Prensa. ipsnoticias.net.
Dos
tercios de los 33 países de América Latina y el Caribe ya entregaron o se
aprestan a depositar ante las Naciones Unidas las metas a las que se
comprometen a mantener a raya la degradación que enfrentan sus suelos y que
amenaza la salud de su agricultura y la vida futura de su población.
En
2015, las partes de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la
Desertificación (UNCCD) acordaron estabilizar la superficie saludable del
planeta con metas nacionales, que se basan en la situación de erosión de cada
país y tienen como objetivo alcanzar para 2030 la neutralidad en la degradación
de la tierra (NDT).
“Se
estima que en América Latina la mayor parte de tierras degradadas lo fueron por
causa de la deforestación (100 millones de hectáreas) y del sobrepastoreo (70
millones). El aumento de la demanda internacional incita a los agropecuarios y
grandes propietarios a deforestar de manera de extender sus superficies
agrícolas y los pastos a destinación del ganado”: Sally Bunning.
“Lo
que estamos haciendo directamente ahora es establecer una política de manejo
neutral de las tierras. Es decir, donde yo degrado, por otra parte compenso. No
puede ser que sigamos con estas políticas extractivistas de los países donde yo
degrado y nunca le devuelvo a la tierra”,
explicó a IPS el coordinador de la UNCCD para la región, José Miguel
Torrico, quien opera desde Santiago de Chile.
El
nuevo compromiso, subrayó, es que “Lo que yo le quito a la tierra, le pongo y
mantengo la productividad”.
El
concepto de NDT se define como un estado en el que la cantidad de recursos
sanos y productivos de la tierra, necesarios para apoyar los servicios
ecosistémicos, permanecen estables o se incrementan en escalas de tiempo y
espacio específicas.
“Hoy
estamos en el proceso de establecimiento de metas para lograr la neutralidad de
las tierras. Eso se está dando en 22 países de la región que participan
activamente. Algunos ya establecieron sus metas y otros, como Brasil, están al
final del proceso de hacerlo”, destacó Torrico.
Según
cifras de la UNCCD, también conocida en español como CNULD, hay actualmente más
de 2.000 millones de hectáreas de tierras degradadas en el mundo (un área
superior a América del Sur), que cuentan con el potencial para la
rehabilitación de tierras y restauración de bosques. De ese total, 14 por
ciento corresponden a la región.
Sally
Bunning, oficial principal de Políticas-Sistemas Agrícolas, Tierra y Agua de la
oficina regional de la FAO para América latina y Caribe, dijo IPS que “las tierras degradadas
representan más de una quinta parte de los bosques y las tierras agrícolas de
América Latina y el Caribe”.
“La
agricultura comercial es un motor clave (de esa degradación), especialmente la
producción de carne, soja y aceite de palma”, afirmó en la oficina regional en
Santiago.
Mayor
información ir a;