Prensa. Abc España.
Los daños que el coronavirus está provocando en la
economía son innumerables. Se cuentan por miles las empresas cerradas o con
aforos limitados. ¿Cómo sobreponerse a esta situación? No queda otra que
reinventarse para poder sobrevivir. Este es el caso de la empresa toledana
Coartegift. Dedicada al regalo promocional, con la llegada del estado de alarma
en marzo y con los eventos cancelados, vio caer su facturación en picado.
«Fueron días difíciles, de incertidumbre, con todo el
personal trabajando desde casa y en mitad de las obras de un cambio de sede
paralizadas», comenta Luis Peces, CEO de la empresa. «Por suerte —relata—,
llevábamos tiempo apostando por el negocio online y desarrollando una nueva
plataforma de venta a nivel nacional. Debido a la pandemia, decidimos lanzarla
cuanto antes ya que el contacto físico con nuestros clientes se iba a hacer
esperar».
Han sido muchas las empresas que han apostado por la
venta online durante los primeros meses de confinamiento, cuando salir de casa
era imposible. Al igual que los restaurantes se lanzaron al negocio de la comida
a domicilio, el resto de empresas de la región encontraron en esta vía una
salida a estos meses de parón.
«Nos llegaban noticias del cierre de algunos de
nuestros proveedores de China, pero no pensábamos que fuera a llegar aquí con
esta dureza. De repente, todo el sector paró, los eventos se suspendieron; las
ferias se cancelaron; las bodas se aplazaron. Todo nuestro modelo de negocio se
vino abajo», asegura el responsable de la empresa.
«En ese momento —explica— nos planteamos que si
queríamos sacar la empresa familiar adelante y mantener el personal, teníamos
que adaptarnos a las circunstancias y buscar productos que nuestros clientes
necesitaran. ¿Y qué es lo que estaban demandando las empresas? Principalmente,
sistemas de protección para sus clientes y empleados».
Fue entonces cuando la empresa Coartegift se lanzó a la
venta de mascarillas, geles y mamparas de protección. De la mano de
importadores de confianza contactaron con fábricas de China que pudieran
suministrarles mascarillas en tiempo récord. «Fueron unas semanas de locura
porque había mucha demanda, pero poca oferta y a un precio desorbitado
comparado con el actual», recuerda Luis Peces.
Actualmente el mercado se ha regularizado y el
suministro de mascarillas es continuo, no hay el desabastecimiento del
principio. Las mascarillas FFP2 se han convertido en el producto estrella de
esta empresa que ha tenido que dejar a un lado los maletines de congresos o los
bolígrafos publicitarios.
Este joven empresario espera volver cuanto antes a su modelo
de negocio «porque eso significará que la pandemia habrá acabado». Mientras
tanto, dice, «seguiremos comercializando los artículos que demandan los
clientes para poder mantener la actividad».
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