Prensa.
Diario Las Américas.
La ayuda que Rusia brinda
al régimen de Nicolás Maduro para contrarrestar las sanciones estadounidenses,
mediante inversiones en la extracción de crudo y oro, será motivo de una nueva
ronda de sanciones por parte de la Administración del presidente Donald Trump,
las cuales tendrán por mirilla principal a la petrolera rusa Rosneft, aunque
también podrían afectar a la estadounidense Chevron o a la española Repsol.
Según un artículo del
diario ABC de España, reseñado por El Nacional, las conversaciones que
sostuvieron el presidente encargado de Venezuela Juan Guaidó y los altos
funcionarios estadounidenses durante la visita del líder opositor venezolano a
Washington giraron alrededor de este tema. Los legisladores demócratas y
republicanos, en el Congreso, también coincidirían con este enfoque.
El reportaje del diario
ABC indica que Rusia se "dispone a invertir 5.000 millones en la
extracción de crudo y 1.000 millones en la minería del oro y los diamantes en
Venezuela". Esas inversiones son el "verdadero sostén" de la
dictadura de Maduro, asegura ABC, por lo que "la única forma de facilitar
la caída del régimen de Nicolás Maduro es cortar sus lazos económicos con
Rusia", apuntó.
“Moscú ayuda a Venezuela a
contrarrestar las sanciones impuestas por Estados Unidos con respecto a las
industrias de extracción de petróleo y oro, así como en sectores financieros y
bancarios. Ha ayudado al país a encontrar mercados alternativos para la venta
de petróleo y oro, y para transportar y procesar estos productos para evitar
las sanciones”, aseguró Vadim Grishin, profesor adjunto de la universidad
George Washington.
Maduro se ha dado a la
tarea de extraer los recursos minerales del país, tras destruir la petrólera
estatal, Pdvsa, cuyo funcionamiento es apenas un tercio de lo que producía
antes de la llegada al chavismo al poder.
Las sanciones que prepara
Washington y que podrían ser anunciadas en los próximos días penalizarían a
quienes compren el crudo y otros productos al régimen de Maduro. El objetivo
principal es la petrolera rusa Rosneft, que según estimaciones de Estados
Unidos, distribuye dos tercios del crudo que extrae de Venezuela hacia,
principalmente, India y China. Moscú cobra comisiones por esa distribución, en
un negocio redondo, según ABC.
De acuerdo al diario,
desde que EEUU reconoció a Guaidó como presidente encargado de Venezuela, Moscú
ha estrechado sus lazos con Maduro, con la finalidad de impedir un cambio
político en Venezuela. El gobierno de Vladimir Putin también participa en la
extracción del oro, al sur de Venezuela, actividad que ha sido cuestionada
recientemente por organizaciones como Human Rights Watch por los abusos a los
que son sometidos los trabajadores de estas minas.
La oposición venezolana ha
denunciado la situación en varias oportunidades, la cual ha llamado como la
extracción de "oro de sangre", por las condiciones de trabajo de los
mineros. El oro que es extraído del
sureño estado Bolívar es vendido luego a países como Emiratos Árabes Unidos,
Uganda y Turquía, de acuerdo a una investigación de Lorena Méndez y Lisseth
Boon.