Prensa. Expresión Libre.
En
una nueva conmemoración del Día Nacional del Periodista venezolano resulta
ineludible para la Asociación Civil Expresión Libre, Comunicadores por la Paz y
la Democracia, que los periodistas, el gremio y la propia sociedad civil
elevemos enérgicamente nuestra voz de reclamo exigiendo a quienes hoy ejercen
el control político del Estado, el respeto a los derechos de libertad de
expresión e información y al ejercicio de la labor profesional informativa,
garantías que han sido severamente vulneradas durante los últimos veinte años.
La
sociedad venezolana está sumida en una crisis que abarca todos los órdenes de
la cotidianidad de la población, por ello es fundamental que los periodistas
puedan informar debidamente sobre la exacta dimensión de los problemas, ayudar
a su análisis y comprensión y facilitar la orientación hacia sus posibles vías
de solución. Así lo requiere el futuro de Venezuela y sus habitantes que hoy
viven una situación al límite.
Sin
embargo, durante estos últimos años, y sobre todo desde que quienes hoy ejercen
el control del Estado venezolano revelaron abiertamente su objetivo de
instaurar una hegemonía comunicacional, lo que se ha presenciado es el
desmantelamiento paulatino de la vigorosa red de medios impresos y
audiovisuales del sector privado con la que contaba Venezuela hasta el final
del siglo XX y la imposición de límites, trabas, violencia y agresiones físicas
contra los periodistas en su desempeño profesional.
La
situación es en extremo grave y delicada. Para que los periodistas y los medios
de comunicación en los que trabajan puedan ejercer cabalmente su labor
informativa es necesario que se garantice el acceso a las fuentes de
información pública y que además cesen las prácticas discriminatorias contra
los medios independientes y en favor de los medios oficiales. Los organismos
del Estado venezolano operan sin ninguna transparencia ni posibilidad de
escrutinio público: escasamente aportan informaciones sobre su quehacer y
regularmente niegan la que les exigen los periodistas e incluso los
particulares en ejercicio de un derecho constitucional.
Tan
importante como ello es que quienes están al frente de los numerosos organismos
de seguridad del Estado, y especialmente de la GNB, SEBIN y PNB, impartan
instrucciones precisas para que dé una vez por todas cesen las agresiones
físicas a los periodistas, de las cuales por cierto no escapan ni las mujeres
reporteras. Son constantes las
retenciones, la destrucción y robo de sus equipos de trabajo o los insultos por
el simple hecho de dar cobertura a los aspectos más visibles de la crisis
nacional y las protestas ciudadanas que ellas generan. En el número de casos de
estas afectaciones no existe comparación alguna en la región latinoamericana.
Son centenares cada año y han sido miles durante estas dos décadas de régimen
socialista.
Mención
especial merecen la irregular situación que se viene presentando en la Asamblea
Nacional, a cuyas plenarias le es impedido el acceso a los reporteros sin razón
ni explicación alguna. Los jefes de los poderes desatienden todos los llamados
que se hacen para que la GNB abandone esa conducta irrespetuosa hacia los
profesionales del periodismo y violatoria de la Constitución Nacional.
La
destrucción de lo que fue un sistema de medios diverso y plural, tanto en su
credibilidad como en las bases de sustentación económica fue un objetivo que el
proyecto revolucionario buscó desde sus inicios. Del sector de los medios
impresos han desaparecido cerca de la quinta parte de los 90 que existían al
comienzo de la década del 2000. En el sector radial se cuentan por decenas el
cierre de medios por medidas de dudosa legalidad o por simples retaliaciones
políticas. Con la desaparición de esos medios o con la reducción de operaciones
se han perdido miles de puestos de trabajo. La destrucción de la economía
nacional hace difícil la supervivencia de medios y de salarios dignos y
suficientes para el sostenimiento de los periodistas y sus familias.
Como
contraparte, se ha extendido la censura y la autocensura y hoy los medios del
Estado venezolano, usufructuados únicamente por la clase política dominante, no
le ofrecen a la población más que un discurso unidireccional, propaganda,
proselitismo y montajes políticos, muchos de ellos con el odio como componente
fundamental.
Este
27 de junio, Expresión Libre manifiesta su palabra de aliento, solidaridad y
reconocimiento a los periodistas venezolanos, quienes en medio de grandes
dificultades siguen trabajando para mantener informada a la colectividad y los
hacen además con grandes méritos como lo atestiguan los importantes premios que
ha merecido su labor en el exterior.
Por Expresión Libre
Silvia Alegrett
Coordinadora General
Caracas, 27 de junio de 2019.