CRÓNICA: La hallaca una exquisitez que une a la familia por Hugo Arana Páez HARPA - SenderosdeApure.Net

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miércoles, 22 de diciembre de 2021

CRÓNICA: La hallaca una exquisitez que une a la familia por Hugo Arana Páez HARPA

Crónica.  Hugo Arana Páez HARPA.                                

Continuando con los ensayos publicados en la serie HISTORIA BREVE, en esta ocasión se lo dedico al plato navideño más importante en Venezuela, que cual reina de belleza engalana la mesa de los hogares de este país; me refiero a la HALLACA, la venezolana más criolla, solicitada y apetecida…ja, ja, ja. Por cierto, yo diría que más que plato, es un exquisito e imprescindible manjar de las fiestas decembrinas que en torno a ella se congrega la familia.

 

Una vez más agradezco a los artistas plásticos y a los fotógrafos profesionales o aficionados a ese arte, quienes con sus hermosos lienzos y sus bonitas viñetas engalanan y contribuyen a la comprensión de estos trabajos.

 

1. ¿POR QUÉ LA ELABORACIÓN DE LA HALLACA REÚNE A LA FAMILIA?

La hallaca o hayaca es un plato envuelto en forma rectangular en hojas de topocho, cambur o plátano, atada con pabilo y hervida en agua. Consiste en una masa de maíz pigmentada con onoto, rellena con guiso de carne de res, cerdo, gallina o pavo a la que se le agregan aceitunas, pasitas, ciruelas pasas, alcaparras, pimentón, cebolla, papas y huevos sancochados. Por supuesto, su preparación ocasiona un elevado costo en dinero contante y sonante, amén de un trabajo del carajo…ja, ja, ja.  En ese sentido, todos los miembros de la familia deben dar su aporte (mano de obra y bajarse de la mula bien bajao…ja, ja, ja).


Es un plato tradicional de Venezuela, que en su preparación se involucra toda la familia e incluso, su preparación llega a ser utilizada como una excusa para celebrar y compartir entre amigos y familiares; es decir, un pretexto para caerse a palos…ja, ja, ja. Cuando dije que se involucra toda la familia en su preparación, es porque todos los miembros del entorno familiar colaboran de una manera u otra; comenzando por los que aportan los churupos para adquirir los insumos; yo diría que esos son los más importantes, son aquellos que se bajan de la mula; pero también son importantes los que van al mercado a comprar los ingredientes y los o las que las cocinan.

 

El día de su preparación, la jefa del hogar se levanta bien tempranito y de una vez  reúne al grupo familiar, eso sí, muy cariñosa pero con la cara bien amarrá…ja, ja, ja, invita a todos a que la ayuden a trabajar. Incluso, involucra al novio de la menor de sus hijas…ja, ja, ja. Por supuesto, el noviecito es el que más entusiasmo pone en la tarea, por cuanto, es un pretexto para estar al lado de su amada, a él lo encargará de la dura tarea de moler a mano en un molino Corona el maíz sancochado …ja, ja, ja; mientras que la buena señora se encargará de preparar el guiso –el ingrediente más importante- ; mientras que  el bueno de su marido se dedicará a amarrarlas; la mayor de las hijas lavará y cortará las hojas; la menorcita –la del noviecito…ja, ja, ja-   distribuirá en unas tacitas los ingredientes; a uno de los hijos lo encargará de preparar la masa;  otra de las hijas sancochará las hallacas; otra hará el dulce de lechoza, la tía, una solterona y CHAPERONA que se quedó pa´ vestí santos,  será la encargada de preparar el carato; mientras que la cuñada elaborará el Ponche Crema y la abuelita, una honorable matrona, será la encargada de preparar la Ensalada de gallina. Una vez designadas las tareas y responsabilidades, cada quien se ocupará de realizarlas eficaz y eficientemente…ja, ja, ja. Sin embargo, hay un pero  ¡Qué vaina dirán ustedes! ya éste viene con su bendito PERO…ja, ja, ja. Como ocurre en toda organización, siempre hay un VIVO o PÍCARO quien busca echárselas al hombro (quise decir, echarse las bolas al hombro…ja, ja, ja). En este caso, resulta ser el hijo menor de la señora, un flojazo y bellaco zagaletón, quien por cierto, es uno de los más entusiastas y para evadir las tediosas tareas, pica adelante y muy diligente, el gran carajo, con los dientes bien pelaos, tiene el tupé de decirle a la señora.


