Prensa.
Voanoticias.
William
Spindler, portavoz de ACNUR le dijo a la Voz de América que estas personas
están en una situación de gran vulnerabilidad y han corrido con muchos riesgos,
en busca de seguridad y una vida mejor; además, han estado expuestos a ello por
su "género, edad y condición de salud, y algunas de las actividades de
alto riesgo a las que se han visto obligadas a recurrir para poder sobrevivir
son conductas de mendicidad, trabajo sexual, y trabajo infantil, etc".
Por lo
que, según ACNUR, la mitad de las familias venezolanas (50,2 %) que siguen
huyendo de Venezuela han enfrentado o continúan enfrentando riesgos mientras se
movilizan, según un estudio revelado por ACNUR.
Dentro
de los hallazgos, se encontró que alrededor del 66% es desempleado o trabaja en
la informalidad, y el 43% tiene problemas al encontrar un lugar donde alojarse
porque no tienen recursos económicos, documentación o son discriminados por ser
venezolanos.
Asimismo,
el estudio indica que el 34% de las personas entrevistadas no tienen ningún
tipo de documentación, por no tener permisos vigentes o porque ingresaron al
país de manera ilegal. Esto, a pesar de que algunos países han otorgado
permisos temporales a los venezolanos.
El
15% de los entrevistados había solicitado asilo, y otro 26 % indicó que tenía
intención de hacerlo. Solo el 4% tenía residencia permanente y el resto, de
turista o temporales.
"Entre
las personas que no manifestaron tener la intención de presentar una solicitud,
la mayoría desconocía sus derechos y los procedimientos existentes, y algunos
creían erróneamente que solicitar asilo les impediría volver algún día a sus
hogares", informó uno de los portavoces de ACNUR en una rueda de prensa en
el Palacio de las Naciones, en Ginebra.
Incluso,
anotó que, aunque hay un nivel bajo de solicitudes, "los sistemas de asilo
en la región están desbordados". William Spindler también anotó a VOA
Noticias que los gobiernos de la región han hecho todo lo posible para facilitar
la entrada y el tránsito de los venezolanos, pero "las comunidades están
recibiendo a estas personas no tiene los medios para continuarlo
haciendo".
En
muchos países, agregó, "hay escuelas donde un porcentaje muy alto de los
niños son venezolanos; muchos hospitales en donde la mayoría de las mujeres
están dando a luz son venezolanas y así… Esto no se da en todas partes, en
ciertas ciudades, sobre todo fronterizas o cercanas a Venezuela, que han sido
especialmente afectadas por el éxodo de los venezolanos; por eso, muy
importante que estos países reciban más apoyo".
El
estudio se realizó, a partir de entrevistas llevadas a cabo en Argentina,
Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, República Dominicana y Uruguay, y los
resultados se basan en 7.846 entrevistas, elaboradas entre enero y junio de
2019.
Spindler
le dijo a la VOA que recuerda varios casos especiales de los entrevistados,
como venezolanos que deben salir de su país porque no encuentran medicinas o
que son perseguidas por sus creencias políticas. En especial, una mujer que
tenía una hija con una deficiencia y problemas de comportamiento y, al ser
perseguida por sus vecinos, a causa de su posición política, se fue de
Venezuela para evitarle efectos a la niña.
Incluso,
recuerda a personas que por su condición sexual han tenido dificultades para
conseguir trabajo o adaptarse en el país donde se encuentran. El estudio, dice la publicación de ACNUR,
permitió tomar medidas, pues entre enero y junio, más de 1.500 personas, en
situación de riesgo, fueron referidas para asesoramiento u otros servicios.
"Las
soluciones los problemas políticos no son humanitarios; sin embargo, las
necesidades más urgentes de la población se deben responder ya, y eso es lo que
estamos haciendo con la sociedad civil, con gobiernos de otros países afectados
para responder a las necesidades más urgentes que no pueden esperar a una
solución más a largo plazo", aclaró Spindler.