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Una sonda de la NASA se posó en en la superficie de
Marte el lunes, después de una travesía de seis meses y un arriesgado descenso.
Es la octava vez en la historia de la humanidad que una nave logra llegar al
planeta rojo.
La sonda, llamada InSight, ha recorrido 482 millones
de kilómetros (300 millones de millas) en un proyecto que ha costado 1.000
millones de dólares. InSight envió a la Tierra su primera foto, tuiteó la NASA
el lunes. "La vista del InSight es una extensión plana y suave llamada el
Elysium Planitia, pero su zona de trabajo está debajo de la superficie, donde
estudiará el interior de Marte".
El lunes a las tres de la tarde (ET), la sonda,
construida por científicos estadounidenses, franceses y alemanes, tocó la
superficie de Marte. La ansiedad era palpable en la sede de la NASA. Si bien es
verdad que la agencia espacial estadounidense ha logrado misiones marcianas en
el pasado, han pasado seis años desde la más reciente.
La sonda se frenó que frenarse abruptamente, pasando
de 19.800 kilómetros por hora (12.300 millas por hora) a cero en seis minutos,
atravesando la atmósfera marciana, desplegando su paracaídas, encendiendo sus
motores de amortiguación y, por fin, se posó sobre la superficie en sus tres
patas.
"Aterrizar en Marte es uno de los trabajas más
difíciles que la gente tiene que hacer en la exploración planetaria",
señaló el principal científico de InSight, Bruce Banerdt. "Es algo tan
difícil, es algo tan peligroso que siempre existe la posibilidad más bien
incómoda de que algo podría salir mal", agregó.
La tasa de éxito de la Tierra en Marte es de 40%,
contando todos los vuelos de reconocimiento, vuelos orbitales y aterrizajes que
Estados Unidos, Rusia y otros países han intentado desde 1960. Sin embargo,
Estados Unidos ha logrado siete aterrizajes exitosos en Marte en las últimas
cuatro décadas y, con sólo uno fallido, es un récord envidiable. Ningún otro
país ha logrado montar y operar una nave espacial en la polvosa superficie
roja.