Prensa.
news.un.org.
La epidemia de coronavirus
COVID-19 ha provocado que millones de niños no puedan asistir a la escuela,
practicar deporte o realizar cualquier tipo de actividad extraescolar
comunitaria. Al pasar más tiempo del habitual en sus hogares, los menores
también se ven expuestos a un vertiginoso aumento de estímulos audiovisuales
relacionados con la pandemia.
Esta situación les puede
ocasionar dificultades para comprender lo que ven en Internet o en las
pantallas de televisión, escuchar las conversaciones de otras personas, y
pueden ser especialmente vulnerables a los sentimientos de ansiedad, estrés y
tristeza.
Por esa razón, el Fondo de
las Naciones Unidas para la Infancia ha publicado una serie de consejos sobre
cómo hablar a sus hijos sobre el coronavirus y poder tener una conversación
franca que les ayude a comprender y enfrentarse a esta delicada situación.
UNICEF recomienda empezar
la conversación preguntando a sus hijos qué saben sobre la enfermedad. Si son
muy jóvenes y todavía no son conscientes de la aparición del brote puede que no
sea necesario plantear el tema, pero es un buen momento para recordarles
medidas básicas de higiene.
Es de suma importancia no
minimizar o evitar las posibles preocupaciones que puedan tener. Comprenda sus
sentimientos y tranquilíceles explicando que es natural sentirse asustado ante
este tipo de situaciones. Aparte de prestarles la máxima atención, también es
necesario que comprendan que pueden hablar sobre el tema con usted o con sus
profesores cuando quieran. Los dibujos, los cuentos u
otras actividades pueden ayudar a iniciar una discusión.
Honestidad, ante todo
Los niños tienen derecho a
saber la realidad y estar informados, mientras que los adultos tienen la
responsabilidad de protegerlos de las aflicciones. Habrá que usar un lenguaje
apropiado a la edad del niño, observar cómo reacciona y ser conscientes de su
nivel de ansiedad.
Si se desconocen las
respuestas, no hay que inventárselas. Una de las opciones más recomendable es
buscar las soluciones en las páginas de internet de organizaciones
especializadas como la Organización Mundial de la Salud o UNICEF junto a sus
hijos. A su vez, es importante explicarles que no todas las informaciones en el
ciberespacio son correctas y que hay que acudir a fuentes expertas en la
materia.
Aprender a protegerse
puede ser divertido
Una de las mejores maneras
de mantener a los niños a salvo del coronavirus y otras enfermedades consiste
simplemente en lavarse las manos de forma regular. En internet, existen
recursos como videos con canciones o bailes para aprender estas simples tareas de
forma divertida.
También es recomendable
enseñarles cómo cubrirse con el codo al toser o estornudar, explicarles que es
mejor no acercarse demasiado a las personas que tienen esos síntomas y pedirles
que nos cuenten si sienten que tienen fiebre, tos o dificultades para respirar.
Ante todo, seguridad
En nuestro entorno
cotidiano, los niños están expuestos a una gran cantidad de imágenes y puede
ser confuso distinguir entre ficción y realidad, creando una falsa situación de
peligro inminente.
Un modo de afrontar el
estrés es jugar con ellos y tranquilizarlos. Es importante mantener las mismas
rutinas y horarios tanto como sea posible, especialmente antes de ir a dormir,
o crear otras nuevas en un espacio diferente.
Si hay un brote de
coronavirus en nuestro entorno, se les ha de recordar que probablemente no se
contagiarán, que un alto número de personas no sufren síntomas graves y que hay
muchas personas trabajando para mantenerlos a salvo.
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noticias actualizadas:
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Combatir la discriminación
racial
El brote de coronavirus ha
diseminado muchas noticias de discriminación racial a nivel global, por lo que
es importante comprobar que sus hijos ni sufren ni colaboran con esta amenaza.
Es importante explicar que
el coronavirus no está relacionado con el aspecto de una persona, su
procedencia o el idioma que habla. Si se les ha insultado o acosado en la
escuela, deben sentirse seguros y contárselo a un adulto en quien confían.
Hay que recordarles que la
escuela ha de ser un espacio seguro, que el acoso es una conducta incorrecta y
que todos debemos contribuir a fomentar la amabilidad y el apoyo mutuo.
Ayuda externa
Asimismo, se destaca la
importancia de enseñar a los niños que la gente se ayuda mutuamente con actos
de bondad y generosidad.
Para ello, se pueden
compartir las experiencias de los profesionales de la salud, científicos y
jóvenes que trabajan para detener el brote y mantener segura a la población.
Cuídate
La ayuda a los hijos
comienza con uno mismo. Si usted está tranquilo y en control de la situación
ante las noticias sobre la enfermedad, los niños percibirán este tipo de
respuesta.
En caso de estar nervioso
o preocupado, tómese un tiempo para usted mismo y acérquese a otros familiares,
amigos o personas de confianza en su comunidad. Dedique tiempo a hacer cosas
que le ayuden a relajarse y recuperarse.
Prudencia con las
conversaciones personales
Es importante no dejar a
los niños angustiados. Al finalizar una conversación, intente medir su nivel de
ansiedad observando su lenguaje corporal, estudie si usa su tono de voz
habitual y vigile su respiración.
Recuerde a sus hijos que
pueden tener otras conversaciones difíciles con usted en cualquier momento.
Recuérdeles que usted se preocupa, que está escuchando y que está disponible
siempre que se sientan preocupados.