-¡Vieja, voy a colaborar contigo…!

-Me parece muy bien que te dignes en ayudarnos…

Enseguida, el muérgano agarró dos vacíos de CERBATANAS y sin ton ni son, se enrumbó muerto e´ la risa camino a la licorería de la esquina, de la que regresó con dos cajas de catiras y de una vez, muy diligente se encargó de atapuzar la nevera con las rubias. Mientras que la atareada doña, sin decirle nada le pelaba el ojo cómo a gallina que mira sal…ja, ja, ja. El colmo del asunto, es que el zamarro zagaletón, se apareció con dos ayudantes, es decir, dos de sus amigos, conocidos también en la jerga del barrio como COMPINCHES…ja, ja, ja,  quienes estaban apostados en la puerta de la venta de cervezas y que muy prestos se ofrecieron a ayudarlo a cargar las cajas de las provocadoras catiras. Por supuesto, los cargadores cuando entran a la casa llegan muy sonrientes ¿No van a estar…? Ahí es cuando la doña los ve con aquella arrechera de Padre y Señor Mío…ja, ja, ja, por cuanto, sabe de qué se trata el asunto. Es decir, que el gran carajo de su hijo junto a sus  amigos se van a poné a mole caña pareja; mientras ella y los demás miembros de la familia se afanan en preparar las hallacas. Es decir, sancocharlas, lavar las hojas, disponer los ingredientes en la mesa, amasar la masa, picar los aliños, amarrarlas; por cierto, algunas quedan mal amarradas y se ven muy feas, en ese sentido, cuando una tipa es choreta o que el vestido no le luce, los criticones y criticonas de oficio   -que nunca faltan-  comentan: 

 

-¡Mira esa tipa parece una hallaca mal amarrada…ja, ja, ja!

Mientras que otros más osados expresan con el mayor desparpajo:

-¡Esa, esa más bien lo que parece es un bojote…ja, ja, ja!

 Por eso amiga hay que amarrarlas bien  para que se vean bonitas. Bueno sigo con el flojazo y sus amigos, quienes en la sala, arrellanados en los muebles destapan una tras otra las frías botellas de tentadoras, provocadoras y refrescantes catiras. Ahí es cuando la doña, le espeta al muchacho:

 

-¡Mira!   ¿Es que no piensas ayudarnos?    

-¡Claro que si vieja!   ¡Ya voy a poné la música! 

-¿Acaso que con una musiquita vas ayudarnos…?  ¡Mejor que te vayas pa´ otro lao con tu música!

-¡Ya va vieja! ¡Quédate tranquila, por favor MÁ, no te sulfures y escucha…!

Y el vivo, para ablandarle el corazón a la doña, coloca en el PICOT el Long Play o LP   NAVIDAD QUE VUELVE interpretado por la Billos. Al arrancar la alegre música con su grato sonido a navidad, la doña lucía una tímida sonrisa, a la par que en silencio continuaba sus labores…

 

Navidad que vuelve

Tradición del año

Unos van alegres

Y otros van llorando

Navidad que vuelve

Tradición del año

Unos van alegres

Y otros van llorando

Hay quien tiene todo

Todo lo que quiere

Y sus navidades

Siempre son alegres

Hay otros muy pobres

Que no tienen nada

Solo que prefieren

Que nunca llegaran

Navidad que vuelve

Tradición del año

Unos van alegres

Y otros van llorando

Navidad que vuelve

Tradición del año

Unos van alegres

Otros van llorando

Hay quien tiene todo

Todo lo que quiere

Y sus navidades

 Siempre son alegres

Navidad que vuelve

Vuelve la parranda

En noche de Reyes

Todo el mundo canta

Navidad que vuelve

Tradición del año

Unos van alegres

Y otros van llorando

Navidad que vuelve

Tradición del año

Unos van alegres

Y otros van llorando

Traigo un ramillete

Traigo un ramillete

De un lindo rosal

Un año que viene

Y otro que se va

Un año que viene

Y otro que se va

Vengo del olivo

Vengo del olivo

Voy pa´ el olivar

Un año que viene

Y otro que se va

Un año que viene

Y otro que se va

Traigo un ramillete

Traigo un ramillete

De un lindo rosal

Un año que viene

Y otro que se va

Un año que viene

Y otro que se va

Dime que me quieres

Dime que me quieres

Que me adoras más

Un año que viene

Y otro que se va.

