REFLEXIÓN: Coronavirus vs. Humanidad. Parte I - SenderosdeApure.Net

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martes, 7 de julio de 2020

REFLEXIÓN: Coronavirus vs. Humanidad. Parte I


Prensa. Senderos de Apure.net. 

Les saludos, en el nombre de Dios todopoderoso con muchos cariños para Ustedes mis estimados lectores, luego de haber ganado una batalla, estoy una vez más mis apreciados lectores, hoy quiero presentarle la entrevista realizada vía WhatsApp, desde el Amparo de Apure a la Dra. Rita Hevia Pinzón, más que una entrevista es una excelente reflexión, presentada en dos partes escrita con mucho amor.

 

Realizando una analogía acerca de la guerra con la situación que está viviendo la humanidad actualmente, se puede decir, que nos encontramos en un estado de guerra, pero una guerra sin cuartel, sin armas, sin balas, sin maquinas terrestres, anfibias o aéreas. Una guerra sin soldados humanos. Una guerra sin fronteras. Una guerra sin acuerdos de alto al fuego. Una guerra sin zonas sagradas. En fin, una guerra despiadada, y lo peor de todo es que el enemigo tiene bases en todos los países del mundo.

 

 A lo antes expuesto, Pinzón reflexiona a acerca del movimiento que realiza el enemigo de esta guerra no se rige por ningún protocolo de guerra o convención conocida. Se puede decir, que esta guerra es una ley en sí misma que el enemigo ha creado. Ataca sorpresivamente, sin previo aviso, aparece de la nada y se lleva al que este descuidado, desprevenido, enfermo, débil con las defensas bajas, así de simple y clara es esta guerra.

 

Con muchos sentimientos Pinzón dice “La guerra que se desato, está liderada por un ejército invisible que no tiene piedad ni compasión para nada ni nadie, no conoce la bondad humana. Estos invasores no conocen el respeto.   Es indiscriminada: no respeta credo, raza, género, edad, ideología política, religión, clase social, etc”.

 

Pinzón, hace énfasis en este ejército, no le interesa para nada los botines. Dice “Su ambición no tiene nada que ver con la superioridad racial, ni poder, ni reconocimiento, ni dinero, muchos menos, con las ganas de conquistar al mundo. Lo peor de todo es que no tiene intención de cambio de régimen. No le interesan los recursos mineros que existen en el mundo. Es un ejército despiadado, descorazonado, desalmado, y tristemente, mortalmente efectivo. Éste ejercito vino para quedarse. ¡Si! Vino para quedarse. Así se busque una vacuna para atacarlo, para curar a los enfermos siempre va a estar ahí, porque él está en el ambiente que nos rodea”.

 

Lo único que le interesa y solo le importa es la humanidad porque este es su fin para conquistar la muerte. Solo se sacia cuando ha acometido su ataque mortal a las personas, convirtiendo al mundo en un gran campo de batalla y muerte, sin derramar una gota de sangre, se lleva al que este descuidado, desprevenido, y de esta forma va obteniendo su recompensa diaria, como lo es, la cantidad de personas que fallecen por su ataque letal.

 

La capacidad para lograr su objetivo no se pone en duda, ha colocado a la humanidad en jaque mate hasta la presente. La humanidad lucha a muerta contra este enemigo invisible, como lo es el coronavirus, quien había anunciado su presencia y destructivas intenciones en el 2019. La humanidad, en una carrera loca contra el tiempo, está buscando un antivirus que lo extermine pero hasta la presente no ha sido posible, pero sigue intentándolo todos los días, y con la ayuda de Dios Todo poderoso, en cualquier momento el hombre lograra su propósito. Pero mientras tanto es una guerra librada sin cuartel y sin ni tregua.


Para Pinzón quien expresa preocupación, diciendo “realmente no hemos entendido lo del distanciamiento social y físico. Seguimos comportándonos como queremos, como nos da la gana, nos aburrimos, nos cansamos del encierro, no soportamos la quietud, la tranquilidad, la paz, la soledad. Tenemos una guerra interior permanente de todo tipo y no hemos sabido cómo lidiar con ella. ¿Sabes por qué pasa eso? Porque no soportamos el “Silencio de Dios”, tenemos tanta bulla en nuestro corazón y mente que no lo escuchamos.  Cuando este silencio nos perturba, nos agobia, debemos serenarnos, tranquilizarnos, respirar profundamente y en la medida que nos vamos calmando, es el momento ideal para comunicarnos con Dios, para escucharlo, para hablar con él”.

 

Pero estamos tan acostumbrados al mundanal ruido de las selvas de concreto que la soledad, la quietud y el silencio nos vuelve locos. No aprovechamos el tiempo para verdaderamente escuchar a Dios, redimirnos, reconciliarnos y hablar con Él. Todo lo contrario, nos quejamos, maldecimos, nos llenamos de rabia, y nos atrevemos preguntarle ¿Hasta cuándo nos va a castigar?, Sin darnos cuenta que somos nosotros mismos los causantes de esta hecatombe.

 

La gran inquietud expresada por Pinzón, por las inconciencias repetida de las personas, en su desosiego; dice “Salimos a socializar sin darnos cuenta que cualquiera de nosotros puede estar portando a ese enemigo invisible pero mortal porque él está en todas partes, y apareció para quedarse. Se podría hacer una analogía de este enemigo invisible con Dios, porque todos sabemos que existe, pero nadie lo ve, así es Dios, todos sabemos que existe, pero nadie lo ve”.

 

Pinzón dice; “Nos estamos comportando peor que en una situación real de guerra. Queremos romper con los códigos y protocolos impuestos de socialización y físicos por ley para nuestro bienestar. Porque en una guerra todos nos escondemos, nos guardamos en el más recóndito lugar de la casa voluntariamente. Nadie le pide a nadie que se quede adentro. Tú mismo te encierras en tu casa por elección propia mientras persistan los ataques, las hostilidades.”

Mientras dure la guerra no te quejas, no desafías las órdenes dadas para tu resguardo y preservación de la vida, no peleas ni reclamas tus derechos por tu libertad. Conscientemente renuncias a ese derecho para sobrevivir. Mientras persiste la hostilidad no te quejas del hambre, del encierro, de la soledad, todo lo contrario, permaneces encerrado, escondido, rezas para vivir otro día más y comer de nuevo, aunque sea un pan viejo enmohecido con agua si es que lo consigues.

 

CONTINÚA PARTE II


Redacción: Pasante de UBV.  Rosa López

Escuela de Periodismo Edward Murrow de Senderos de Apure.

Fuente: Dra. Rita Hevia Pinzón.


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