La
atención oportuna y eficaz de los padres y colegios es determinante para
controlar esta situación; así como también el uso ético de la comunicación. Un
grupo de profesionales del Centro de Salud En Persona está listo para orientar
en la difícil etapa de la adolescencia.
Prensa. Leonisia Cusati.
Se le conoció como el
“rompe cráneos” y también como el reto de la zancadilla. Hace casi dos semanas,
un video de un juego violento entre adolescentes se hizo viral en las
plataformas digitales, y retumbó en hogares y colegios. Tres adolescentes de
pie frente a la cámara saltan al mismo tiempo y los dos ubicados en los
extremos golpean con sus pies las
piernas del tercero que está en el medio,
y este cae y se golpea.
Este “juego” que no es
juego, ha encendido las alarmas en las comunidades educativas y también en
profesionales de la salud. Advierten sobre la necesidad de atención de los
padres y también del uso de la comunicación responsable para proteger a los
adolescentes de este reto viral que está causando estragos en las familias, en
colegios y en la sociedad.
Los adolescentes están
corriendo un serio peligro. “Si comienza la viralización de este tipo de juegos
habrá más adolescentes y hasta niños expuestos a este contenido, y no se trata
de que alguien esté imponiéndolo”, señala la socióloga Urupagua Villegas. “Esto
requiere de la responsabilidad de los padres para que el hijo no replique este
contenido, y también del curso eléctrico irresponsable del mensaje. Cuando
estos juegos se viralizan están atacando a la población más vulnerable”.
Villegas forma parte del
Centro de Salud @En_Persona, integrado por un grupo de profesionales enfocados
a la salud integral del individuo y de la familia. Está compuesto por
psiquiatras, psicólogos, psicopedagogos, terapistas de lenguaje, ocupacionales
y neuro- pediatras entre otros, quienes asisten a las personas en estos
procesos de cambios rápidos en el entorno. Y el adolescente en este momento es
una prioridad, por su alta exposición a los riesgos, a los comportamientos
límite.
“Hoy, el adolescente está
pidiendo atención de la familia y del entorno, y contención en la escuela. Los
padres pueden usar la información sobre los factores de riesgo y de protección
como ayuda para desarrollar acciones preventivas positivas antes de que ocurran
problemas”, advierte la especialista, al tiempo que explica que la etapa
adolescente en el ser humano es muy compleja, pues está buscando identidad, y
allí empieza a conectar su nivel psíquico y físico, y relacionarse con el sexo
contrario; expresa además una
disposición hacia una intimidad emotiva, más allá del núcleo familiar, y
también a ser capaz de disfrutar esa condición de relacionarse más allá de la
familia y a explorar quién quiere ser y a dónde quiere pertenecer, por
diferentes medios, y una de las nuevas herramientas de relacionarse con el otro
son esos juegos violentos que pueden llegar a ser extremos.
“Los adolescentes siempre
tienden, por la etapa que atraviesan, a los comportamientos límite, y estos
juegos violentos les dan una herramienta para ver cuáles son los límites, se
sienten eternos, que nada les pasará a ellos, invulnerables y no suelen ver las
consecuencias de sus acciones, como por ejemplo, manejar ebrios, y eso los
expone al peligro”, asevera Villegas.
Los Padres y el colegio,
un rol determinante
Aunque en Venezuela se han
dado sólo dos casos de adolescentes con graves lesiones, según reportes
policiales, la necesidad de advertir a las familias sobre este riesgo es
determinante. La situación país, con una seria desestructuración social y poco
apego a las normas, hace a los muchachos más vulnerables.
Los resultados en países
donde se han dado estos casos son realmente preocupantes, asegura Villegas. “Ya
ha habido intervenciones en escuelas y cambios de la estructura organizacional
para ver qué está pasando”. Considera, que el papel de los Padres y del colegio
en la atención de los adolescentes es fundamental.
Muchos padres confunden la
libertad del adolescente con el dejar hacer y les cuesta pasar, del papel del
padre del niño al del padre de un adolescente que exige presencia, mucha más
conversación, contención, y eso significa crear y mantener las normas de la
estructura familiar. “Hay que reforzar patrones, normas y valores familiares
para acompañarlos en esta etapa, en la cual hay sentimientos, sensaciones
nuevas, un componente de angustia, y tienden a separarse de los padres
bruscamente”.
Enfatiza Villegas que
“debemos entender que los padres son la base, y a nivel de escuelas es
importantísimo hacer una evaluación para determinar que está pasando con la
cultura organizacional de la institución. En este sentido, no es solamente el
contenido que se transmite, lo buena que son las matemáticas, sino los valores que,
como escuela transmiten de compañerismo, integración, respeto al otro, de una
cultura de la paz. No es lo mismo comunicarles que un psicólogo los puede
atender, a los voy a suspender. En el mundo se están tomando medidas que van
más hacia la reflexión que a lo punitivo”.
Como profesional del
Centro de Salud En_ Persona, Villegas hace recomendaciones a los padres frente
a estas prácticas violentas. Y aquí también están dispuestos a prestar la
atención necesaria a las familias. “Lo primero es establecer una buena
comunicación con el adolescente, enseñarles las conductas de riesgo personal y
riesgo al otro. Las conductas de riesgo son acciones pasivas o activas que
involucran peligro para el desarrollo de los niños y adolescentes. Aquí nuestro
trabajo es fundamental, y es restablecer precisamente ese vínculo de
comunicación, sobretodo porque la mayoría de las conductas de riesgo son
propiciadas por compañeros de clases.”.
Señala que la ayuda puede
ser a través de terapias de familia o psicoterapia, para que se restablezca los
canales de comunicación perdidos. “Si se siente que el problema se salió de las
manos, que no puede controlarlos, tiene que pedir ayuda profesional”.
El Centro de Salud @En_
Persona también asiste a las escuelas y trabaja con los maestros, para
orientarlos y saber hacer frente a estos juegos violentos, a través de charlas
e intervenciones puntuales.
”Estamos ante algo muy
peligroso para la vida de los adolescentes, y ante lo que estamos viviendo no
pueden darse margen. Los juegos violentos han cambiado a lo largo de los años,
pero el comportamiento límite de los adolescentes es el mismo y hay que evitar
una tragedia”.
El
grupo de profesionales funciona en el Centro Profesional Vizcaya, en la avenida
La Trinidad, piso C1, oficina 18, en la urbanización Colinas de Tamanaco.
Pueden obtener información por los teléfonos 0212 9860603 y 0212 9860468.
También están disponibles en redes sociales, a través de @en_persona