Un año que viene

Y otro que se va

 

Por supuesto, la señora no puede disimular su entusiasmo  y retraída, como no queriendo la cosa, tímida se sonrió.

-¡Je, je, je...!

 

  Ahí es cuando el manso marido, ante la extraña risita de su esposa, le larga el certero comentario….ja, ja, ja.

 

 -¡Ya está, ya tu hijo te ablandó el corazón…ja, ja, ja!

 Inmediatamente la señora, de nuevo  torna el rostro adusto y le espeta al muchacho.


-¡Mira ahí están esos galones de pintura, agárralos y te pones a pintá! 

Sin inmutarse, el bellaco muchacho, de nuevo,  muy diligente, invita a los amigos a que lo ayuden y cada uno agarró su brocha y se fajaron a pintar. Por cierto, uno de ellos, con los dientes bien pelaos se atrevió a preguntarles a los viejos.

 

-¿Les llevo una cervecita…?   

 

-¿Qué espera? ¡Tráigalas pa´ acá de una vez…ja, ja, ja!

 

Solicitó la buena señora.  Mientras que del pickup (Picot) salían las melodiosas notas del tema CANTEMOS CON ALEGRÍA, también interpretado por la Billos…ja, ja, ja.

Cantemos con alegría

 

Pero con felicidad

Que el niño Jesús bendito

Con nosotros estará

Con nosotros estará

Ya nuestro Jesús llego

Llego con mucha alegría

Lo recibiremos todos

Cantando el Ave María

Cantando el Ave María

Cantemos con alegría

Pero con felicidad

Que el niño Jesús bendito

Con nosotros estará

Con nosotros estará

Yo te pido virgencita

Que en esta gran Navidad

Mientras yo me encuentre lejos

Tú me cuides a mamá

Tú me cuides a mamá

Cantemos con alegría

Pero con felicidad

Que el niño Jesús bendito

Con nosotros estará

Con nosotros estará

Esta noche nochebuena

Pero que buena será

Que se acerque el año nuevo

Y también la Navidad

Y también la Navidad

Cantemos con alegría

Pero con felicidad

Que el niño Jesús bendito

Con nosotros estará

Con nosotros estará

Como suenan las campanas

Como se ve la alegría

Y todos están felices

En este bendito día

En este bendito día


Al mediodía estaban listas las primeras hallacas y la buena señora,  en una batea de madera, trajo un lote de las provocadoras multisápidas recién sacadas de la olla. En la mesa las bichas echaban humo y despedían un agradable aroma que impregnaba toda la vivienda. Inmediatamente,  la señora invitó a todo el grupo a probarlas, en ese sentido, todos ágilmente se dirigieron a la cocina a traer los platos y los cubiertos. Ya sentados frente a la mesa, los tercios y tercias, con la boca hecha agua… abrieron el apetitoso manjar y entre risas, chistes, y elogiosos comentarios degustaron el exquisito plato que entre todos habían contribuido a su elaboración.


De esa manera el delicioso manjar reunió a los miembros de la familia, a los amigos ayudantes del hijo, me refiero a los cargadores de las catiras…ja, ja, ja y al noviecito de la menorcita de las hijas de la hacendosa señora.  Por eso decía anteriormente, que hacer hallacas es una actividad que une a la familia y donde reina el humor, el amor  y por supuesto la paz. Digo reina la paz, porque BARRIGA LLENA CORAZÓN CONTENTO…ja, ja, ja.


Después de haber degustado el delicioso manjar, la señora agarró a su marido por la mano y lo encaminó rumbo a la sala, donde la pareja se fajó a bailar sin descanso, empatando  un set seguido de otro. A continuación, cada quien agarró su pareja y ahí se armó el bochinche, donde los novios bailaban cachete con cachete y hasta la abuelita se fajó a bailar con uno de los compinches del nieto…ja, ja, ja. Por supuesto, las reinas de ese berrinche eran las refrescantes catiras que a cada rato llegaban muy orondas en las frías cajas…ja, ja, ja.  Así,  la familia unida  en una sabrosa parranda le dio la bienvenida a la Sagrada Familia, celebrando hasta el amanecer la llegada del parrandero Niño Jesús…ja, ja, ja.  


