los
ingresos petroleros nacionales fueron en Venezuela (-56 por ciento), Sudán del
Sur (-54 por ciento), Azerbaiyán (-36 por ciento), Irak (-36 por ciento) y
Arabia Saudita Arabia (-30 por ciento).
De
este modo, las sanciones pudieran obligar al Gobierno venezolano a ser aún más
dependiente de su relación con Rusia y China.
“Esta
medida de la Unión Europea genera la percepción negativa sobre Rusia, que
tendrá que asumir el costo político de seguir negociando con Venezuela, lo que
le puede afectar la relación con sus vecinos europeos. Sin embargo, la política
exterior rusa se desenvuelve en dos ámbitos: el del extranjero cercano y el del
extranjero lejano. En este último Rusia busca consolidar la expansión de su
influencia a través de Venezuela. Habría que ver qué tan provechoso es mantener
un amigo incómodo sobre todo con un (Donald) Trump intentando influir sobre
China”, afirmó Luna.
Otra
implicación es que Venezuela pierde un mercado para colocar su petróleo,
importar productos y materia prima y obtener inversiones internacionales.
“Venezuela ha perdido su confianza, ya no es atractiva a las inversiones ni
siquiera desde el punto de vista petrolero. Si revisamos el mapa de empresas
mixtas que configuraban el Plan Siembra Petrolera nos daremos cuenta de la
contracción que ha tenido la industria respecto a los capitales que invierten
en Venezuela”, manifestó el profesor universitario.
El
18 de agosto de 2005 se presentó al país el Plan Siembra Petrolera (PSP) para
incrementar los niveles de producción.
Luna
explicó que otra implicación de estas sanciones consiste en que el Gobierno
“sin la autorización de la Asamblea Nacional, no puede obtener nuevos créditos
ni reestructurar la deuda externa por muy buena voluntad que tengan sus
socios”, concluyó.