Prensa. El Nuevo
Herald.
El
empresario venezolano Raúl Gorrín, conocido por su polémica compra del canal de
noticias Globovision, comienza a aparecer como el gran arquitecto de la
operación de lavado de $1,200 millones que también involucra al gobernante
venezolano Nicolás Maduro y a sus hijastros, señalan documentos del caso
federal realizado en Miami y personas familiarizadas con la investigación.
Según
múltiples fuentes familiarizadas con el caso, Gorrín ahora es uno de los
objetivos centrales de las autoridades. Documentos de la corte presentados esta
semana muestran que Gorrín fue la persona que contactó inicialmente al
arrestado banquero alemán Matthias Krull --quien ya negoció un acuerdo de
cooperación con la fiscalía-- para pedirle que le ayudara a lavar los fondos
malversados de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Gorrín
también fue quien le presentó al banquero alemán al venezolano Mario Enrique
Bonilla, el presunto testaferro de los hijastros de Maduro, resaltan los
documentos introducidos en la Corte Federal del distrito Sur de la Florida.
El
caso de la fiscalía ahora cuenta con el testimonio de Krull, quien mantuvo por
años una relación de trabajo con Gorrín, así como con el también polémico
empresario venezolano Francisco Convit, otro de los venezolanos acusados por
las autoridades de haber participado en la conspiración.
Y
la decisión de colaborar del banquero alemán podría abrirle las puertas a
nuevas investigaciones contra Gorrín. “Krull estaba específicamente en
conocimiento de que el Conspirador 7 [Gorrín] estaba previamente involucrado en
otro esquema de corrupción involucrando a otro alto funcionario venezolano en
base a los propios comentarios que el Conspirador 7 le formuló a Krull”,
resalta uno de los documentos de la corte.
El
abogado de Gorrin en Estados Unidos, Howard Srebnick, negó que su cliente,
quien hasta ahora no enfrenta ningún cargo, esté involucrado en algún delito. “El
señor Gorrín es un exitoso magnate de los medios de comunicación que no ha
estado involucrado en níngun tipo de lavado de dinero”, dijo recientemente
Srebnick en un mensaje enviado al Miami Herald.
Por
otro lado, el régimen de Venezuela no respondió a solicitudes formuladas por el
Nuevo Herald para conversar sobre las acusaciones formuladas en la Corte
Federal de Miami implicando a Maduro y a los hijos de Cilia Flores, su esposa.
Flores,
quien lleva una relación sentimental con Maduro de más de dos décadas, tiene
tres hijos de un matrimonio previo: Yosser Gavidia Flores, Walter Gavidia
Flores y Yoswal Gavidia Flores.
Fiscales
estadounidenses congelaron esta semana cientos de millones de dólares en
propiedades de lujo y otros activos en el sur de Florida, vinculados a la
presunta red de empresarios y ex funcionarios del régimen de Nicolás Maduro
acusados de conspirar para lavar los fondos malversados de las arcas del Estado
venezolano. Entre las propiedades congeladas figuran cuatro viviendas lujosas
vinculadas al presunto testaferro de los hijastros de Maduro.
El
gobernante venezolano también está bajo investigación.
Las
viviendas congeladas suman 17, algunas de ellas suntuosas, así como fincas
decaballos ubicadas en Florida. El valor total de las propiedades oscila entre
los $22 millones y los $35 millones, según las valoraciones de propiedad que
aparecen en los registros públicos y en las estimaciones de precio realizadas
por el mercado inmobiliario.
Según
los documentos de la corte, Gorrín contactó a Krull en el 2016 para que le
ayudara con el tramo de dinero valorado en $600 millones, generado a través
decontratos cambiarios. “El Conspirador número 7 [Gorrín] declaró que
necesitaba una solución para mover y depositar los fondos”, señala uno de los
documentos.
Los
$600 millones habían sido obtenidos fraudulentamente de la estatal PDVSA, que
se comprometió a pagar ese monto para cancelar una deuda contraída inicialmente
por 7,200 millones de bolívares, utilizando el escandalosamente favorable tipo
de cambio oficial de la época, de 12 bolívares por dólar, en vez de la tasa
real para el período, cercana a los 200 bolívares por dólar.
Esas
condiciones aseguraban que gastando solo unos $35 millones en el mercado
paralelo, los conspiradores podrían conseguir los 7,200 millones de bolívares
que requerían para obtener posteriormente el pago de $600 millones. Posteriormente,
el contrato de préstamo fue duplicado a 14,000 millones de bolívares, elevando
el potencial de ingresos por los integrantes de la red a $1,200 millones,
reseña la fiscalía.
Los
documentos de la corte también brindan algunas pistas sobre la naturaleza de la
relación entre Gorrín con los hijastros de Maduro. Algo de esto puede verse en
la conversación que Gorrín sostuvo con Krull en sus oficinas en Venezuela, tras
preguntarle si él sabía la identidad de las personas que Bonilla representaba.
“El
Conspirador 7 le explicó a Krull como ‘Los Chamos’ ayudaban al Conspirador 7 a
resolver temas con el Funcionario Venezolano 2 [Maduro] , intercediendo con
sumadre [Cilia Flores], la esposa del Funcionario Venezolano 2”, resalta otro
de los documentos.
“El
Conspirador 7 entonces le presentó Krull a Los Chamos, quienes se encontraban
sentados en el cuarto de al lado con Conspirador 9 y Conspirador 11, llevando
sombreros y cadenas. Se le explicó a Krull que Mario Enrique Bonilla Vallera y
Conspirador 10 serían los testaferros dueños de las cuentas pertenecientes a
Los Chamos, en cualquiera de las soluciones que Krull pudiese brindar”,
resaltó.
Krull,
el Conspirador 10 y Bonilla se reunieron en varias oportunidades posteriormente
para asistir a los testaferros a recibir los fondos de PDVSA. Una de las
reuniones entre Krull y Gorrin fue realizada en un apartamento en Fisher
Island, que estaba siendo renovado por el empresario venezolano.