2. RECUERDOS DE UNA INOLVIDABLE NOCHEBUENA COMIENDO HALLACAS VEGUERAS EN MITAD DE LA SABANA EN UN BONITO RANCHO LLANERO.

Lo que les he contado anteriormente me hizo recordar una grata experiencia que me sucedió hace un bojotón de años un mes de diciembre, cuando junto a otros investigadores andábamos por las sabanas apureñas haciendo un trabajo de campo (recabando información para una monografía) y sin ton ni son, nos agarró la noche en una humilde vivienda en medio de la sabana, donde vivía una simpática familia con la que nos tocó compartir la NOCHEBUENA. Hallándome en el patio, al pie de un añejo y frondoso samán  y sentado frente a un enorme mesón de masaguaro rodeado de unas seis silletas  de cuero templado  y mora, donde muy entusiasmados entrevistábamos al dueño de la casa.


Absorto en la conversación me hallaba, cuando repentinamente siento detrás de mí la repentina presencia de la dueña de la casa, quien muerta e´ la risa,  se apareció con una bateíta de madera atestada de un bojote de humeantes HALLACAS VEGUERAS que colocó en el mesón; quiero decir, esas multisápidas elaboradas sin muchos ingredientes, como estamos acostumbrados a verlas, que si con las pasitas, las pasas, las aceitunas, las alcaparras, las papas. Por cierto, de las que les estoy hablando, únicamente estaban aliñadas con un tantico de sal, trocitos de huevos sancochados  puestos ese día por las gallinitas de la casa, culantro (cilantro) de monte, unos cuantos dienticos de ajos y eso sí, bastantes ajíes dulces…ja, ja, ja, con los que la buena señora preparó ese delicioso plato a la llanera. Por cierto, mientras la mujer colocaba la bateíta en el mesón, amablemente nos invitaba a saborearlas. 


-Por favor señores arrimen sin vergüenza…ja, ja, ja.

Al ver el gustoso y atractivo alimento, lo miramos como a mujer bonita, enseguida agarré la mía y con mucho cariño y delicadeza la coloqué en la cama, perdón quise decir, en el plato… ja, ja, ja  y poco a poco, y con mucha ternura la desnude, perdón otra vez, quise decir la deshojé …ja, ja, ja; enseguida le pelé los ojos a unos trozos de casabe Carrizalero o tal vez de La Negra y ahí mismo le puse la mano a unos cuantos pedazos; por supuesto, ya todo estaba listo, pero noté que me faltaba algo y no atinaba a saber qué vaina me faltaba, hasta que otra vuelta busqué en el enorme mesón y de pronto AGUAITÉ que frente a mí estaban tres enormes y tentadores frascos atapuzaos de ajíes picantes como diciéndome:

-¡Aquí estoy yo…! ¡Anda llévame contigo…ja, ja, ja!

-¡No seas remaluco, anda llévame pa´ tú plato!

 

Sin pensarlo dos veces, me fui por el de leche  al que le introduje sin contemplación de mi  alma la cucharilla con la que rocié a la desnuda hallaca, quien ansiosa, cual ardiente amante, esperaba que la saboreara desde los cachos hasta el rabo, es decir, que la mordiera hasta saciarme…ja, ja, ja,


Recuerdo que ya casi a oscuras  volvió la buena señora, otra vez  muerta e´ la risa, con una llameante y humeante lamparita de kerosene que colocó con suavidad en el centro del mesón; enseguida CATÉ de ver a otra bella, inocente, desnuda, virginal  y provocativa... HALLACA y sin que se me enfriara el guarapo, comencé a devorarla como un hambriento lobo en celo… ja, ja, ja, mientras una suave y refrescante brisa, desde lejos venía peinando la sabana para arrochelarse con su frescor en el patio.  Estando en esa placentera tarea, observo que la señora y una de sus hijas (buenamoza la muchacha…ja, ja, ja) se aparecen  con dos bateítas atapuzadas de otro lote de humeantes hallacas; mientras muerta e´ la risa, la señora me invitaba:


-¡Coma más profesor, coma que ahora es que quedan…ja, ja, ja!

Por supuesto, no supe cuántas multisápidas desnudé y pase por el filo esa noche…ja, ja, ja; otra vuelta y de nuevo volvió la doña con dos de sus hijas (más buenamozas que la primera) también con tres bateítas atapuzás de más hallacas, mientras muerta e´ la risa me animaba.

