Prensa.
EFE
“El
Vinotinto” es el primer periódico gratuito pensado exclusivamente para la
comunidad venezolana en Chile, que ha crecido de forma exponencial los dos
últimos años ante el recrudecimiento de la crisis en su país de origen. El
rotativo nació en noviembre de 2016 con el objetivo de ofrecer información útil
y consejos prácticos a los miles de venezolanos que decidieron instalarse en
Chile.
“Queremos
ser el medio de comunicación de referencia para la comunidad venezolana en
Chile. Nos pareció una buena idea porque una comunidad necesita tener un medio
a través del cual expresarse”, explica a Efe el periodista venezolano Víctor
Higuera, director de “El Vinotinto”. El periódico se edita mensualmente y se
distribuye gratis en más de sesenta locales y comercios en Santiago, la mayoría
regentados por migrantes venezolanos.
El
proyecto comenzó con una tirada de 1.500 ejemplares pero pronto vieron que se
quedaban cortos. Ante la elevada demanda decidieron imprimir 5.000 copias al
mes, una cifra que puede aumentar en los próximos meses junto con ampliar la
distribución a otras ciudades chilenas. “El Vinotinto” no es un periódico de
información general. Hay reportajes sobre política chilena y entrevistas, pero
su misión principal es ofrecer contenidos prácticos para los inmigrantes
venezolanos.
“Uno
de los fines del periódico es promover la buena inmigración“, explica Higuera.
Por ello hay artículos donde se detallan los trámites para solicitar visados de
trabajo y residencia, cómo funciona el sistema de pensiones chileno o
recomendaciones para emprendedores que quieran crear una empresa. Hay también
información práctica como por ejemplo los pasos a seguir para usar en Chile un
teléfono inteligente comprado en Venezuela, o noticias sobre aperturas de
restaurantes y comercios venezolanos.
La
política venezolana tampoco está ausente en “El Vinotinto”. El periodista
Vladimir Villegas y el político opositor Ángel Lugo escribieron la columna
política en las primeras ediciones, una tarea de la que ahora se encarga Ingrid
Bravo Balabú, una periodista venezolana que vive en Caracas. El director del
diario explica que estuvo varios meses sin publicar la columna política. Lo
hizo para no “agobiar” a sus lectores con temas que les podían generar
frustración.
Aun
así, Higuera decidió que este era un buen momento para reintroducir los temas
políticos porque cree que “pueden ser tiempos de cambio”. La existencia de “El
Vinotinto” no se puede explicar sin el éxodo venezolano. Según cifras
oficiales, en 2017 arribaron a Chile casi 165.000 venezolanos, prácticamente el
doble que un año antes. Solo Colombia y Ecuador han recibido una cifra mayor de
migrantes venezolanos.
Por
lo general, el perfil de los venezolanos que se instalan en Chile es el de
profesionales jóvenes, con formación universitaria, que han podido ahorrar el
dinero suficiente para pagar el billete de avión y mantenerse los primeros
meses mientras encuentran trabajo.
Pero
esto ha cambiado estos últimos meses por la agudización de la crisis política,
económica y humanitaria en la que está sumida Venezuela. “El venezolano de la
diáspora ya es toda clase de venezolano. Salen desesperados del país y llegan a
Chile por cualquier vía”, apunta Víctor Higuera.
La
historia del director de “El Vinotinto” es probablemente un guión que se repite
en miles de profesionales venezolanos de la diáspora. Se fue de Venezuela a
fines de 2015 y estuvo medio año en Miami antes de instalarse en Santiago. Su
situación, aclara, no era desesperada. Tenía un buen trabajo en un canal de
televisión, pero las previsiones no eran halagüeñas para quienes, como él, no
se conforman con sobrevivir.
“La
situación económica presiona para el que quiere comprarse un carro o un
departamento. Son ambiciones que uno tiene a nivel personal y desde hace
algunos años se ha puesto muy difícil en Venezuela”, cuenta Higuera, de 31
años. Ve el futuro con un optimismo moderado, pese a que el régimen de Nicolás
Maduro no está dispuesto a “entregar de manera pacífica” el poder. Sus
esperanzas están depositadas en que la presión internacional haga la situación
aún más insostenible y el Gobierno no tenga otra alternativa que ceder. “De una
manera u otra van a tener que recular”, afirma.
Gerard
Soler/EFE