Prensa.
Diario Las Américas.
El papa Francisco pidió a los dirigentes
políticos de Venezuela que pongan fin a la crisis que azota el país y también
urgió a que se propicie una solución pacífica en Nicaragua, en su mensaje de
Pascua de este Domingo de Resurrección.
"Que la alegría de la Resurrección llene
los corazones de todos los que en el continente americano sufren las
consecuencias de situaciones políticas y económicas difíciles. Pienso en
particular en el pueblo venezolano: en tantas personas carentes de las
condiciones mínimas para llevar una vida digna y segura, debido a una crisis
que continúa y se agrava", dijo Francisco.
El pontífice ofreció su mensaje de Pascua
desde la logia central de la basílica de San Pedro del Vaticano y lo centró en
la importancia de garantizar la paz en el mundo.
Animó a la comunidad internacional a que la
propicie, acabando con "la carrera de armamentos y la propagación
preocupante de las armas, especialmente en los países más avanzados
económicamente", y también se acordó de los indefensos, los pobres, los
desempleados y los marginados. Se refirió a Siria, donde su pueblo es
"víctima de un conflicto que continúa y amenaza con hacernos caer en la
resignación e incluso en la indiferencia".
"En cambio, es hora de renovar el
compromiso a favor de una solución política que responda a las justas
aspiraciones de libertad, de paz y de justicia, aborde la crisis humanitaria y
favorezca el regreso seguro de las personas desplazadas, así como de los que se
han refugiado en países vecinos, especialmente en el Líbano y en Jordania",
subrayó.
Sobre Oriente Medio, lamentó que la región
sufra "continuas divisiones y tensiones", deseó que israelíes y
palestinos busquen juntos "un futuro de paz y estabilidad" y criticó
el conflicto en Yemen, donde especialmente los niños sufren las consecuencias
del hambre y de la guerra.
Deseó que "las armas dejen de
ensangrentar a Libia, donde en las últimas semanas personas indefensas vuelven
a morir y muchas familias se ven obligadas a abandonar sus hogares" e
instó a las partes implicadas a encontrar una solución dialogada que ponga fin
a la inestabilidad política.
Francisco también pidió que la paz y la
reconciliación reine en África, en países como Burkina Faso, Mali, Níger,
Nigeria, Camerún y Sudán del Sur, y dirigió un pensamiento especial a Sudán,
"que está atravesando un momento de incertidumbre política". Finalmente, pidió que Ucrania, "que
siguen sufriendo el conflicto todavía en curso, encuentren consuelo en esta
Pascua".
Tras finalizar su mensaje, impartió la
tradicional bendición Urbi et Orbi (para la ciudad y para el mundo) y lamentó
seguidamente "la violencia cruel" tras los atentados en Sri Lanka. Antes,
el papa presidió la misa de Domingo de Resurrección desde la Plaza de San
Pedro.