-¡Coma más, no le dé pena que esa palabra  es una sola  letra, “P” porque lo demás es NA …ja, ja, ja.

 

-Por cierto, mis amigos ni hablaban, lo que hacían era atapuzarse del delicioso plato… yo comprendía que como estaban TRANCÍOS DEL HAMBRE, lo que hacían era emburrarse el exquisito manjar uno tras otro…también recuerdo que el marido, recostado de una mata e´ guayaba con una botella de cerveza en la mano gozaba un puyero viendo como devorábamos la suculenta comida  y además, nos invitaba a continuar en nuestro empeño de saciar nuestro voraz apetito…ja, ja, ja.

 

-¡Coman sin pena…!

Por cierto, como el tercio era medio mamador de gallo, a veces nos decía, también muerto e´ la risa.

 

-¡COMAN SIN VERGÜENZA…Ja, ja, ja! 

Mientras tanto, mis amigos ni levantaban la miranda para agradecerle al buen hombre, porque igual que yo, estaban atapuzándose el sabroso manjar. Al rato, otra vuelta, volvió la señora con otras tres de sus simpáticas hijas (mucho más buenamozas que las dos anteriores… ja, ja, ja); esta vez no traían bateas de hallacas sino tres CANARÍ rebosantes de carato a base de maíz pilao, sancochado y molido por las muchachas en un molino Corona; enseguida se arrimó al mesón la simpática señora para animarnos a degustar la nutritiva y deliciosa bebida.

 

-¡Beban…!   ¡Beban sin pena…!

 Ante la cordial invitación, agarré un REMILLÓN  y suáz, en menos tiempo que espabila un cura loco,  llené un reluciente  vaso de vidrio  que otra de las buenamozas muchachas había colocado en el mesón y por ahí me fui; una y otra vez rebosé el vaso del aromático y delicioso carato. Por cierto, mientras saboreaba la nutritiva bebida, me acordaba, no sé por qué carajo, de los caciques Tamanaco, Guaicaipuro, Chacao, Paramaconi, Arichuna…y de tantos otros caciques, porque gracias a ellos, ese día degustamos la deliciosa bebida creada por ellos…

 

Después se apareció otra simpática y buenamoza hija de la señora, cargada con una jarrota de vidrio llena de cristalina agua bien friiita y más atrás, venía otra de las buenamozas mujeres con dos enormes frascos de vidrio bocones, en uno traía un apetitoso dulce de lechoza y en el otro, uno de cabello de ángel; mientras más atrás, venía otra de las  hermosas mujeres con otro CANARÍ repleto de arroz con leche y más atrás, la señora, de nuevo,  invitándonos a saborear el apetecido postre.

 

Enseguida, nos fajamos a endulzarnos el estómago y el corazón…ja, ja, ja. Pero el ACABOSE de la informal VELADA,  fue cuando otra de las bonitas mujeres se acercó con una bateíta llena de totumitas  y en el centro una atractiva cafetera repleta de un humeante y aromático GUAYOYO recién colado; eso fue el ACABOSE  de aquella especial navidad en esa humilde vivienda que para mí, fue una NOCHEBUENA INOLVIDABLE…  (Como el hermoso bolero de Tito Rodríguez INOLVIDABLE…ja, ja, ja). Para rematar la velada, se aparecieron unos músicos con su cuatro, arpa, maracas y sus cantores y enseguida se fajaron a tocar, mientras la buena señora, siempre muerta e´ la risa y muy espontanea, nos  animó a bailar.

 

-¡Bueno ya comieron y bebieron, así que a fajarse a bailar…! 

Inmediatamente, sin que la mujer repitiera la invitación, cada uno de nosotros agarró a su pareja y así, entre zapateos, valseos, vueltas, revueltas y enamorando a esas bellas mozas, celebramos la navidad en ese bonito patio bajo la luz de los luceros y de la burlona y pícara luna, quien cual CELESTINA llanera…  a cada rato se ocultaba detrás de las traviesas nubes…ja, ja, ja. 

