Prensa. Muy
Interesante.
¿Un gecko que brilla en la oscuridad? Esto es lo que
han descubierto un equipo de investigadores de la Universidad de Múnich, la
Colección Estatal de Zoología de Baviera y la Hochschule München: un nuevo
mecanismo de fluorescencia en un vertebrado terrestre. Lo curioso es que la
“maquinaria” que produce su brillo nunca antes se había visto antes en animales
terrestres con columna vertebral.
Conocemos bien la biofluorescencia gracias a muchos
organismos acuáticos. Eso sí; hasta ahora, se han descrito dos mecanismos de
fluorescencia de reptiles y anfibios: fluorescencia basada en huesos (todos los
huesos son naturalmente fluorescentes bajo luz ultravioleta) y fluorescencia de
una sustancia química secretada y que discurre en el líquido linfático. Ahora,
hemos de añadir un nuevo mecanismo de fluorescencia en un vertebrado terrestre.
El gecko de patas de tela Namib, o gecko de arena de
Namib (Pachydactylus rangei) es un animal que vive en los lechos de los ríos
secos y en las dunas del desierto de Namib. Mide unos 10-15 centímetros de
largo y utiliza sus grandes patas palmeadas para excavar en la fina arena del
desierto. Suelen ser animales más nocturnos que diurnos. Tiene piel translúcida
con grandes marcas amarillentas en los costados y anillos alrededor de los
ojos. Lo que no sabíamos hasta ahora es que todas esas marcas se iluminan
increíblemente cuando absorben la luz más azul de la Luna.
"Tan pronto como vimos esta fluorescencia, nos
dimos cuenta de que los geckos de patas de tela deben utilizar un nuevo mecanismo:
los patrones de fluorescencia verde neón brillante se producían claramente en
la piel de los lagartos", explica David Prötzel, coautor del trabajo que
publica la revista Nature.
Estudio histológico
El estudio histológico del gecko de arena de Namib
reveló, al iluminar con luz ultravioleta, que las áreas fluorescentes de la
piel estaban llenas de células pigmentarias especiales, los iridóforos, que
están ausentes en las áreas no fluorescentes de la piel, haciéndoles brillar en
color verde neón. Los científicos probaron 55 muestras de P. rangei bajo luz
ultravioleta, encontrando evidencia de fluorescencia en adultos de ambos sexos
y también en criaturas jóvenes.
Los iridóforos reflejan la luz y juegan un papel importante en la coloración de los geckos y otros lagartos. Pero, por primera vez, este estudio reveló que algunos iridóforos también pueden emitir fluorescencia. "Este efecto es mucho más fuerte que la fluorescencia basada en huesos que descubrimos en los camaleones hace tres años y uno de los casos más brillantes conocidos de fluorescencia jamás encontrado en vertebrados terrestres", comenta Frank Glaw, curador de Reptiles y Anfibios en la Colección Estatal de Zoología de Baviera.
El gecko de arena de Namib es el primer gecko conocido que posee dos tipos de iridóforos: uno que emite fluorescencia y otro que no. Si bien los científicos desconocen de qué forma usan la mayoría de los animales su fluorescencia, la ubicación y el brillo de estas marcas en los geckos, así como su visibilidad en el árido ambiente desértico, sugiere que esta fluorescencia juega un papel clave en la la interacción social de los geckos, según el estudio. Ver a otro compañero a larga distancia, puede tener su utilidad.
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