Prensa. Beatriz López.
Llegó el tiempo de
reinvención de la banca, aprendiendo de las experiencias del pasado y usando
las herramientas tecnológicas actuales. Queda mucho por ver, pero desde ya
sabemos que las funciones fundamentales de la banca seguirán siendo requeridas
y que tocará enfrentar grandes batallas y retos. En el contexto de la economía
mundial, lo peor de lo que trae en la cola el COVID-19, es posible que aún no
lo hayamos visto.
¿Qué pasará con el crédito que el banquero
otorgó en el pasado? Cuando la firma de
abogados se dé cuenta que los siete pisos que rentó en Brickell Avenue o en el
Centro de Manhattan son ahora espacios vacíos, improductivos y de altísimo
costo, lo más seguro es que vendrá una renegociación y también, que esas
oficinas se queden sin inquilinos.
Todos los actores del
ecosistema financiero seremos llamados a hacer grandes esfuerzos para convivir
en la nueva realidad, pero saldremos airosos al final pues sabemos que la más
elevada meta de la economía es, siempre, el bienestar del hombre.
“Con frecuencia, el
estereotipo de banquero los describe como personas avaras, frías, perfectamente
capaces de quitarle su casa a gente que pasa por graves problemas. Esta imagen
injusta y prefabricada, no le hace honor a nuestra difícil labor. Mediante una
acción bastante conocida: el crédito, con el menor riesgo posible, los
banqueros propiciamos la creación de riqueza. Trasladamos los dineros
excedentarios del sistema financiero hacia proyectos rentables de grandes
empresas y también, ponemos una buena parte de esos fondos al alcance de
pequeños y medianos emprendedores, cargados de buenas ideas, iniciativas
productivas y sueños por cumplir”, así lo afirma Jordán Silva Tugues,
economista y CEO de North International Bank (NIBank).
Esta función, vital para
las finanzas, soporta el peso de más del 80 por ciento del sistema económico
mundial, donde con el paso del tiempo, se han desarrollado exigentes programas
automatizados que reducen la capacidad del “olfato del banquero” a parámetros
preestablecidos que, en muchos casos, podrían dejar fuera del sistema
financiero a millones de personas.
En efecto, las políticas
de Riesgo y Controles han cerrado las puertas a muchos, obligando a la banca a
concentrarse en el Crédito Seguro, concepto este que desde el pasado 2019,
junto a los cambios mundiales sin precedentes ocurridos en el 2020/201, como
consecuencia del COVID-19, someterán durante los próximos años a todo el
sistema financiero a rigurosas pruebas.
Silva Tugues explica.
“Antes del COVID-19, los programas automatizados daban como Crédito Seguro, es
decir, con muy bajo riesgo, a aquellos asignados a clientes de primera
categoría, ampliamente solventes, con reconocida experticia y excelente
trayectoria. Por ejemplo, en grandes ciudades con brillantes rascacielos
cubiertos de mármol, se otorgaba el financiamiento para arrendar, a largo
plazo, inmensos espacios a firmas de abogados, casas de bolsa, medios
digitales, centros de moda, cadenas de comida rápida o tiendas por
departamento”.
De pronto, pasó algo inesperado
que irrumpió en la vida de todos. Como en una película de ciencia ficción, se
introdujo en nuestras vidas un virus temido y desconocido. Nuestra vida
cotidiana empezó a ocurrir como una serie televisada narrada en capítulos, ya
con un par de temporadas al aire y que anuncia renovarse, para estupor de
todos, en los próximos años.
Para trabajar solo hay que
levantarse de la cama, lavarse los dientes y prender la videoconferencia de
turno, mientras comprobamos que también, en distintos países, están conectados
nuestros clientes y aliados comerciales. Así mismo, estarán frente a una
pantalla los compañeros que antes estaban en la oficina de al lado, nuestra
esposa e incluso nuestro hijo, quien tendrá prisa para terminar una tarea
escolar que debe entregar con urgencia.
La meta de la economía es el bienestar del hombre
¿Qué pasará con el crédito
que el banquero disciplinado otorgó en el pasado? Cuando la firma de abogados vea que los siete
pisos que rentó en Brickell Avenue o en el Centro de Manhattan son ahora
espacios vacíos, improductivos y de altísimo costo, lo más seguro es que vendrá
una renegociación y también, que esas oficinas se queden sin inquilinos.
Igual podríamos decir de
la gran tienda por departamentos en el prestigioso Mall. Durante la pandemia,
millones de personas terminaron por descubrir Amazon. El natural miedo al
contagio hizo que muchos dejaran de acudir a sus tiendas favoritas y antiguos
templos del consumo, tales como ToyrUS, Sears (o más reciente, Macy´s en su
ocaso), queden desiertos y desolados.
“Es aquí donde
seguramente, el Crédito Seguro se transforme en el motivo para una fuerte e
injustificada reprimenda. Usando las palabras del maestro Don Aristóbulo de
Juan, pasaremos ¨De Buenos Banqueros a Malos Banqueros¨. Llegó el tiempo de
reinventarnos, aprendiendo de las experiencias del pasado, usando las
herramientas tecnológicas actuales. Queda mucho por ver, pero desde ya sabemos
que las funciones fundamentales de la banca seguirán siendo requeridas y que
tocará enfrentar grandes batallas y retos. En el contexto de la economía
mundial, lo peor de lo que trae en la cola el COVID-19, es posible que aún no
lo hayamos visto”, apunta el economista Silva Tugues.
Por otra parte, en toda
nuestra larga historia como especie, es la primera vez que los humanos en plena
pandemia, hemos sido capaces de lograr un grado de organización social que
permitió el uso masivo de mascarillas y el confinamiento a nivel global,
evitando así el fallecimiento de millones de personas. Pero lo que es más admirable
aún, es que mientras vivimos una peste, hemos sido capaces de desarrollar e
implementar vacunas que ya se aplican con éxito, por millones, a lo largo y
ancho de todo el planeta. En estos últimos meses, la brillante respuesta de la
industria de la salud, de algunos gobiernos, de la humanidad entera y
especialmente, de los individuos, de las personas particulares que acataron las
duras medidas de precaución, son logros indiscutibles, equiparables a algunas
de las grandes hazañas de la humanidad.
Jordán Silva Tugues, optimista, cierra diciendo: “El aprendizaje que nos dejará esta época tendrá un efecto multiplicador, pues nos hemos demostrado a nosotros mismos, como especie, de lo que somos capaces cuando nos organizamos y ponemos nuestra resiliencia, interés y capacidad creadora al servicio de elevadas metas comunes. Estoy seguro que la banca (que siempre es un espejo fiel de la humanidad), estará a la altura de las circunstancias. Todos los actores del ecosistema financiero seremos llamados a hacer grandes esfuerzos para convivir en la nueva realidad, pero saldremos airosos al final pues sabemos que la meta más elevada de la economía es, siempre, el bienestar del hombre”.
#noticias
#reinvención
#Banca
#postcovid-19
#senderosdeapure
#apure
#sanfernandodeapure
#venezuela