Prensa. EFE
Los
suministros petroleros de la Opep y otros diez productores independientes se
mantendrán congelados hasta el 31 de diciembre con el fin de drenar las
reservas almacenadas de “oro negro” en las naciones consumidoras. Así lo
decidieron hoy en Viena los ministros del sector de 24 países, incluidos los 14
socios de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), que hace
un año decidieron retirar del mercado 1,8 millones de barriles diarios (mbd) de
crudo para apuntalar el precio del “oro negro”.
“Estoy
satisfecho de anunciar la decisión unánime y solemne de extender nuestro
acuerdo (de recorte de producción) hasta finales de 2018″, dijo el ministro de
Petróleo de Arabia Saudí y actual presidente de turno de la Opep, Jalid al
Falih, en rueda de prensa. Subrayó que su país “está comprometido con este
acuerdo” y dijo ser “extremadamente optimista a medio y largo plazo sobre el
petróleo. Las inversiones volverán más bien antes que tarde al sector
(petrolero)”.
“Ha
sido un acuerdo de pleno entendimiento que debe traer mayor estabilidad e
impulso al mercado petrolero”, indicó, por su parte, el ministro de Petróleo de
Venezuela Manuel Quevedo, tras participar en dos reuniones: la 173 conferencia
ministerial de la Opep y el tercer encuentro del grupo ampliado (“Opep+“).
La
primera cita certificó el tope máximo de producción conjunta de los 14 miembros
de la organización, de 32,5 millones de barriles diarios (mbd), una cuota
adoptada hace un año y que supuso una rebaja de 1,2 mbd respecto al bombeo de
octubre de 2016. Rusia, México, Kazajistán, Azerbaiyán, Bahrein, Brunei,
Malasia, Omán, Sudán y Sudán del Sur, que no pertenecen a la organización, se
adhirieron a fines de 2016 al recorte, retirando juntos otros 580.000 barriles
al día, formando una inédita alianza petrolera, responsable de más de la mitad
de la oferta mundial de crudo.
“Ha
sido un acuerdo muy exitoso“, destacó el ministro ruso de Energía, Alexándr
Novak, tras recordar que todos esos países tienen “un objetivo común: un
mercado equilibrado“. Eso sí, ante las habituales incertidumbres del sector, el
grupo indicó que tiene la “intención” de volver a estudiar la situación el
próximo junio, por si fuera necesario reajustar el nivel de bombeo.
Pero,
en general, todos se mostraron satisfechos por la bajada del nivel de los
inventarios de crudo y la subida de los petroprecios en más del 20 %, hasta
superar los 60 dólares/barril, y optimistas en cuanto a las perspectivas del
futuro cercano. “Está previsto que la demanda aumente al sano ritmo que hemos
visto en los últimos años, pero nunca se sabe, así que vamos a ser muy ágiles y
vigilantes”, señaló Al Falih.
Uno
de los riesgos que afronta el grupo es que el elevado precio incentive la
producción rival, y en especial la del petróleo de esquisto en Estados Unidos,
cuyo auge en 2014 fue una de las principales causas del desplome de la
cotización del crudo en casi un 80 % entre 2014 y 2016. “La producción de los países que no
pertenecen a la Opep es un interrogante y reconocemos la variabilidad del
esquisto en EEUU (…) reaccionaremos y actuaremos dependiendo de como sean los
acontecimientos”, señaló el ministro saudí.
En
cuanto a Nigeria y Libia, los dos socios de la Opep eximidos del compromiso de
cumplir con una cuota de producción debido a los cortes que han venido
sufriendo a raíz de sus conflictos internos, Al Falih avanzó que esta vez
también han accedido a cierta congelación de su bombeo. “Ambos países nos han
contado, y está documentado en la decisión de la Opep, que los niveles de 2018
no van a superar los niveles que alcanzaron en 2017. Así, no se esperan
sorpresas por parte de Libia y Nigeria”, subrayó.
Por
otro lado, el presidente se congratuló de la participación de seis países como
observadores en la reunión de este jueves. “Son pequeños productores, así que
podemos decir que tenemos 30 países, un número sin precedentes de productores,
que están comprometidos a actuar juntos a medio y largo plazo para asegurar la
estabilidad del mercado”, concluyó.