Prensa. Vente
Carabobo.
Víctor
Capozzi, coordinador de políticas públicas de Vente Venezuela en Carabobo,
aseguró que para resolver la crisis de agua que vive esta región, se requiere
una inversión de aproximadamente 7 mil 800 millones de dólares, con lo cual el
país dejaría de violar al acceso a este servicio que es un derecho humano,
objetivo de desarrollo sostenible de la Organización de Naciones Unidas.
Capozzi
explicó que esta inversión millonaria requiere del apoyo de organismos
importantes como el Fondo Monetario Internacional o el Banco de Desarrollo de
América Latina, sin embargo, “hace falta credibilidad y una organización que
sea eficiente, cosa que no tenemos en este momento, por eso parte de la
solución pasa también por un cambio de Gobierno”.
Destacó
la necesidad de que se elabore un plan maestro bajo el cual se debe actuar en
función del restablecimiento de este servicio y al respecto precisó que en
Venezuela hay recurso humano capacitado para resolver esta crisis, pero que
necesita el financiamiento para ejecutar los correctivos necesarios.
“Se
necesita un plan maestro para resolver a corto plazo, lograr algo más decente a
mediano plazo y tener recuperado el sistema a largo plazo”, señaló Capozzi
quien detalló que si comenzaran a ejecutarse las labores necesarias de manera
inmediata, en corto plazo pudiera resolverse la cantidad de agua mientras que
para solventar el tema de la calidad, se requerirían entre 3 y 5 años.
El
dirigente de Vente Venezuela, además dijo que aunado a la recuperación de todo
el Sistema Regional del Centro, es importante crear un “plan b” para la
distribución de agua de calidad, distinto al SRC, lo cual podría demorar hasta
10 años.
Explicó
que por ahora el problema del agua continúa “y se agrava cada día, además de
que va a persistir si no se ejecutan las labores necesarias. Se trata de uno de
los problemas ecológicos más importantes en la tierra, así lo han determinado a
voces muchos ingenieros que han tenido relación alguna con el Sistema Regional
del Centro y la Cuenca del Lago de Valencia”.
Sostuvo
que debido a que la problemática tiene muchas aristas, se requiere una
dedicación plena de un equipo multidisciplinario conformado por ingenieros
civiles, eléctricos, mecánicos y químicos primordialmente, aunado a otros
factores profesionales, “todos coordinados bajo un gran plan maestro que ahora
mismo no existe y que debería determinar si vamos a hacer un acueducto nuevo o
reparar el que tenemos”.
Insistió
en que “este gobierno y este sistema no está en capacidad para abordar el
problema” y recordó que actualmente la calidad del agua no es apta para consumo
humano, mientras que la cantidad tampoco es adecuada o propia para los
estándares mundiales.
“Estamos
lejos de los parámetros ODS de agua limpia para el desarrollo de poblaciones.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos habla del derecho a la salud,
a los servicios y el agua forma parte de la salud, el agua es primordial como
recurso, no solo por lo que representa como alimento, porque somos 80% agua,
sino lo que significa para instituciones como hospitales que necesitan agua de
calidad para poder operar”.
En
cuanto a lo que se puede realizar a corto plazo, Víctor Capozzi señaló que se
deberían restablecer los caudales hacia la Planta Alejo Zuloaga, que debería
suministrar 7000 litros por segundo pero que actualmente va por 2 mil, no
obstante, reiteró que la calidad va a requerir más esfuerzo.
En
cuanto a los racionamientos cada vez más prolongados en las últimas semanas, el
dirigente de Vente Venezuela en Carabobo explicó que la entidad cuenta con Pao
Cachinche y Pao La Balsa, que están a 200 metros sobre el nivel del mar, “esa
agua hay que subirla a 500 msnm para redistribuirla en Valencia que está a 450
msnm, eso requiere suministro eléctrico así como la parte mecánica y bombas
adecuadas, ahorita tenemos problemas con todo eso, con la parte de bombeo,
fallas eléctricas importantes y problemas de tratamiento”.
Por
último, insistió en la importancia de que las aguas residuales sean redirigidas
a plantas de tratamiento y permitir que la planta Alejo Zuloaga trabaje con
agua de río y lluvia, que es para lo que fue diseñada.
“El
problema de la Cuenca Hidrológica del Lago de Valencia afecta a casi 4 millones
personas, tiene muchas aristas y requiere un equipo serio, multidisciplinario,
que se puede conformar con recurso humano muy importante que tenemos en el
país. Si tenemos una mala calidad de agua, entonces tenemos mala calidad de
vida, involucionamos, la expectativa de vida se reduce y vamos hacia un
desastre global”, concluyó.