 

La generosidad, la buena sazón, la simpatía y la belleza de la mujer llanera, son rasgos propios de la llaneridad y algo más… mejor no digo más nada… porque voy a llorar, por aquellos RECUERDOS TRISTES DE UN PASADO ALEGRE…ja, ja, ja…Lo cierto, es que esos momentos felices de mi vida se los debo a una HALLACA VEGUERA sazonada por una simpática y generosa mujer llanera y su bonita familia. Es que las llaneras con su sazón y algo más, sobre todo por EL ALGO MÁS…ja, ja, ja,  hacen feliz al tercio más exigente ja, ja, ja.

 

CONCLUSIÓN:

En la actualidad la hallaca se prepara con harina de maíz precocida; anteriormente se pilaba el maíz en un pilón para sacarle la concha o cascara o sacarle el nepe. De ahí el refrán, ese tipo le sacó el nepe a ese otro, es decir que lo puso a trabajar de sol a sol o sin descanso. Así escuchamos en un hato llanero:

 

-¡Mira valecito el dueño de la quesera hoy me sacó el nepe!

-¿Y por qué dices eso?

 Pregunta el amigo.

-¡Guá porque tuve que ordeñar setenta vacas y de ahí me puso a jacé el queso!   ¿Te parece poco?

 

 Una vez pilado el maíz, se sancochaba y luego se molía manualmente, en un molino marca Corona. Todavía algunas familias tradicionalistas preparan esa masa de esa manera.

 

Hoy la hallaca, junto al pan de jamón (otra invención venezolana  -Panadería Las Gradillas de Caracas a principios del siglo XX), la ensalada de gallina y el pernil de cochino; constituyen un plato emblemático de la época de Navidad, conocido como Plato Navideño.

          

En Venezuela, a principios de diciembre la mayoría de las familias se reúnen para, entre todos, comprar los ingredientes, cocinarlos y preparar las hallacas. Varios días antes de navidad, la familia se reúne en una especie de rito anual para hacerlas.  Todos colaboran, desde los niños que limpian las hojas de topocho, plátano o cambur,  las madres o abuelas que preparan el guiso (una de las actividades más importantes), hasta las jóvenes que arman el plato. No es común que los varones ayuden, pero siempre apoyan en alguna actividad y sobre todo amarrándolas con pabilo. Una vez cocinadas se acostumbra servir algunas para probarlas en familia; asimismo el resto se coloca en el congelador para consumirlas durante las reuniones y celebraciones que se hacen en ese mes. Sobre todo como plato principal en las cenas de Nochebuena y Año Nuevo.

 

La hallaca se sirve  acompañada de pan de jamón, pernil de cochino, ensalada de gallina, ponche, vino, carato y dulce de lechosa, entre otros platos y bebidas. Por cierto, ese plato se le conoce como el PLATO NAVIDEÑO.

 

Una de las más hermosas costumbres en el mes de diciembre, era el intercambio de hallacas entre distintas familias, el cual formaba parte de una tradición venezolana, que representaba un gesto de amistad, cordialidad, solidaridad, fraternidad y gentileza entre las familias, tanto para la que reparte, como para la que gustosamente acepta probar una hallaca de sus vecinos. Hoy está bonita costumbre, lamentablemente ha desaparecido.

 

Hoy en las fechas decembrinas las hallacas se han convertido en un producto de mercadeo, pero sin aceptación masiva, por cuanto, los venezolanos prefieren las  caseras o de gente conocida; tal vez por aquel viejo dicho popular que decía LA MEJOR HALLACA ES LA QUE HACE MI MAMÁ…ja, ja, ja,  o tal vez, por el temor a  intoxicarse con una hallaca que por desconocerse su procedencia podría estar mal preparada, como lo expresa otro refrán:

 

-¡Fulanito es más peligroso que una hallaca cruda…ja, ja, ja!

O como el otro que dice:

-¡A perro que no conozco no le jurungo el rabo…!

Queriendo expresar ese tercio que él no le  come hallaca a todo el mundo.

 

Bueno usuarios yo de tanto hablar de comidas, dulces y bebidas propias del mes de diciembre, se me ha despertado el apetito y  en ese sentido tengo ganas de dejarles el pelero para irme a comer un plato navideño a base de: Hallaca, pernil de cochino, ensalada de gallina, pan de jamón y  rematar con un vinito o acompañado de una catirota.

 

Buen provecho para todos y que degusten este plato en paz. Asimismo, les deseo UNA FELIZ NAVIDAD y que el próximo año sea muchísimo mejor que éste que todavía se halla dando pancadas de ahogao…ja, ja, ja.

 

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